El pintor presentó obra gráfica en la Galería CAD
Primera incursión de Roberto Parodi en el arte del grabado
''Siempre que veía los grabados se me iban los ojos", recuerda Roberto Parodi, quien ha dedicado tres décadas al dibujo y la pintura. Decía: ''me gustaría hacer eso", pero a la hora de estar en un taller no podía, algo que le pasa a muchos pintores.
''Aunque nos dedicamos a pintar toda la vida -prosigue-, al querer grabar encontramos que la imagen es invertida, como un espejo, con que no dibujamos con un material blando o que no es blanco y negro, sino dibujar quitando el barniz, viendo el metal, todo eso. Es muy complicado."
Hace poco Parodi venció por fin su temor y se puso a grabar ocho horas diarias durante dos meses. El resultado fueron 42 pruebas de autor, o de taller, en su mayoría de pequeño formato, hechas con una variedad de técnicas -aguafuerte, aguatinta, linóleo, xilografía, mezzotinta, azúcar-, una selección de las que dio a conocer en la Galería CAD Alternativo.
-A la mera hora, ¿cómo le fue al incursionar en el grabado?
-Muy bien. La verdad es que me ha enseñado cosas que creo van a repetir en la pintura y el dibujo. El grabado te pide mucha claridad y estar muy atento a todas esas cosas que no pasan en el dibujo. La exposición es en cierta manera también un homenaje a Picasso, dada la influencia de algunos rasgos suyos.
Por entender las raíces
-Llama la atención que el tema de sus primeras obras gráficas es el retrato y autorretrato que, además, son muy académicos.
-Muy académicos dentro de la disciplina del retrato, porque veo además que debo de partir -siempre lo he hecho desde muy joven- de estudiar a los clásicos y a la academia en todo su proceso hasta llegar a la moderna si quieres, aunque no acepto, digamos, las recientes academias que están surgiendo o estableciéndose, porque no las considero propositivas. El retrato es la disciplina más dura de la pintura, el género por excelencia, desde Pompeya, Tenochtitlán, Bonampak...''
-Entonces, ¿asumió el reto de hacer retratos?
-Siempre me ha gustado el retrato. Es más, tengo un proyecto para realizar una serie de retratos de la generación de la Ruptura, la mayoría de cuyos integrantes incursionaron en ese género.
Parodi observa que mientras esa generación se enfrentó al movimiento muralístico, su propia generación no se enfrentó a la de la Ruptura, sino que hubo continuidad. Esta situación lo ha motivado a ver que entre las nuevas generaciones sí hay una ruptura o rechazo respecto de ellos.
''La generación actual -explica Parodi- está cerrada al diálogo, y eso trae un abismo y una pérdida de respeto a la academia, que es un legado del pasado. Cuando no hay diálogo, se parte de qué. ¿Del fenómeno de la contemporaneidad, de lo temporal?
''Por eso insisto mucho en entender las raíces. Pero eso no significa que no quiero transgredirme a mí mismo, que es lo más maravilloso que ha pasado en el arte moderno: su propia transgresión.
-¿Adónde quiere llegar con su obra gráfica? ¿Busca algo más suelto, experimental?
-Sí, de hecho están los principios en la exposición de esta experiencia más suelta. Pero las personas siempre hablan de soltura, y creo que hay una gran confusión allí. Hacer obra suelta es la cosa más fácil del mundo, cuando sabes dibujar. Pero se trata más bien de un concepto plástico.
''La experiencia plástica implica hacer la obra con soltura, pero muchas veces esa soltura que se manifiesta en algunos artistas es un simulacro y la gente luego cae en esa trampa.
''La obra exhibida tiene soltura, pero también una retención por la misma cuestión de aprendizaje de la técnica.''
La exposición en CAD forma parte de un proyecto de tres que Parodi presentó al Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, instancia que le otorgó un apoyo para montar una primera muestra dedicada al dibujo, mientras que una tercera se destinará a la pintura.
Incursionar en la gráfica también ha despertado el interés de Parodi por probar otras disciplinas artísticas, como son la cerámica y la escultura.