Usted está aquí: viernes 7 de julio de 2006 Opinión PENULTIMATUM

PENULTIMATUM

Otro cura impune

NUEVE MESES ANTES de que el Vaticano dictara tibio castigo contra el padre Marcial Maciel Degollado, fundador y guía espiritual de los Legionarios de Cristo, otro sacerdote, a quien sus seguidores también consideraban digno de los altares, fue privado de sus facultades eclesiásticas. Se trata del padre Luigi (Gino) Burresi, fundador de la Congregación de los Siervos del Inmaculado Corazón de María. La sentencia fue la primera dictada durante el pontificado de Benedicto XVI. Al padre Burresi se le prohibió ejercer el sacerdocio, conceder entrevistas, escribir en periódicos o cualquier otra publicación, incluyendo Internet, y hablar por la radio y la televisión sobre temas relacionados con la doctrina católica, la moral y cualquier presunto suceso sobrenatural o místico. El padre Burresi fue acusado en varias ocasiones de abusar sexualmente de seminaristas y otros jóvenes que eran sus seguidores durante los años 60 y 70 del siglo pasado, además de abusar de la dirección espiritual y la confesión de muchos jóvenes.

BURRESI, DE 73 años de edad, se ordenó tarde de sacerdote, a los 51 años, en la orden de los Oblatos de la Virgen María, pero desde antes tenía fama de visionario, místico y director espiritual. Numerosos católicos de Italia y otros países, prelados de alto rango, políticos, empresarios y hasta la presidenta de Filipinas, Corazón Aquino, pregonaban su santidad. Su cuartel general lo tenía en las afueras de Roma, en Tívoli, donde recibía a sus fieles seguidores. Como era un imán de vocaciones sacerdotales, los Oblatos le fundaron allí un seminario. Pero en 1988 siete jovencitos dijeron a los superiores de los Oblatos, que Burresi había abusado sexualmente de ellos. Los Oblatos lo transfirieron de inmediato al monasterio austriaco de Loreto y denunciaron ante el Vaticano al pedófilo. Sin embargo, el cardenal que llevó el asunto se confesaba con Burresi, lo que explica que fuera absuelto y regresara triunfante a Italia, más estimado que nunca y con más gloria. Sus acusadores fueron reprendidos por el Vaticano.

LOS SUPERIORES de los Oblatos apelaron y de nuevo comprobaron los delitos cometidos por Burresi. Acusaron de encubridores a los que llevaron el caso. El Vaticano rechazó la apelación, destituyó a los superiores Oblatos y ascendió a quien absolvió a Burresi. Este decidió dejar la orden de los Oblatos y fundar la Congregación de los Siervos del Corazón Inmaculado de María, que hoy tiene 150 integrantes.

EL CASO POR abuso sexual fue reabierto hace nueve años, pero solamente hasta el año pasado se supo de la sentencia contra Burresi, en la cual ni lo absuelven ni lo condenan. Se citan algunos delitos cometidos por el pastor de almas: desde violación al secreto de confesión, violación del derecho a la privacidad, incitación a desobedecer a los superiores hasta falso misticismo y alegatos sin base de apariciones, visiones y mensajes sobrenaturales. Se ocultó el principal delito: abuso sexual. Todo apunta que fue encubierto por el anterior pontífice.

 
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