Usted está aquí: viernes 1 de septiembre de 2006 Mundo Enfrentamos la guerra ideológica decisiva del siglo XXI: Bush

Si salimos de Bagdad combatiremos a los "terroristas" en nuestras ciudades, dice el mandatario

Enfrentamos la guerra ideológica decisiva del siglo XXI: Bush

Compara Rumsfeld a opositores a la ocupación de Irak con "apaciguadores" que prefirieron no enfrentar a Hitler

De cara a las elecciones legislativas en EU algunos republicanos se deslindan del presidente

DAVID BROOKS CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Frente a la sede de la agrupación de veteranos de guerra en Salt Lake City, un activista se pronunció contra la política bélica del gobierno estadunidense. En la imagen derecha, el presidente George W. Bush en un momento de su discurso en defensa de la ocupación de Irak, ayer en la 88 Convención Anual de la Legión Americana Foto: Ap

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Nueva York, 31 de agosto. El gobierno de George W. Bush ha declarado que el nuevo enemigo es el "fascismo", y que todo crítico de su política de guerra global por la "libertad" se asemeja a un "apaciguador" de los nazis en los años treinta.

Hoy en Salt Lake City, en el estado de Utah, el presidente Bush ofreció el primero de una serie de discursos destinados a defender sus políticas bélicas, en una estrategia dedicada a evitar que su partido pierda el control del Congreso en las elecciones legislativas de noviembre, ya que la creciente desaprobación de la guerra en Irak y de la gestión presidencial en general han dejado políticamente vulnerables a los republicanos.

Bush definió su política como una guerra épica y divina entre la libertad y la tiranía a nivel mundial, y a Irak como el campo de batalla central. "La guerra que luchamos hoy es más que un conflicto militar; es la lucha ideológica decisiva del siglo XXI. De un lado están aquellos que creen en los valores de la libertad y la moderación... del otro están aquellos promovidos por los valores de la tiranía y el extremismo". Estos últimos, añadió, "son los sucesores de los fascistas, los nazis, los comunistas, y otros totalitarios del siglo XX". (Al parecer, quienes redactaron el discurso confían en que nadie recordaría que Osama Bin Laden y los líderes del talibán, entre otros nuevos "enemigos", fueron considerados antes "aliados" de Washington precisamente en la guerra contra el "comunismo"; pero esas fueron batallas del siglo pasado, esto es algo "nuevo").

Al defender la guerra en Irak, Bush reafirmó: "todos deberíamos estar de acuerdo en que la batalla en Irak es central en la lucha ideológica del siglo XXI. No permitiremos que los terroristas dicten el futuro de este siglo, y por eso los derrotaremos en Irak". Quienes proponen un retiro de tropas de Irak, señaló, están equivocados, ya que cederían ese terreno a los "terroristas", mismo que se convertiría en una base mundial de operaciones para "nuestros peores enemigos". Y advirtió: "si abandonamos la lucha en las calles de Bagdad, enfrentaremos a los terroristas en las calles de nuestras propias ciudades".

Este mensaje se repetirá durante las próximas semanas, empleando el quinto aniversario de los atentados del 11 de septiembre como eje, así como también en su próxima presentación ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, en una estrategia electoral de la Casa Blanca que una vez más pondrá al centro del debate la seguridad nacional.

El secretario de Defensa Donald Rumsfeld se encargó de iniciar esta nueva campaña de defensa de la política bélica ante el mismo foro de la agrupación de veteranos de guerra American Legion, donde habló su jefe hoy. Los críticos de esta guerra, sostuvo, "no han aprendido las lecciones históricas", afirmó que Estados Unidos enfrenta "un nuevo tipo de fascismo" y quienes critican esta guerra -señalando a grupos de derechos humanos y también a algunos medios- sufren de "una confusión moral o intelectual sobre quién o qué es el bien o el mal".

Al criticar a los opositores, Rumsfeld señaló que no hay manera de apaciguar a un enemigo dedicado a emplear cualquier método de destrucción contra Estados Unidos y otros países "civilizados", y fue en este contexto que aludió a quienes optaron por la vía del apaciguamiento en los años 30 ante la creciente amenaza de Hitler en lugar de enfrentar a los nazis, y los comparó con los que se oponen a la guerra contra el enemigo hoy.

El vicepresidente Dick Cheney y la secretaria de Estado Condoleezza Rice también participan en esta nueva ofensiva retórica al ofrecer estos mensajes ante diversos foros por el país.

Pero en Salt Lake City, como en miles de pueblos y ciudades del país, este mensaje no es bien recibido por todos e incluso, según las encuestas, la mayoría lo ha rechazado. De hecho, miles en Salt Lake City respondieron a la visita de Bush y su equipo con una manifestación, ayer, en la que participó el propio alcalde de la ciudad, Rocky Anderson.

Ante unos 5 mil manifestantes, el alcalde declaró: "continuaremos resistiendo las mentiras, los engaños, las atrocidades del gobierno de Bush y este Congreso complaciente, cómplice... Tenemos que romper el ciclo de odio, intolerancia, explotación. Tenemos que promover la paz tan vigorosamente como el gobierno de Bush ha promovido la guerra", dijo ante las ovaciones de manifestantes de todo tipo, desde activistas antiguerra, músicos y agrupaciones políticas, hasta veteranos de guerra.

El alcalde había invitado a Cindy Sheehan, la madre de un soldado muerto en Irak y que se ha convertido en la figura más reconocida del movimiento contra la guerra, pero por problemas de salud no pudo viajar. Estas expresiones de repudio, prometen activistas, se repetirán por todo el país.

Es así que las elecciones legislativas de noviembre serán en parte un referéndum sobre la política bélica de Bush. Está en juego el control de la Legislatura y el futuro de esta presidencia.

Aunque el gobierno de Bush y algunos estrategas de su partido creen que el tema de la lucha contra el "terrorismo" será, como en las últimas dos elecciones, la clave política para derrotar a la oposición, otros dudan que ésta funcionará. Algunos republicanos se han distanciado del presidente en esta coyuntura, precisamente ante indicios de la creciente desaprobación a la guerra.

Por ejemplo, el representante republicano, Christopher Asís, dio un giro en su posición, y ahora favorece establecer un calendario para el retiro de tropas de Irak, ya que el tema se ha vuelto clave para determinar si ganará su relección contra una candidata demócrata. Por lo menos dos otros legisladores republicanos han hecho lo mismo en los últimos días.

El gobernante sigue sin aceptar "su error histórico"

Líderes del Partido Demócrata creen que el presidente ha dejado políticamente vulnerables a los republicanos por la guerra en Irak, aunque aún no se atreven a cuestionar la llamada "guerra contra el terrorismo" en general. Hoy la representante Nancy Pelosi, líder de la minoría demócrata en la Cámara, ofreció lo que es la respuesta oficial de los demócratas ante esta "ofensiva" electoral de sus contrincantes. "Hoy, una vez más, el presidente Bush demostró que sigue sin aceptar su error histórico en Irak. Tenemos que ganar la guerra sobre el terror, pero la guerra en Irak es la guerra equivocada", afirmó, y agregó que Irak está "debilitando nuestra capacidad" en la lucha contra el "terrorismo".

Los demócratas necesitan ganar seis curules más de las que tienen ahora (45) en el Senado para recuperar el control de la Cámara alta, y 15 más para hacer lo mismo en la Cámara baja. La guerra en Irak se volverá, cada vez más, un asunto de política interna en este país, aunque la sangre, sufrimiento y destrucción que resultan de esta pugna política continúan ocurriendo muy lejos de aquí.

 
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