Exigen el 1% de las utilidades de la compañía
Rechazan mineros de Escondida la última propuesta empresarial
Ampliar la imagen Trabajadores de la mina Escondida durante la votación secreta de ayer lunes, mediante la cual rechazaron volver a sus labores hasta que la compañía no mejore su oferta salarial Foto: Reuters
Antofagasta, Chile, 21 de agosto. Los trabajadores de la Minera Escondida, la mayor productora mundial de cobre, situada en el norte de Chile, se declararon en pie de guerra tras rechazar la noche del domingo la última propuesta con que la compañía buscaba poner fin a una huelga que cumplió este lunes 15 días.
Los mineros rechazaron por mayoría abrumadora la oferta, en una concurrida asamblea abierta a la prensa que tuvo lugar en un complejo deportivo de la ciudad de Antofagasta, a 170 kilómetros de la mina, donde instalaron su campamento desde el comienzo de la paralización el 7 de agosto.
Bajo ensordecedores gritos de ''¡a morir!'', ''¡a morir!'', los trabajadores expresaron su decisión de continuar la huelga y su molestia con la compañía, a la que acusaron de enriquecerse con el trabajo que realizan, en el mayor yacimiento de cobre del mundo.
La tarde del lunes, tras una votación secreta en urnas especialmente instaladas, el 98 por ciento de los huelguistas rechazó formalmente volver a sus faenas mientras la compañía no mejore su oferta de aumento salarial.
''Escondida se enriquece a costa del minero chileno'', dice un cartel a la entrada del campamento de los huelguistas, donde los obreros muestran su ira por la falta de solución a la huelga que cumplió ya dos semanas, en la mina que genera 8 por ciento de la producción mundial de cobre.
''No queremos migajas, estamos pidiendo el uno por ciento de las utilidades de la compañía'', dijo exultante a la asamblea, Luis Troncoso, presidente del sindicato de trabajadores de Minera Escondida, que agrupa a 2 mil 52 mineros.
''No es solamente dinero, queremos reivindicaciones sociales. Tienen que cambiar las condiciones de trabajo'', agregó el dirigente sindical, ante una multitud de trabajadores que levantaban sus puños.
A través de un comunicado la compañía informó que había mejorado su propuesta salarial, elevando el reajuste de 3 a 4 por ciento, más un bono de término de conflicto de casi 30 mil dólares, por un contrato colectivo con una duración de cuatro años.
Los trabajadores exigían inicialmente un aumento salarial de 13 por ciento, que luego fue rebajado a 10 por ciento, más un bono de término de conflicto de 30 mil dólares por un contrato de dos años.
Pese al tono enérgico del rechazo, los dirigentes del sindicato de mineros se declararon dispuestos a seguir dialogando con la compañía, controlada por la empresa anglo-australiana BHP Billiton.