Usted está aquí: domingo 30 de julio de 2006 Espectáculos RUTA SONORA

RUTA SONORA

Patricia Peñaloza

Syd Barrett (1946-2006) y III

Ampliar la imagen De izquierda a derecha: Nick Mason, Syd Barrett, Roger Waters, Rick Wright, y abajo David Gilmour, entre enero y abril de 1968

A ALGUNOS ESTA APOTEOSIS sobre Syd Barrett les parece sobrada. Y es que, el que nuestro finado personaje (7 de julio) ingiriera tanto LSD como para quedar fuera de la realidad a los 24 años, en contraste con la gloria que luego cubrió a Pink Floyd , le suele merecer descrédito. Quizá se le respetaría más de haber muerto joven; pero como lo ven cual "pinche drogadicto que se quedó en el viaje", no es así. Mas no se inquieten, hoy acabo. Quizá si no hubiera muerto, jamás habría escrito de él. De hecho, será raro que vuelva a hacerlo.

Mirada sin brillo

EN PLENO ESTRELLATO por la edición de The piper at the gates of dawn (abril 1967), Syd se fue a vivir a un apartamento en Cromwell Road, Londres, donde el LSD, auspiciado por Nigel Gordon , corría sin restricciones. Los nueve meses que vivió en ese lugar (el diseñador de sus discos, Storm Thorgerson , lo sacó de ahí, algo tarde) coincidieron con su rápida desintegración mental. Su mirada perdió brillo, su sonrisa se esfumó. Su comportamiento fue cada vez más disparatado; se volvió imposible trabajar con él, en vivo y en estudio. Por ello, Roger Waters llamó al guitarrista David Gilmour , amigo de Syd, para que le supliera en los conciertos (enero, 1968). Mas no tenían corazón para correr a Barrett, por lo que en marzo acordaron que éste sólo compondría y grabaría, sin tocar en vivo. Pero esto no pasó. Syd no compuso mucho, y los pleitos entre éste y Waters aumentaron, hasta que el segundo echó al primero del estudio; quien terminó de grabar fue Gilmour. La alineación de cinco miembros duró cuatro meses, pues todo se volvió inoperante. En abril, EMI publicó que Barrett estaba fuera. Y aunque había compuesto más canciones (fueron rechazadas), de él sólo quedó grabada, para A soucerful of dreams (1968), Jugband Blues, fina pero dolorosa: "Debo aclarar que no estoy aquí / me pregunto quién escribe esta canción... ¿Qué es exactamente un sueño, y qué es una broma?" Syd parecía consciente de lo que le pasaba.

La risa de Syd

CON TODO, A un mes ya grababa su disco solista. Lo acabó hasta 1969. The madcap laughs (El loco se ríe; enero, 1970) ingresó al Top 40. Lo produjo Malcolm Jones , con ayuda de Gilmour y el bandón Soft Machine . Su lucidez creativa parecía volver, así que grabó Barrett (noviembre, 1970), producido por Gilmour y el tecladista de Floyd, Rick Wright .

LAS GRABACIONES FUERON difíciles: Syd se comportaba cual niño errante. En The madcap..., en el cual toca siempre fuera de tiempo, se percibe la condescendencia que le tuvieron; su fragilidad se muestra al máximo, y aunque sus letras retratan una sique dañada, los temas poseen una curiosa inventiva melódica. Con casi sólo voz y guitarra, sus composiciones son tan flamantes que trascienden su maltrecha ejecución. En el disco Barrett, Syd se oye menos dañado; está mejor producido, y posee temas más oscuros, lúdicos, emocionales. Oírle con atención es tener claro que de este creador proviene mucho de David Bowie , Beck o REM .

ASIMISMO, QUEDA CLARO que el Floyd de Waters no sólo fue marcado por la semilla sónica de Syd, sino por el desconcierto que les provocó su locura. Brain damage (Daño cerebral), del Dark side of the moon (1973) es obvia ("hay alguien en mi cabeza que no soy yo..."); The Wall (1979) también tiene que ver con él. La música de Pink Floyd, dice Tim Willis , biógrafo de Barrett, "es una versión sofisticada de lo que hacían con él": esa intención experimental, atmosférica, con voces lánguidas y letras introspectivas.

Brilla, diamante loco

SU RETIRO A casa de su madre (Cambridge) fue inminente. Nunca se recuperó del todo; sólo se dedicó a pintar. Recordar sus días con Pink Floyd le causaba depresiones, por ello estuvo alejado. Aunque famosa es su aparición en 1974, en el estudio, mientras Pink Floyd grababa Wish you were here , disco dedicado a él; de éste, reza Shine on you, crazy diamond: "...cuando eras joven, brillabas como el sol... ahora tu mirada es como dos hoyos negros en el cielo... atrapado en el fuego cruzado de tu niñez y el estrellato... nadie sabe dónde estás, qué tan lejos o cerca... ¡vamos, profeta, pintor, flautista, prisionero... brilla!" Y en Wish you..., dicen a Syd no estar mucho mejor: "Somos dos almas perdidas en una pecera, año tras año, corriendo sobre el mismo suelo. Mas, ¿qué hemos hallado? Los mismos viejos temores".

BARRETT NO BUSCABA criticar al sistema, sino inventarse un lugar fantástico para vivir. Dice Peter Jenner , su antiguo manager: "El último periodo en que fue feliz, fue antes de que muriera su padre; siempre buscó regresar a su niñez: era su refugio". Y sí. A la Rolling Stone dijo Syd en 1971: "Lo único que deseé desde niño fue tocar bien la guitarra y brincar por doquier".

COMPARADO POR LA crítica inglesa con el poeta Hilaire Belloc , Barrett fue un diamante en bruto a quien el "viaje" le impidió mostrar toda su inventiva, pero que sin su locura, el Floyd de Waters y Gilmour no habría existido jamás. Brille por siempre, Roger Keith Barrett.

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