Usted está aquí: jueves 10 de agosto de 2006 Opinión Una posibilidad

Orlando Delgado Selley

Una posibilidad

Parece que la situación nacional ha sido conducida a un callejón sin salida. Esperamos que el tribunal electoral decidiera, pero estábamos convencidos de que su decisión no necesariamente resolvería la crisis electoral. Si no se contaban todos los votos otra vez, la crisis se agravaría. Con el conteo parcial acordado, el resultado pudiera no satisfacer a nadie. Quien gane no tendrá legitimidad y su gobierno estará permanentemente acosado por los perdedores.

Si el victorioso es Calderón con una ventaja menor aún o incluso ligeramente mayor, seguirá existiendo la ominosa convicción de un resultado manchado. Si las 11 mil 839 casillas recontadas modifican el resultado y el triunfador es López Obrador, parece evidente que quienes se confabularon para impedir su triunfo persistirán en su empeño. Así las cosas, los próximos meses, y probablemente los siguientes tres años, enfrentaremos una situación en la que hay escasas posibilidades de que los actores políticos, sociales y económicos estén en condiciones de convenir acciones que modifiquen nuestro futuro.

Los desafíos internos son evidentes: una economía que no genera puestos de trabajo y en la que los existentes son cada vez más precarios. Una enorme cantidad de personas sumidas en la pobreza desde hace años y que carecen de esperanza. Una muy pequeña minoría enriquecida que funciona con criterios ajenos a la solución de los problemas nacionales. Un gobierno que cree que todo va bien cuando es obvio lo contrario. Un sistema educativo público controlado por una mafia que no sólo impide que la educación se modernice y cumpla con las exigencias que plantea nuestra inserción a un mundo global, sino que abiertamente viola el marco institucional electoral. Instituciones que no se consolidan y que demandan correcciones significativas.

Los desafíos externos también son conocidos: en el comercio internacional tenemos una participación cada vez menor explicada por las constantes pérdidas de competitividad. Esto ha significado que hayamos tenido pérdidas mensuales de 426 millones de dólares en 2002, mil 89 en 2003, mil 666 en 2004, 2 mil 76 millones en 2005 y cerca de 2500 en este año (Banco de México. Informe sobre la inflación julio-septiembre 2005). Las expectativas de los organismos financieros internacionales y de las principales corredurías ubican a México en una posición poco relevante. Nuestra posición diplomática se ha deteriorado, principalmente en Latinoamérica dada la lamentable actuación gubernamental.

De cara a estos desafíos los electores optaron. Aunque carecemos de precisión, las cifras gruesas del conteo distrital -que, por supuesto, serán corregidas por el nuevo recuento al que dio inicio el tribunal electoral- indican preferencias similares para las dos grandes alternativas ideológicas, al tiempo que envían al PRI al limbo. Todo indica que el resultado final confirmará una elección muy cerrada, lo cual ratificará la pertinencia de generar una nueva forma de conducir al país. Independientemente de quien gobierne, tendría que haber un proyecto para que las corrientes ideológicas en pugna intenten acordar cuatro cosas.

Primero, el presidente oficialmente señalado por el TEPJF formará un gabinete de coalición con todas las fuerzas políticas que participaron en la elección de acuerdo con su votación. Segundo, se presentará al nuevo Congreso una propuesta de presupuesto y de ley de ingresos que, aprovechando los excedentes petroleros y con reducciones sustanciales al gasto corriente, principalmente derivados de los sueldos de los altos funcionarios del gobierno y de los organismos autónomos, planteará inversiones en el sector energético nacional que fortalezcan a Pemex y a la CFE. Tercero, se exigirá le renuncia de todos los consejeros electorales del IFE y se propondrá la modificación de aspectos sustanciales de las instituciones electorales. Cuarto, se convocará a empresarios, dirigentes políticos y eclesiales, sindicalistas independientes, intelectuales y académicos a discutir el proyecto de desarrollo que el país requiere.

Estas primeras acciones terminarán el impasse en el que nos encontramos desde hace muchos meses y obligarán a que los mexicanos aceptemos un conjunto de acuerdos que permitan la construcción de un futuro para todos, no para unos cuantos. El urgente reclamo de los pobres, prioridad indiscutible del país no sólo para el PRD, así lo exige. Así que por el bien de ellos comencemos una nueva etapa en la vida nacional.

[email protected]

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.