Usted está aquí: sábado 29 de julio de 2006 Opinión Sin crueldad no habría banquete

Gustavo Gordillo

Sin crueldad no habría banquete

1. Unos creen que para purificarse hay que caer en el abismo de los pecados mayores. Otros creen que para transformar la realidad primero hay que agudizar las contradicciones. Sospecho que ambas corrientes deben estarse deleitando con la situación actual en México. Pero históricamente no son los únicos. Ahí van algunos ejemplos al azar.

2. ''Soy muy buena'', dice una Halle Berry casi desnuda al tiempo que se zambulle en una montaña de diamantes. Pierce Brosnan, personificando al legendario agente 007, le contesta: ''Especialmente cuando eres mala''.

3. Un obrero agrícola de Honduras mató a mordiscos a una serpiente barba amarilla que lo atacó mientras se dirigía a sus labores. Antes que el ofidio inyectara más veneno a su torrente sanguíneo, el hombre reaccionó tomando al animal y mordiéndolo varias veces, hasta provocarle la muerte.

4. Sebastian Horsley confiesa que "una parte de mí acostumbraba disfrutar el engaño. Había algo en la pobreza de desear a una novia. No le encuentro sentido al sexo sin la traición. Sin crueldad no habría banquete".

5. Coetzee, en un ensayo sobre la novela de Philip Roth, The Plot against America -dudo traducir plot como complot por razones digamos de la coyuntura- señala que la conspiración -imaginada- contra los judíos americanos, que lo es en realidad contra la república, "funciona de manera tan insidiosa que al principio la gente razonable no lo puede discernir. Aquellos que hablan de conspiración son tachados de locos".

6. ¿A cuenta de qué menciono estos ejemplos? A propósito de que en el presente conflicto poselectoral todos los actores principales, buscando fortalecer la democracia o la transparencia, o la certeza o todo junto, están generando un contexto de callejón sin salida. La discusión del interinato, incomprensible si nos atenemos a la jornada electoral en sí misma, sólo se entiende como resultado de una especie de equilibrio catastrófico en el cual se han colocado los dos bloques políticos que emergieron nítidamente con los resultados electorales. Cuando estas crisis de transición se prolongan demasiado se presenta el fenómeno llamado por Gramsci ''equilibrio estático'' o equilibrio catastrófico, caracterizado por que las fuerzas en lucha se equilibran ''de manera tal que la continuación de la lucha no puede menos que conducir a la destrucción recíproca''. Es importante recoger las dos causas de crisis orgánica citadas por Gramsci en los Cuadernos: el ''fracaso'' de la clase dirigente en alguna causa política de envergadura, para la cual demandó el apoyo y obtuvo el consenso de las grandes masas; y la acción consciente de éstas en torno a reivindicaciones que constituyen en sí mismas una "revolución".

7. Como es sabido, el gobierno de Fox se debatió en torno a un dilema: desmantelar el poder del priísmo concentrado en corporaciones e instancias estatales aliándose con el PRD, o bien establecer con el priísmo un pacto de gobernabilidad que le permitiera aprobar las reformas fiscal, energética y laboral. La tragedia del gobierno de Fox fue que no logró ninguna de las dos cosas. En buena parte por ineptitud en la operación política pero sobre todo por la ausencia de arreglos institucionales que fomentaran la cooperación, y de actores políticos dispuestos a pactar una estrategia política de largo plazo. Sobre todo, los tres partidos principales convirtieron al Congreso de la Unión en un sistema de vetos mutuos que llevó a la parálisis al conjunto del Estado. Este es el fracaso de la clase dirigente que permite desvelar la crisis orgánica del Estado. La convergencia de la crisis social -que también viene de lejos- y de la crisis de representación política configuran esta situación de equilibrio catastrófico. Para muchos actores la manera de resolverla es con una huida hacia adelante bajo la forma del llamado interinato. Este camino lleva inevitablemente hacia una mayor desarticulación del país en regiones cuasi soberanas y en un debilitamiento del Estado. Es decir, balcanización política y crispación social.

8. Hay otra forma de enfrentar esta coyuntura de equilibrio catastrófico. Requiere un enorme esfuerzo de construcción de consensos en la etapa previa a la asunción del nuevo gobierno. Requiere del TEPJF una resolución que convenza a un importante sector de la ciudadanía que los resultados electorales por medio de los cuales determina a un candidato presidencial como ganador, expresan sustancialmente la voluntad ciudadana mostrada el 2 de julio. Esto apenas es el punto de partida para un pacto nacional que garantice gobernabilidad de largo plazo. En cualquiera de las dos hipótesis -sea que se confirme el triunfo de Calderón o se modifique a favor de AMLO-, ambos se enfrentan al mismo dilema: resolver las fallas de gobernabilidad a través de un acuerdo oportunista con sectores del PRI y con otros partidos o avanzar por el sendero de un verdadero pacto histórico. Pacto histórico entre la derecha y la izquierda mexicanas. Entre la formación discursiva que privilegia el valor de la libertad y la formación discursiva que enfatiza el valor de la justicia social. ¿Pacto histórico o acuerdo oportunista? ¿La transición hacia la consolidación democrática o el retroceso a un gobierno de facciones prisionero de lo peor de las viejas clases políticas y de lo más depredador y cortoplacista de las elites económicas?

 
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