Usted está aquí: sábado 22 de julio de 2006 Mundo Washington, contrario a una "falsa promesa" de cese del fuego en Líbano

Israel concentra tropas en la frontera para una ofensiva de mayor envergadura

Washington, contrario a una "falsa promesa" de cese del fuego en Líbano

Condoleezza Rice viajará mañana a Medio Oriente en busca de una solución de "largo plazo"

Comisión de ONU enviada a la zona informa primero a Estados Unidos y luego al organismo

AFP, REUTERS Y DPA

Ampliar la imagen Ataúdes con cuerpos de libaneses muertos por los ataques israelíes en el sur de Líbano son sepultados en Tiro Foto: Ap

Washington, 21 de julio. La secretaria de Estado estadunidense, Condoleezza Rice, se pronunció hoy en contra de la "falsa promesa" de un cese del fuego en Líbano, donde este viernes disminuyó la intensidad de los ataques entre Israel y Hezbollah, en el preludio de una ofensiva terrestre israelí de mayor envergadura en territorio libanés, al comenzar a concentrar tanques y tropas en la frontera en las últimas horas del viernes, además de que convocó a 3 mil reservistas de las fuerzas armadas israelíes.

Portavoces del ejército invasor, que hasta ahora se ha limitado a operaciones de corta duración en la franja fronteriza de Líbano, dieron a conocer que el ejército israelí emitió la "orden ocho" que requiere el "servicio inmediato" o de emergencia.

Según Dpa, el llamado castrense involucra a hombres que conformarán "menos de una brigada", que en Israel normalmente la forman unos 7 mil soldados.

La prensa de Israel -donde un sondeo del diario conservador Maariv indicó que 95 por ciento de la población justifica la ofensiva en Líbano- insistió este viernes en señalar que la infantería de Tel Aviv se ha movilizado hacia la frontera norte y se propone trasladar más soldados a los límites con Líbano, este fin de semana.

Sin embargo, el jefe del estado mayor, Dan Halutz, dijo en Tel Aviv que la acción de las tropas terrestres contra las milicias de Hezbollah será restringida.

Otras fuentes militares y gubernamentales israelíes han insistido entre el jueves y el viernes que la invasión iniciada el 12 de julio no será igual a la de 1982 -cuyo objetivo fue erradicar la presencia de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP)- y se prolongó hasta 2000.

En relación con las dimensiones de esta nueva invasión, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Mark Regev, advirtió que Tel Aviv quiere que "Hezbollah sea desmantelado como fuerza militar, en cumplimiento de la resolución 1559 -en la que la Organización de Naciones Unidas (ONU) ordenó el retiro de tropas sirias de Líbano y la desarticulación del movimiento guerrillero chiíta- y que quede sin capacidad para iniciar otra crisis".

Otra "de las condiciones para una tregua es que, una vez entrado en vigor, Hezbollah no pueda recibir armas de Irán y Siria", puntualizó Regev, quien dijo que bajo esas circunstancias, el ejército de Líbano podría desplegar sus tropas en su frontera sur.

Actualmente, 2 mil efectivos de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (Unifil, por sus siglas en inglés) ocupan posiciones de vigilancia en la franja limítrofe libanesa.

Al sur del río Litani, que forma una línea diagonal desde el norte y desemboca en el Mediterráneo, a unos 30 kilómetros de Israel, residían antes de la invasión entre 300 mil y 600 mil libaneses, de un total de 4 millones de habitantes.

Cuando cayó la noche del jueves al viernes, la aviación israelí reanudó los bombardeos a supuestas bases de Hezbollah en las regiones de Balbek y Hermel -fronterizas con Siria-, así como en las ciudades de Beirut y Tiro -10 kilómetros al sur del río Litani- y cuatro pueblos cercanos a la frontera sur, Shatiyeh, Qalile, Aitit y Abbasiyeh, que se encuentran en el área que el ejército israelí desea convertir en la zona "tapón", libre de guerrilleros de Hezbollah.

