Usted está aquí: lunes 14 de agosto de 2006 Opinión Cuatrociénegas, ¿área natural protegida?

Iván Restrepo

Cuatrociénegas, ¿área natural protegida?

El 11 de noviembre de 2002 denunciamos aquí cómo una joya natural del estado de Coahuila se encontraba en peligro: Cuatrociénegas, cuya ecología no ha cambiado en más de 35 mil años ni ha tenido alteraciones geológicas en millones más. En 1984 el gobierno federal declaró Area Natural Protegida a las más de 80 mil hectáreas que integran el valle por tratarse de un humedal muy frágil de extraordinaria riqueza biológica, único en el mundo que alberga 77 especies que sólo allí existen: peces, invertebrados, tortugas, reptiles, virus, algas y bacterias.

El ambientalista Francisco Valdés Perezgasga afirma que las pozas de Cuatrociénegas son especiales por mantener una cadena alimenticia análoga a la de hace 550 millones de años, porque sus microrganismos tienen afinidades con especies marinas que posiblemente sean descendientes directos de los antiguos mares someros de la zona. Además, se adaptan para vivir en condiciones extremas, como la carencia casi total de fósforo en sus aguas y la alta incidencia de radiación solar. Por eso la NASA considera a Cuatrociénegas uno de los pocos "ecosistemas modelo" que permiten entender la evolución de la Tierra primitiva y diseñar estudios en torno a la posibilidad de vida en otros planetas, como Marte.

Dada esa riqueza, Cuatrociénegas equivale en tierra a lo que son las islas Galápagos, según revela el investigador Luis E. Eguiarte, pues ambos lugares son un laboratorio sobre la evolución de las especies.

En las Galápagos, las aves, los reptiles y las plantas se adaptan con el tiempo a diversas condiciones y dan lugar a nuevos linajes y especies. Fue allí donde Darwin pulió su teoría de la evolución. En el tesoro mexicano, en cambio -explica Eguiarte- existen pozas, ríos y lagunas aisladas entre sí por el desierto, donde habita enorme variedad de organismos acuáticos y se localizan los rastros vivientes más antiguos de la vida sobre el planeta: los estromatolitos.

Pero en 2000 se comenzó a extraer agua de una zona aledaña a Cuatrociénegas, Valle Hundido, y de áreas vecinas, como Ocampo-Calaveras, entre otras, para sembrar alfalfa destinada a la ganadería y se eliminó su vegetación original para nivelar los terrenos y cultivar forraje.

La extracción, promovida por empresarios de La Laguna, está causando daños incontables como bien detalló la maestra Valeria Souza el sábado pasado a nuestra reportera Angélica Enciso (La Jornada, 12/8/06). Entre otras cosas, sostiene, el nivel del agua en el área natural desciende notablemente, se secaron ya humedales y canales que contenían especies únicas y hay agrietamientos por falta de agua en el subsuelo. Pero el gobierno federal en vez de defender el área natural protege a los empresarios del grupo lechero Lala (responsable de abatir el manto freático de La Laguna) y dice que el acuífero de la región es ilimitado. De 30 pozos de extracción en funcionamiento hace tres años, hoy son 80, y pronto serán muchos más.

No sólo los empresarios y sacar agua para poblados situados a decenas de kilómetros afectan a Cuatrociénegas. Según advierte Eguiarte, a lo anterior hay que agregar los daños de un turismo depredador y la propuesta de utilizar el glifosato -plaguicida para controlar el crecimiento desmedido del carrizo gigante que invade áreas y acaba la fauna acuática endémica, mientras se reproducen sin control especies invasoras, como la carpa y el pez joya. Para colmo, se proyecta explotar el yeso en plena área natural, de lo cual dio cuenta en estas páginas Enciso (La Jornada, 7/8/06). Ese negocio fue autorizado por la directora del área y ex presidenta municipal de Cuatrociénegas, Susana Moncada. Kafka en acción.

Este sexenio ha sido de lucha de los centros de investigación, científicos y organizaciones sociales para salvar a Cuatrociénegas de la destrucción total y que sea ejemplo de la política de conservación del país. Pero las autoridades no han cumplido su tarea por ignorancia, desprecio a lo que realmente vale en el país y por responder a intereses particulares. Valdés Perezgasga invita a impedir que desaparezca esa joya natural única; lo contario, a su decir, sería elevar la avaricia, distintiva de este sexenio, a rango de virtud pública.

 
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