Usted está aquí: domingo 20 de agosto de 2006 Mundo Investigación de juez destapa los horrores de la dictadura argentina

Contubernio de la CIA, la FBI y cubanos de Miami

Investigación de juez destapa los horrores de la dictadura argentina

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 19 de agosto. La decisión del juez federal Daniel Rafecas de llevar a fondo la investigación sobre el centro clandestino de detención Automotores Orletti permitió descubrir papeles arrugados y amarillentos que cubrían agujeros de balas en paredes en los que figuran datos de "antecedentes izquierdistas" que datan desde 1975, y abrió la puertas a otros secretos del horror de la dictadura militar argentina (1976-1983).

Aunque en Orletti no desaparecieron miles de personas como en la escuela de Mecánica de la Armada u otros centros del primer cuerpo de ejército, por allí pasaron cientos de detenidos argentinos, uruguayos, paraguayos, chilenos, bolivianos y otros, pues el centro fungía como base de la Operación Cóndor, la coordinadora criminal de las dictaduras del Cono Sur.

Orletti es el lugar donde desaparecieron los diplomáticos cubanos Crescencio Galañega Hernández, de 26 años, y Jesús Cejas Arias, de 22, quienes el 9 de agosto de 1976 fueron secuestrados cuando caminaban por una zona cercana a la embajada de Cuba, luego del intento de asesinato del embajador en Buenos Aires, Emilio Aragonés.

A medida que avanzan las investigaciones aparecen cada vez más involucrados los grupos cubanos de Miami que trabajando para la CIA llevaron adelante la llamada "guerra por los caminos del mundo" para cometer centenares de atentados y crímenes en diversos países con absoluta impunidad, desde mediados de los años 60.

Esa "guerra por los caminos del mundo" se considera uno de los antecedentes básicos de Cóndor. Según el periodista estadunidense John Dinges, los dos cubanos desaparecidos fueron interrogados por oficiales argentinos y chilenos y "tanto la FBI como la CIA fueron informados de los arrestos y de los interrogatorios".

Existe también un informe despachado el 22 de septiembre de 1976 por el coronel Robert Scherrer, de la FBI, sobre el resultado de esos interrogatorios (torturas).

También Scherrer mencionó la presencia del ubicuo agente de la CIA y la Dina (policía secreta chilena) Michael Townley en los interrogatorios que oficiales argentinos y chilenos hicieron a Galañega y Cejas.

Townley estuvo a cargo del atentado de la Dina y la CIA que costó la vida a Orlando Letelier, ex ministro de Salvador Allende, en septiembre de 1976 en Washington.

A mediados de los años 90, el ex general Manuel Contreras Sepúlveda, número uno de la Operación Cóndor y jefe de la Dina, dijo a la jueza argentina María Servini de Cubría, que lo indagó en Santiago, que el 11 de agosto de 1976 -dos días después del secuestro de los jóvenes cubanos- Michael Townley y el cubanoestadunidense Guillermo Novo Sampoll habían viajado a la Argentina para interrogarlos. "Ellos cooperaron en la tortura y el asesinato de los dos diplomáticos cubanos", sostuvo.

Desde que fue detenido en Chile por primera vez, Contreras señaló al ex presidente George Bush -padre del actual mandatario estadunidense-, a la CIA y a los grupos cubanos de Miami como participantes en la Operación Cóndor.

El ex jefe de la Dina conocía muy bien al equipo que dirigía el cubanoestadunidense Orlando Bosch, quien a instancias de Bush padre creó en 1976 la Coordinadora Revolucionaria Unificada, en la que participaron Luis Posadas Carriles, los hermanos Guillermo e Ignacio Novo Sampoll, Gaspar Jiménez Escobedo, Dionisio Suárez, Virgilio Paz y otros involucrados en asesinatos en el contexto de la Operación Cóndor.

En tiempos recientes, estos personajes fueron apresados con toneladas de dinamita y detonadores en Panamá, en 2000, cuando preparaban un atentado contra el presidente Fidel Castro durante la Cumbre Iberoamericana. Hasta ahora siguen gozando de protección e impunidad en Estados Unidos.

En su autobiografía, Posadas Carriles dice que el asesinato de los dos diplomáticos cubanos fue un "éxito " en su lucha contra el "comunismo castrista".

También reconoció en entrevista con el diario Miami Herald las operaciones conjuntas de la CIA con las dictaduras de Chile y Argentina: "nuestros aliados se hubieron de comprometer en el secuestro de dos miembros de la embajada en Buenos Aires, que no han aparecido jamás", dijo.

 
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