Usted está aquí: martes 8 de agosto de 2006 Opinión Educación sexual polémica

Editorial

Educación sexual polémica

Las críticas de grupos conservadores a los nuevos libros de texto para secundaria parecen desproporcionadas, sobre todo si se consideran las profundas deficiencias en materia de educación sexual ­foco de la polémica­ que persisten en el país.

En México el embarazo de adolescentes es uno de los problemas de salud pública y demográficos más preocupantes. De acuerdo con el Consejo Nacional de Población (Conapo), cerca de 15 por ciento de nacimientos involucran a jovencitas de entre 15 a 19 años, es decir, unos 300 mil cada año, muchos de los cuales podrían evitarse si esas personas recibieran una educación sexual integral.

Por esto mismo y por el avance de enfermedades de transmisión sexual, sobre todo el sida, parace increíble una posición como ésta.

La reforma de educación secundaria (RES), aprobada recientemente, propone en este rubro un enfoque moderno y equilibrado de la sexualidad en los libros de ciencias, lo que ampliará la información de los jóvenes en el tema.

Sin embargo, decenas de organizaciones católicas, conservadoras y padres de familia arremetieron contra ese material, poniendo por delante argumentos plagados de prejuicios y falacias. Su influencia, considerable por cierto, ha forzado a autoridades de varios estados a manifiestar su intención de vetar los libros con las mismas justificaciones retrógradas.

Para el secretario de Educación de San Luis Potosí, Francisco Rubín de Celis, por ejemplo, los libros de texto "dejan abierta la sexualidad a los jóvenes para que la puedan ejercer como quieran, simple y sencillamente por haber afecto. ¿Y dónde está la responsabilidad, el compromiso, el amor y otra serie de contenidos que debe tener la relación sexual entre un hombre y una mujer?" Por ello, aseguró, es obligación de la dependencia local vetar esos materiales, pues no son "pertinentes" para los alumnos.

En Yucatán y Baja California ­gobiernos de extracción panista­ algunos funcionarios anunciaron también que no distribuirán el material porque no están de acuerdo con la información sexual. Por su parte, en entidades como Querétaro y Sonora el tono es similar.

Ante esta ofensiva de desinformación, organizaciones y grupos civiles del país alertaron de que la enseñanza sexual sigue influida por mitos, prejuicios e ideas equivocadas. De ahí la importancia de que los jóvenes cuenten con información objetiva, amplia y clara acerca de la sexualidad y de cómo pueden ejercerla de manera responsable, satisfactoria y libre.

Es necesario hacer algo de manera urgente. Las campañas de concienciación sexual aplicadas hasta ahora no han funcionado. De hecho, el secretario general del Conapo, Octavio Mojarro Dávila, ha reconocido que "muy poco ha podido disminuirse la incidencia de embarazos entre adolescentes".

En este contexto, las autoridades estatales y federales y los dirigentes de organizaciones conservadoras deberían darse cuenta de esta necesidad, es decir, de preparar a las futuras generaciones en la materia, proporcionándoles información clara sobre este tema.

Como señalan en entrevista con este diario las integrantes del equipo que elaboró el libro Competencias científicas 1, uno de los textos polémicos, "la educación sexual no puede ser objeto de presiones ni de vaivenes, puesto que el Estado tiene la responsabilidad de informar con veracidad y claridad, de manera que si este tema continúa como un tabú, lo que se hará es dar la espalda a la realidad, cuando lo que se requiere es abrir el debate y conciliar los puntos de vista".

Proporcionar a nuestros jóvenes los elementos necesarios para que vivan su sexualidad con plenitud y responsabilidad debería ser el objetivo de la sociedad, no perpetuar los miedos, tabúes y prejuicios que han prevalecido por décadas y que sólo generan mayor desinformación y embarazos no deseados.

 
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