Usted está aquí: miércoles 9 de agosto de 2006 Sociedad y Justicia Limitar educación sexual es ilegal y pone en riesgo la salud, aseguran especialistas

"Los derechos de los niños no pueden estar sujetos a los caprichos de tutores"

Limitar educación sexual es ilegal y pone en riesgo la salud, aseguran especialistas

KARINA AVILES

El intento de algunas organizaciones de padres de familia para que no se imparta educación elemental en materia de sexualidad a los jóvenes de primero de secundaria representa una violación a la Constitución y a los acuerdos internacionales firmados por México, de manera que si el Estado no proporcionara esa información que permite salvar la salud y la vida, sería tanto como "llegar al genocidio por omisión", advirtieron especialistas.

Frente a la controversia generada por dichas organizaciones que aseguran que los nuevos libros de biología de ese nivel educativo promueven la "polimorfia sexual" y las "anomias sociales", señalaron que los padres pueden encargarse de la moral, pero la obligación del Estado es educar.

En entrevista por separado, la maestra en pedagogía Silvia Panebianco, secretaria técnica del consejo de la Academia Mexicana de Derechos Humanos, precisó que el objetivo de dichas agrupaciones es, para empezar, violatorio de los derechos del niño consagrados en la Convención Internacional de Derechos del Menor, porque no dar información elemental sobre la sexualidad pone en peligro la salud y la vida.

De manera que si el Estado mexicano no cumpliera con la función que tiene, se podría incluso interponer un recurso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Señaló que los derechos de los niños y jóvenes son eso, y no pueden estar sujetos a los caprichos de los tutores, además de que la citada convención estipula claramente que ante cualquier decisión "el interés supremo siempre es el del menor". Por ello, el Estado no puede tomar partido por "la moral de algunos".

La pedagoga señaló que las aseveraciones de tales agrupaciones se desmienten enseguida porque en los países donde hay mayor educación sexual es donde la iniciación sexual es más tardía.

Lo anterior está demostrado en estudios, en investigaciones que señalan que la información permite a los jóvenes planear, decidir y ubicarse: "Si no se sabe cómo funciona el cuerpo y el de los demás, ¿cómo se puede tener control ante situaciones inesperadas?".

Consideró que tales posiciones en 2006 remiten a la edad media, y recordó que la sexualidad no sólo es anatómica o fisiológica, sino integral. "En un país como México, donde hay niñas que se casan a los 11 o 13 años, ¿no sería bueno que estuvieran enteradas de cómo funciona su cuerpo?"

Por su parte, Alfonso López Juárez, quien instrumentó el programa Gente Joven, uno de los pioneros de la educación sexual en el país, también resaltó que los estudios demuestran "todo lo contrario" de lo que estas organizaciones plantean, pues muestran que la educación sexual en los niños y jóvenes los vuelve responsables.

El también ex director de la Fundación Mexicana para la Planeación Familiar opinó que detrás de estas posiciones existe una idea religiosa de que los niños no deben tener información, bajo la idea de que el sexo es sólo para reproducirse y debe ser una práctica dentro del matrimonio.

En el fondo, añadió, hay un deseo de "regresar a los tiempos anteriores a Benito Juárez" y de "dar marcha atrás a lo que se ha logrado en materia de laicismo y pluralismo".

Señaló que en estas declaraciones existe una "mezcla de lo político, lo religioso con lo educativo", donde, con tal de mantener "lo que ellos llaman el orden natural, se echa mano de todo: de la religión, de la voluntad de Dios y del miedo".

Sin embargo, lo que se defiende en realidad es una "situación de privilegio". En este caso, se busca mantener el privilegio de los hombres en perjuicio de los derechos de la mujer.

Expresó que si la Secretaría de Educación Pública cede a estas presiones, "se estaría violando la Constitución, que obliga a impartir una educación científica y no religiosa". La ley es clara al respecto y no hay argumento para que se eliminen estos contenidos educativos de los libros de ciencias (con énfasis en biología) de primero de secundaria.

Si se actúa conforme a la norma, esta pretensión "no puede progresar", recalcó.

 
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