Mientras, el cuerpo de un soldado israelí reportado como desaparecido fue hallado hoy en el sur de Líbano, informó la televisora regional Al Arabiya.

A su vez, el ejército israelí informó que después de la batalla del jueves en un paraje al norte del pueblo israelí de Avivim, las tropas de Tel Aviv recuperaron 13 cadáveres de milicianos chiítas.

Durante los bombardeos en el sur de Líbano, un proyectil israelí cayó en una de las bases de la Unifil, ubicada en Marwaheen. "Hubo daños, pero no víctimas", informó un vocero de la unidad.

En el lapso de dos horas, los cazas israelíes realizaron unas 10 incursiones en Balbek, donde tres civiles murieron, según un reporte de la policía libanesa. Varias edificaciones fueron convertidas en escombros y las autoridades temen que haya más muertos o personas atrapadas con vida.

Después de la ofensiva aérea, el jeque Naim Qassam, uno de los principales líderes de Hezbollah, afirmó ante las cámaras de la televisión del movimiento, Al Manar, que "el ejército israelí recurrió a la muerte de civiles para asegurarse un éxito militar, porque tiene miedo de una intervención terrestre" en Líbano.

"Disponemos de los medios que pueden provocar una verdadera derrota política a Israel", puntualizó el dirigente.

En Haifa, este viernes cayeron dos cohetes que hirieron a un total de 19 personas.

Sobre las tácticas de Hezbollah, la revista especializada en temas militares Jane's Defence Weekly dijo que ese movimiento ha recuperado la experiencia de los guerrilleros del Vietcong, que convierte a los chiítas en adversario "feroz" y "motivado".

"Las fuerzas israelíes han descubierto que Hezbollah ha establecido cerca de la frontera una red de túneles y trincheras como las del Vietcong, que sirven de refugio a sus integrantes y a sus armas", señaló un analista.

En el terreno diplomático, este viernes una comitiva de la ONU enviada el fin de semana pasado a Líbano presentó un reporte de sus observaciones ante el Consejo de Seguridad, aunque previamente rindió su informe a Condoleezza Rice, según Reuters.

Vijay Nambiar, secretario de asuntos políticos de la ONU y jefe de la comitiva, dijo que Israel advirtió que no negociará con terceras partes, como en conflictos anteriores, y "estableció que los (dos) soldados cautivos deben ser liberados incondicionalmente".

La tregua, solución poco efectiva

Rice anunció de su lado que el domingo viajará a Medio Oriente para buscar una solución "de largo plazo" que formule "lineamientos para un marco político".

Luego de reiterar su visión de que Siria está detrás de Hezbollah y es la causa del conflicto, dijo que "un alto del fuego sería falsa promesa si nos regresa al estatus quo" de antes de la invasión israelí a Líbano, y consideró que el cese de hostilidades en esas condiciones resultaría una "solución rápida", pero "poco efectiva".

El plan de largo plazo comenzará a ser trazado entre Estados Unidos y el "grupo de trabajo sobre Líbano", creado tras la reunión del Grupo de los Ocho, en San Petersburgo, Rusia, a principios de la semana.

Rice se reunirá en Roma, en una escala de su gira, con el grupo de trabajo sobre Líbano, que incluye a Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Líbano, Rusia, Egipto, Arabia Saudita, Italia, Unión Europea, la ONU y el Banco Mundial.

Por su parte, el ministro francés de Relaciones Exteriores, Philippe Douste-Blazy, quien llegó hoy a Beirut en el contexto de una gira de mediación, advirtió sobre el deterioro de la situación en Líbano y la "necesidad urgente" de ayudar a los civiles.

En respuesta al llamado al cese de hostilidades hecho el jueves por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, el embajador israelí ante el ente mundial, Dan Gillerman, lamentó la equiparación con Hezbollah, pero confirmó el establecimiento de un "pasillo humanitario" para atender necesidades de Líbano.

Hezbollah rechazó el plan de Annan y reiteró que sólo aceptará "un alto del fuego incondicional tras negociaciones indirectas para un intercambio de prisioneros".

 
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