Usted está aquí: domingo 6 de agosto de 2006 Espectáculos Hoy se conmemoran 20 años de la muerte de Emilio Indio Fernández

Se consagró como director y actor de la Epoca de Oro del cine nacional con 129 filmes

Hoy se conmemoran 20 años de la muerte de Emilio Indio Fernández

Comenzó su carrera cinemática inspirado por la cinta ¡Qué viva México!, de Sergei Eisenstein

A lo largo de su trayectoria sumó diversos premios en festivales internacionales como Cannes y San Sebastián

DE LA REDACCION

Ampliar la imagen Emilio Indio Fernández contribuyó con su trabajo a que el cine mexicano fuera reconocido en otros países

Con 129 películas en su haber, Emilio Indio Fernández, uno de los directores más importantes de la Epoca de Oro del cine mexicano, y conocido a escala internacional como actor debido a sus papeles de hombre rebelde o macho seductor que en el fondo esconde su ternura, murió el 6 de agosto de 1986.

Nacido en Mineral del Hondo, Coahuila, el 26 de marzo de 1904, Emilio Fernández Romo fue hijo de un general revolucionario y una mujer indígena de origen kikapú.

De sus padres heredó el profundo sentimiento y amor por la patria, así como a las costumbres, creencias y pensamientos indígenas que lo llevaron a forjar su personalidad como hombre de carácter impetuoso.

Cuando Emilio era adolescente se enroló en las filas del movimiento revolucionario comandado por Adolfo de la Huerta en contra del gobierno de Alvaro Obregón (1923). Pero la empresa fracasó y fue recluido en una prisión, de donde se fugó para exiliarse en Estados Unidos.Vivió en Chicago y después se mudó a Los Angeles, donde trabajó como albañil en construcciones cercanas a los estudios de Hollywood, sitio en el que laboró como extra, doble, actor secundario y bailarín en películas como Volando a Río (Flying down to Rio, 1933) en la cual la actriz mexicana Dolores del Río era la estrella.

Cintas con evocación patriótica

La llegada de Sergei Eisenstein (mítico director de cine ruso) a Estados Unidos marcó un hito para Emilio Fernández, ya que se impresionó con el estilo que el cineasta mostró en la película ¡Qué viva México!, la cual resalta la belleza del país.

Dicho filme sirvió para que el Indio desarrollara su propio estilo, en el que destacó el espíritu patriótico de México, evocó lo naturalmente mexicano y la estética de la revolución.

En 1933 Emilio Fernández regresó a México y se empleó como boxeador, clavadista en Acapulco, panadero, maestro de tiro, camaronero y aviador, ya que aún no iniciaba su carrera en el séptimo arte.

Su inicio en este género se dio poco tiempo después con la película Cruz diablo, de Fernando de Fuentes, a la cual le siguieron Janitzio (1934), de Carlos Navarro; Celos (1935), del ruso Arcady Boytler, y Allá en el rancho grande (1936), también de Fernando de Fuentes.

Posteriormente hizo Adiós Nicanor (1937), de Rafael E. Porras, en la cual, además de actuar, se desempeñó como guionista; Juan sin miedo (1938), de Juan José Segura; Los de abajo y La División del Norte (1939), de Chano Ureta, entre otras. Con el impulso económico del general Juan F. Azcárate y de su amigo David Silva, Emilio debutó en 1941 como director en la película La isla de la pasión: Clipperton. En ese mismo año conoció en Cuba a su primera esposa, Gladis Fernández, con quien procreó a su hija Adela. Dos años después, en 1943, filmó María Candelaria, una de sus obras más importantes, ya que ganó la Palma de Oro por mejor fotografía en el Festival de Cannes, Francia, al tiempo que hizo que el cine mexicano traspasara las fronteras y se colocara entre los mejores del mundo.

Más tarde realizó Bugambilia, Las abandonadas y Pepita Jiménez. En 1945 rodó La perla, una de las películas más destacadas en su larga filmografía y considerada por la crítica como una obra de arte.

Después vinieron películas que consolidaron su éxito: Enamorada, con María Félix; El fugitivo (The fugitive); Río escondido; Pueblerina, y Maclovia, por mencionar algunas.

En 1948, con Salón México, protagonizada por Marga López, ganó el premio a mejor fotografía en el Festival de Bruselas, Bélgica. Dos años después filmó Víctimas del pecado y Cuando levanta la niebla. En Cuba, el también guionista y argumentista realizó La rosa blanca y La red (1953), ésta resultó un fracaso en taquilla, no obstante la belleza de sus imágenes; sin embargo, ganó un premio especial por la historia mejor narrada en imágenes, en el Festival de Cannes, Francia. En 1961 hizo Pueblito, con la cual ganó el premio Las Perlas del Cantábrico en el Festival de Cine de San Sebastián.

En el ámbito de la actuación, el Indio realizó un gran trabajo en la década de los 60: La bandida (1962), de Roberto Rodríguez; Yo, el valiente (1964), de Alfonso Corona Blake, y La noche de la iguana (Estados Unidos, 1964), de John Huston, y en la cual compartió créditos con Richard Burton y Ava Gardner.

También apareció en Los hermanos muerte (1964), de Rafael Baledón; Duelo de pistoleros (1965), de Miguel M. Delgado; El regreso de los siete magníficos (EU, 1966), de Burt Kennedy, y The appaloosa (Estados Unidos, 1966), de Sydney J. Furie, protagonizada por Marlon Brando.

En 1973 filmó La Choca, película con la que ganó el Ariel de Plata por mejor dirección, actuación femenina, coactuación femenina, fotografía y edición, así como el premio a la Mejor Dirección en el Festival de Karlovy Vary, en Checoslovaquia.

Emilio Indio Fernández murió a causa de las complicaciones que tuvo por una fractura en la clavícula, el 6 de agosto de 1986 en su casa de Coyoacán, acompañado por su hija Adela y Columba Domínguez, quien fue una de sus cuatro esposas.

 
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