Usted está aquí: sábado 22 de julio de 2006 Opinión El nuevo desorden internacional

Gustavo Iruegas

El nuevo desorden internacional

Ampliar la imagen Funeral de 15 palestinos ultimados durante enfrentamientos entre militantes y tropas israelíes en el campamento de refugiados de Mughazi, en la franja de Gaza Foto: Ap

Se inicia en estos días un nuevo capítulo de violencia en la vieja Palestina. No vale la pena preocuparse por cuestiones ya olvidadas del derecho de la guerra, como la proporcionalidad de las represalias o la prohibición de éstas contra la población civil. Todas han sido sustituidas en la práctica por la única limitación que admiten las potencias guerreras: la de su propio poder. Quizás es más útil preguntarse por qué los grandes temas de la guerra prolongan tanto su tratamiento en la organización encargada de la seguridad internacional, que, sin entrar en vías de solución, terminan siendo verdaderos fracasos. Cuatro casos:

Uno. El 26 de junio de 1945, los estados aliados en la Segunda Guerra Mundial acordaron emitir la Carta de Naciones Unidas y con ello crear la organización internacional necesaria para el nuevo orden bipolar. En ese documento se declararon "resueltas a preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra, que dos veces durante nuestra vida ha infligido a la humanidad sufrimientos indecibles". Cuarenta y dos días después, el 6 de agosto, estalló la primera bomba atómica que la humanidad arrojó sobre sí misma.

La primera resolución que tomó la Asamblea General de Naciones Unidas fue la "creación de una comisión que se encargue de estudiar los problemas surgidos con motivo del descubrimiento de la energía atómica". Durante su tercera sesión ordinaria la Asamblea General emitió la resolución 192, dirigida a "la prohibición del arma atómica y a la reducción de una tercera parte de los armamentos de los estados miembros permanentes del Consejo de Seguridad". La medida se demostró más que ambiciosa pero, eventualmente, fueron constituidas diversas entelequias de la burocracia internacional orientadas a contrarrestar el peligro nuclear que han derivado en la Conferencia de Desarme.

Se considera que a partir del final de la guerra fría el peligro de una conflagración nuclear disminuyó notablemente, porque uno de los beligerantes perdió capacidad e interés en ese tipo de confrontación. Sin embargo, el otro gran beligerante fue capaz de usar la bomba cuando nadie más la tenía. Todavía existen más de 25 mil armas nucleares en el mundo.

Dos. También en su primera reunión, la Asamblea General emitió su resolución 96, que pidió preparar una convención sobre "El crimen de genocidio", "una negación del derecho de existencia a grupos humanos de la misma manera que el homicidio es la negación a un individuo humano del derecho a vivir". La convención entró en vigor en 1951 y asentó: "se entiende por genocidio cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir, parcial o totalmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal: a) matanza de miembros del grupo, b) lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo, c) sometimiento intencional de los miembros del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física total o parcial, d) medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo, e) traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo". La convención señala como sancionables, además del genocidio mismo, la complicidad, la instigación, la tentativa y la asociación para cometerlo. Igualmente determina que los acusados de tal crimen deberán ser juzgados por un tribunal nacional o una corte penal internacional competente.

Diez años después de cometido el genocidio de 1994 en Rwanda, el secretario general de Naciones Unidas dijo: "El genocidio en Rwanda no debería jamás haber ocurrido. Ni la Secretaría General de Naciones Unidas, ni el Consejo de Seguridad, ni los estados miembros, ni la prensa internacional, prestaron suficiente atención a la evidente acumulación de síntomas de desastre. Ochocientos mil hombres, mujeres y niños fueron abandonados a la más brutal de las muertes, ya que el vecino mató al vecino, y los santuarios como iglesias y hospitales fueron transformados en lugares de matanza. La comunidad internacional fracasó en Rwanda, y eso debe dejarnos con un sentido de amargo rechazo y pena permanente".

