Usted está aquí: miércoles 6 de septiembre de 2006 Sociedad y Justicia El miedo, "elemento paralizador que ha determinado la movilidad social"

Los medios vendieron un presidente como si fuera detergente, dice sicoanalista

El miedo, "elemento paralizador que ha determinado la movilidad social"

El exceso actual de interpretación, situación delirante que debería detenerse, afirma

MARIANA NORANDI

La sicoanalista Antonia Camarena, quien dirige el seminario Psicoanálisis y Sociedad en la Universidad Nacional Autónoma de México, y quien organizó los coloquios sobre el tema que hoy finalizan en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, dijo que "lo único que están demostrando los políticos cuando utilizan palabras de la siquiatría o del sicoanálisis para denigrar a otros de autista, esquizofrénico, bipolar o paranoico, es por una gran incapacidad para decir y una falta de elementos para contar la realidad", aseguró.

Para la especialista no hay relación directa entre el sicoanálisis y la sociología; sin embargo, hay temas, como la fuerza del miedo, que deberían empezar a plantearse por parte de los analistas: "me ha impresionado cómo el miedo ha jugado un papel paralizador en este momento y, en consecuencia, ha determinado la movilidad social. Miedo a perder el estatus social, el coche, o miedo a perder la visión de sí mismo. Eso es algo que los sicoanalistas tenemos que considerar porque está en la vida subjetiva actual de este país".

En cuanto al papel de los medios de comunicación en la interpretación de los acontecimientos por los que atraviesa nuestra vida política, Camarena expresó que como sicoanalista aún no puede exponer conclusiones debido a lo reciente del fenómeno, pero como profesora universitaria podría decir que los medios jugaron un papel fundamental, "por lo que me da mucha pena que escojamos un presidente como si se tratase de hacerlo por un detergente que lo venden como bueno".

Ante el cúmulo de interpretaciones que existen en la sociedad respecto del proceso electoral y al momento político actual, la académica advirtió que el exceso de interpretación que se vive refleja una situación delirante que debería detenerse. Pero, por otra parte, "esta situación hace evidente que no existen verdades absolutas y que se está rompiendo con la idea de que alguien nos puede salvar, lo cual nos conduce a asumir la responsabilidad de actuar".

La profesora, tras su experiencia en el seminario, asegura que los jóvenes ahora ya no se cuestionan temas de marxismo, revolución o superestructuras como décadas atrás, sino que, en la actualidad, los cuestionamientos giran en torno a problemas subjetivos, como la angustia, el miedo o el silencio, los cuales emergen como respuesta a "una sociedad que pretende homogenizarnos y, en tanto esa homogenización fracasa, los jóvenes se preguntan sobre temas que los pueden situar en el mundo como singulares".

En este sentido, la sicoanalista dijo que vivimos momentos donde hay mucha violencia, pero la violencia a la que más nos estamos enfrentando es "la de no poder ser singular". Se trata de una violencia que impone responder a patrones comunes de pensamiento, de ver el trabajo como una chamba y no como un elemento de transformación. "Esa es la verdadera violencia, tener que ser todos iguales y estar obligados a dar respuesta homogéneas, valiosas, inteligentes y rápidas."

 
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