Usted está aquí: martes 5 de septiembre de 2006 Mundo Republicanos recurren al "temor" para armar su agenda legislativa

Demócratas recuperarían el control del Congreso si hoy fueran las elecciones: analistas

Republicanos recurren al "temor" para armar su agenda legislativa

Crece el pesimismo entre estadunidenses sobre Irak y la "guerra contra el terror", indican sondeos

DAVID BROOKS CORRESPONSAL

Ampliar la imagen El presidente George W. Bush, poco antes de salir de la Casa Blanca en helicóptero, ayer en Washington. Lo acompaña su principal estratega, Karl Rove Foto: Ap

Nueva York, 4 de septiembre. Temor y odio imperan en Estados Unidos, o por lo menos es lo que desea lograr la cúpula política al arrancar el ciclo electoral en el que está en juego el control del Congreso en los comicios legislativos programados para noviembre.

El liderazgo republicano de la Cámara anunció su programa legislativo para septiembre, exclusivamente enfocado en el temor y la seguridad. La lista es: autorizar el programa presidencial de vigilancia antiterrorista; autorización de tribunales militares para terroristas; una resolución reconociendo el quinto aniversario de los atentados del 11 de septiembre; fortalecer la seguridad fronteriza, financiamiento y protección de tropas estadunidenses; y apropiación de fondos para el Departamento de Seguridad Interna incluyendo fondos para barreras y muros fronterizos.

La lista fue difundida por el líder de la mayoría republicana de la Cámara baja, John Boehner, y para los que creen que esto tiene que ver con seguridad y no con una maniobra electoral, el legislador decidió ser franco al presentar la agenda: "este no es el momento para proceder de manera débil e indecisa como han ofrecido los demócratas del Capitolio, es por eso que los republicanos están trabajando para mantener seguro a Estados Unidos mediante políticas basadas en fuerza y propósito, en lugar de confusión y derrota".

El costo político

Pero el costo de estas políticas comienza a provocar mayores dudas entre el electorado. Con más de 2 mil 600 soldados estadunidenses muertos en Irak, más de 260 en Afganistán, otros 20 mil heridos, más de 430 mil millones gastados en esos conflictos, y otros 250 mil millones de dólares en gastos domésticos en seguridad, los resultados no han generado confianza. Varias encuestas demuestran un creciente pesimismo sobre la guerra en Irak, pues la mayoría de estadunidenses considera que es "un error" y que es hora de empezar a retirar las tropas.

Una encuesta reciente de Ap-Ipsos registró que también crece el pesimismo en la llamada guerra contra el "terrorismo" en general.

Un tercio de los estadunidenses cree ahora que los "terroristas" podrían estar "ganando" la guerra. Ahora 46 por ciento cree que Osama Bin Laden jamás será capturado, y 43 por ciento dice estar avergonzado de la imagen de Estados Unidos en el extranjero. No sólo crece la desaprobación a la guerra en Irak, sino que ahora seis de cada 10 encuestados cree que habrá más "terrorismo" en Estados Unidos porque Washington lanzó esa guerra. En una encuesta de CBS News, sólo 9 por ciento cree que la guerra estadunidense en Irak ayuda a reducir el terrorismo; justo lo contrario al mensaje oficial de que ese es el "frente central" de la guerra contra el "terrorismo", como acaba de reiterar el presidente.

Aunque el liderazgo republicano y la Casa Blanca apuestan una vez más a que usar el temor como fórmula electoral funcionará nuevamente, todos los días hay indicios de que cada día funciona menos. Ahora, con el presidente y sus aliados declarando que la guerra contra el "terror" es una guerra contra el "fascismo" o "islamofascismo", que es la sucesora a las guerras épicas del siglo pasado, y que las amenazas del "enemigo implacable" continúan poniendo en riesgo el futuro de la civilización, las encuestas revelan un hecho: el electorado desaprueba o no le cree a los políticos.

A pesar de una renovada ofensiva retórica sobre la guerra de George W. Bush y el liderazgo republicano del Congreso, el índice de aprobación del comandante en jefe sigue por debajo de 40 por ciento, y la calificación del Congreso es aún peor, sólo entre 27 y 29 por ciento aprueba su gestión. Y al comparar la guerra contra el "terrorismo" con la lucha contra el fascismo y los nazis en la gran guerra del siglo pasado, el gobierno de Bush provocó que muchos críticos señalaran que la guerra en Irak ha durado más que el periodo en que Estados Unidos se sumó a la Segunda Guerra Mundial.

"Al gritar 'ahí viene el lobo' con tanta frecuencia, sobre todo cuando se necesita un distractor de las malas noticias en Irak, (Bush) y su gobierno se han convertido hace tiempo en material para cómicos...", considera el columnista Frank Rich del New York Times.

Algunos republicanos temen que todo esto puede hacerles perder el control de una, y tal vez ambas, cámaras del Congreso, y por cierto, ahora evitan aparecer junto al presidente; es más, ni lo mencionan. Karl Rove, el principal estratega político del gobierno de Bush, y hasta hace poco percibido como un gurú para los políticos republicanos, está perdiendo su influencia, coinciden varios analistas, al insistir en que el mensaje clave para la elección es la defensa absoluta de las políticas bélicas.

Dos meses antes de las elecciones legislativas, hay nerviosismo en las filas del Partido Republicano, y varios de los analistas políticos independientes más influyentes del país han señalado que si la elección fuera hoy, los demócratas ganarían el control de la Cámara baja, y posiblemente -aunque más difícil- el Senado. Sin embargo, 60 días son una eternidad en el mundo político-electoral, y el temor y el odio podrían acabar triunfando una vez más en este país.

 
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