Usted está aquí: jueves 3 de agosto de 2006 Espectáculos La clasificación C a Los pajarracos, censura disfrazada: sus directores

Está afectando sensiblemente la recaudación en taquilla, argumentan

La clasificación C a Los pajarracos, censura disfrazada: sus directores

JUAN JOSE OLIVARES

Héctor Hernández y Horacio Rivera, directores y productores de la película mexicana Los pajarracos, consideran que la clasificación C (sólo adultos mayores de 18 años), adjudicada por la dirección de Radio Televisión y Cinematografía de la Secretaría de Gobernación (RTC), es censura disfrazada. "Está afectando sensiblemente la recaudación en taquilla y se trata de una doble moral del Estado mexicano. Por un lado se habla de una enorme libertad de expresión, pero en el momento en que una propuesta aborda temas escabrosos que pueden suscitar polémica, esa libertad es vista por la autoridad como libertinaje, y entonces aparece la censura con su machete, dispuesta a cortarte la cabeza."

Los pajarracos está en cartelera de salas comerciales de México desde el pasado viernes. Es una coproducción de Pajarracos Films junto con el Instituto Mexicano de Cinematografía, por medio de su Fondo de Inversión y Estímulos al Cine Mexicano (que le otorgó 49 por ciento de la producción). Formó parte de la selección oficial del pasado festival de cine en Guadalajara. Obtuvo el primer premio para un guión de opera prima, en el festival de Trieste, Italia, 2000.

Una comedia de Miguel Cachondo Sanabria

Los pajarracos es una comedia, "una fábula de Miguel Cachondo Sanabria, luchador mujeriego, sinvergüenza y fracasado, quien después de dejar embarazada a la hija de un narcodiputado de Culiacán se verá envuelto en una aventura escalofriante, que lo llevará de camino a California en busca de la libertad y de un sueño: pelear en el Olympic Auditorium de Los Angeles. Pero para que eso ocurra nuestro luchador primero tendrá que pasar por la frontera más salvaje del mundo: Tijuana, tierra de pajarracos bravos y desalmados, un rincón del mundo donde todo tiene un precio muy alto y nada es lo que parece".

Y así, entre llaves de lucha libre, persecuciones, besos, encuentros y desencuentros, el luchador, perseguido por el narcodiputado, la hija ofendida, la falsificadora de dólares y los demás pajarracos, llegará hasta el límite de sus fuerzas y del territorio mexicano, decidido a cruzar a Estados Unidos.

En opinión de los cineastas, durante el primer fin de semana de exhibición de la cinta se dieron a la tarea de visitar distintas salas cinematográficas, donde pudieron recoger testimonios tanto de gerentes como del público en general. "En lo que respecta a los chavos -dice Hernández- la actitud fue muy parecida: tienen muchísima curiosidad por ver de qué trata nuestra historia, pero la clasificación se los impide. Creo que el problema, como ya ha ocurrido en otras ocasiones, tiene que ver con la doble moral del Estado mexicano."

Para Rivera el comentario de Jorge Alcaraz, gerente regional de Cinépolis Plaza Río en Tijuana, encierra una verdad irrefutable: "Una clasificación C mata cualquier posibilidad de recuperar en la taquilla lo invertido. ¿Cómo quieres competir con los demás (filmes) si de entrada una buena parte de tu público objetivo queda fuera de la sala?"

Sorprendente que RTC se asuste

Rivera afirma que le sorprende que RTC se asuste con lo que se dice en la película. "Los pajarracos muestra la realidad de un país que es pura ficción. Me pregunto de qué se espantan: ¿de que se ve a un sacerdote pederasta?, ¿de que aparecen unos gringos cazamigrantes?, ¿de que hay un político de izquierda que se queja de la democracia? La mexicana es una sociedad madura y con criterio muy amplio. Una sociedad que celebra el humor y que está harta de hipocresías."

Según los realizadores, si se toma en cuenta que una película hollywoodense con clasificación A puede ser vista en una sola sala, durante un fin de semana, por unos mil 500 espectadores, la misma cinta con clasificación C podría descender su ingreso en 75 por ciento. Hernández asegura que "de nada sirve que Imcine y los inversores privados unan esfuerzos y se arriesguen a hacer cine mexicano, si al momento de enfrentarnos con los gigantes (las grandes producciones estadunidenses principalmente) tenemos a la censura -de nuestro propio país- como contrincante adicional a vencer.

"Nosotros acatamos la decisión de RTC -dice Rivera- porque respetamos las instituciones y porque la noticia de la clasificación la recibimos sólo unos cuantos días previos a que la película se estrenara. En ese momento decidimos que entablar alguna impugnación o inconformidad podría entorpecer el lanzamiento en cines. Como dicen en mi pueblo: 'nos la aplicaron y nos agarraron con los dedos en la puerta'."

En la cinta participan los actores Miguel Rodarte, Luis de Alba, Itati Cantoral, César Bono y Regina Orozco, entre otros.

 
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