Tres. En 1945 los gobiernos de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y de Estados Unidos decidieron que el ejército japonés se rendiría, al norte del paralelo 38, ante el ejército rojo, y al sur, ante el estadunidense. Entre ambos crearon una comisión encargada de "reconstruir el Estado independiente de Corea", la cual fracasó porque no pudo superar las diferencias entre las organizaciones políticas coreanas que, aunque se reputaban democráticas, favorecían unas a la URSS y otras a Estados Unidos. El asunto fue llevado a la Asamblea General de Naciones Unidas en 1947, la que instaló una comisión temporal para la desocupación y la formación de un gobierno nacional de Corea. La comisión celebró elecciones en el sur ocupado y administrado por Estados Unidos. Así, fue proclamada la República de Corea y su gobierno reconocido por la comisión como "único gobierno nacional de una Corea reunificada" y, consecuentemente, único con representación internacional. Ante esto, en el norte se proclamó en 1948 la República Democrática Popular de Corea, y su gobierno fue reconocido por la URSS como "único gobierno legal de Corea". A finales de ese año la URSS desocupó Corea del Norte y la Asamblea General reconoció como "único gobierno legal de Corea" al del sur. Las tropas de Estados Unidos permanecieron en el sur bajo la bandera de Naciones Unidas. El norte invadió al sur y Estados Unidos lo defendió y China respaldó al norte. Después de 4 millones de vidas perdidas, la frontera volvió a donde se inició el conflicto, el paralelo 38.

Fue hasta 1972 que ambos gobiernos anunciaron el final de las hostilidades y el inicio de trabajos para la reunificación; en 1990 el Consejo de Seguridad aprobó la admisión en la organización de las dos Coreas, como miembros 160 y 161, y en 1991 firmaron un acuerdo de reconciliación, no agresión, intercambio y cooperación.

En la actualidad Corea del Norte tiene un programa de desarrollo de energía y armas nucleares, y Estados Unidos la ha incluido en su lista de países integrantes del eje del mal, distinción que comparte con Bielorrusia, Cuba, Irak, Irán, Libia, Siria y Zimbabwe. En la práctica, la reunificación de Corea queda diferida sine die.

Cuatro. Todavía en los albores de su existencia, en noviembre de 1947, la Asamblea General emitió su resolución 181 (II) bajo el rubro de "Futuro gobierno de Palestina". Se había recibido el informe de una comisión especial que propuso un "Plan de partición con unión económica", que implicaba la creación de dos gobiernos, uno árabe y otro judío, y una Unión Económica de Palestina, que eventualmente conducirían a "examinar con benévola atención su solicitud de admisión como miembro de Naciones Unidas". La ciudad de Jerusalén sería constituida como corpus separatum bajo un régimen internacional especial que sería administrado por Naciones Unidas. El 11 de mayo de 1949, tomando nota de la declaración del Estado de Israel de que acepta sin reservas las obligaciones consagradas en la Carta de Naciones Unidas y se compromete a cumplir dichas obligaciones, la Asamblea General decide admitir a Israel como miembro de Naciones Unidas y así lo consigna en su resolución 273 (III). Pero es hasta 1974 que la Asamblea General reconoce que el pueblo palestino tiene derecho a la autodeterminación de conformidad con la Carta de Naciones Unidas y lo invita a hacerse representar en calidad de observador en los trabajos de la organización. No se reconoce a Palestina como Estado, ni como amante de la paz, ni como miembro de la organización. Pero es un gran triunfo palestino.

A finales de 2005, la Asamblea General emitió su resolución 60/179 -prácticamente igual a la 59/179 que emitió en 2004-, en la que "reafirma el derecho del pueblo palestino a la libre determinación, incluido su derecho a un Estado de Palestina independiente, e insta a estados y organismos a que continúen prestando apoyo y asistencia al pueblo palestino para la pronta realización de su derecho a la libre determinación".

Entre las resoluciones 181 (II) de 1947 y la 60/179 de 2005 han ocurrido cuatro guerras, dos intifadas y una interminable cadena de atentados y ataques, invasiones, asesinatos y muertes de líderes y jefes y, por supuesto, miles y miles de muertes innecesarias.

Ahora estamos a las puertas de otra guerra, nuevamente en Líbano. Naciones Unidas prepara alguna nueva resolución y quizás otra "operación de mantenimiento de la paz". No será fácil porque Estados Unidos ya tuvo una mala experiencia en ese país y su pueblo podría resistirse a sacrificar a más de sus jóvenes, aunque siempre hay otros gobiernos dispuestos a hacer de sus nacionales la mano del gato.

Vivimos en un nuevo siglo y el orden mundial ha cambiado a uno de hegemonía unipolar, pero tenemos la misma organización internacional y perduran -junto a los nuevos- los viejos problemas del arma atómica, del genocidio, de Corea y, tristemente, de Palestina.

 
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