Usted está aquí: sábado 22 de julio de 2006 Cultura Javier Moro evoca el lejano esplendor de los últimos maharajás de India

Una joven malagueña protagoniza la novela más reciente del narrador

Javier Moro evoca el lejano esplendor de los últimos maharajás de India

FABIOLA PALAPA QUIJAS

La historia novelada de la malagueña Anita Delgado, quien se casó con el maharajá de Kapurthala, es un cuento de hadas hecho realidad.

Jagatjit Singh, un riquísimo maharajá de India, visita Madrid para asistir a la boda de Alfonso XIII y se enamora locamente de una joven de 17 años.

El escritor Javier Moro recrea en Pasión India (Seix Barral) la vida de Anita Delgado, una telonera del Kursal, hija de una familia de clase media, que se convierte en princesa de Kapurthala al casarse con el maharajá, el 28 de enero de 1908.

Durante varios años el autor siguió los pasos de Anita por las rutas de India y de Europa reconstruyendo con lujo de detalles el mundo exótico de los maharajás y sus harenes.

''Eran hombres caprichosos, pues se creían de origen divino, los ingleses los protegían y el pueblo los adoraba", comenta Moro, quien recientemente visitó México para presentar su libro.

El autor conduce al lector por calles con olor a fruta pasada, barro e incienso. Y al tiempo que describe paisajes, explora el fascinante mundo de los últimos maharajás que reinaban a principios del siglo XX sobre un tercio del territorio de India.

''Anita vio la riqueza de los maharajás como una española de clase media, sin prejuicios descubre ese mundo excéntrico de hombres cultos, encantadores, crueles y hasta un tanto locos."

El escritor utilizó cartas, fotografías, diarios y entrevistas con familiares para novelar la vida de la joven malagueña. ''Es una historia en la que no necesita inventarse nada, pues los personajes ya parecen de ficción".

En el libro, no sólo se recrean los olores y colores de India, también detalla qué fue de esa adolescente recibida como princesa, pero rechazada por los ingleses y la familia del maharajá.

Relación prohibida

Después de minuciosas investigaciones, Javier Moro imaginó cómo se sintió Anita, y relata la relación prohibida que la princesa sostuvo con Karan, el hijo mayor del maharajá. La novela comienza en noviembre de 1907, cuando el buque de 8 mil toneladas de la naviera francesa Messageries Maritimes, S.S. Aurore, se acerca a las costas de India. Ana Delgado Briones y su dama de compañía, Dijon, viajaban en él.

Revive paso a paso la vida de Anita, a quien define como una mujer moderna e inteligente que aprendió a desenvolverse en un ambiente de lujo y exótico esplendor.

Pasión India relata lo que ocurrió cuando Delgado se enfrentó al problema de vivir sola y aislada en un país extraño, además de conocer a las otras cuatro esposas de su cónyuge. Reconstruye los 18 años de vida de la española en India.

En entrevista, Moro explica el episodio que motivó que Anita dejara India: ''Un día, en una biblioteca de Nueva Delhi, encontré un recorte de periódico fechado en 1925. El titular rezaba 'Fedra en India', y aludía a la historia de amor, cuyo escandaloso final salpicó a la casa real de Kapurthala.

''La protagonista era Anita y la noticia se refería a una relación sentimental entre ella y Karan, vástago del maharajá. En París y Londres también encontré otros artículos al respecto."

El escritor señala que el gran amor de la española fue el hijo del maharajá, ya que en la mesa de su casa en Madrid tenía una fotografía de Karan para verlo de día y de noche.

Anita, agrega Moro, tuvo una vida en apariencia dulce, pero la realidad fue más dura. Primero estaba la soledad exacerbada por encontrarse en un país extraño y peligroso, donde la familia de su marido la ninguneaba y los ingleses la despreciaban.

Javier Moro, autor también de Senderos de libertad, comentó que el libro lleva 305 mil ejemplares vendidos en España y pronto saldrá en Italia, Francia e India. Asimismo, indicó que hay propuestas para llevarlo al cine.

''Desde nuestra época globalizada y violenta, los gloriosos días del esplendor de los maharajás parecen tan lejanos como los de los emperadores mongoles. Siempre permanecerá el brillo de su recuerdo, como las joyas que guardaban en cofres de sándalo y que siguen centelleando, a pesar del polvo y la decrepitud, en el firmamento de la historia."

 
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