Usted está aquí: viernes 7 de julio de 2006 Deportes El futbol de oído

Lances y atajadas enmedio de la oscuridad

El futbol de oído

JAIME WHALEY

Ampliar la imagen Foto: Alfredo Domínguez

Ampliar la imagen Foto: Alfredo Domínguez

Ampliar la imagen Foto: Alfredo Domínguez

Las oncenas de Francia e Italia dirimirán el título de la Copa del Mundo este domingo en Berlín, pero aquí, para quienes viven en su muy particular mundo, hecho de imaginaciones, Chivas se medirá ante Boca por la supremacía de la liga de invidentes.

Con una sonora pelota de plástico en las manos -que lleva un puñado de municiones en el interior-, Gilberto Juárez Hernández, presidente de la liga Ignacio Trigueros (llamada así en honor del fundador de la primera escuela de ciegos en el país, un 24 de marzo de 1870, fecha que reafirma con orgullo este hombre de 49 años), explica la peculiar forma de jugar al futbol que tendrá su final paralelamente a la Copa Mundial de Alemania.

Los equipos están integrados por cinco jugadores de campo y un portero. El guardameta debe orientar a los atacantes contrarios por medio de su voz y en la alineación debe incluir al menos un jugador no de ceguera total, sino débil visual. Se juegan dos tiempos de 30 minutos cada uno.

Juárez rememora que fue en 1960 cuando a Lorenzo Chávez se le ocurrió patear una lata en el patio del Instituto de Rehabilitación para Ciegos, en Coyoacán, para de esta forma generar una manera rústica de hacer deporte.

Tiempo después, otro invidente, Elmo Cantú Treviño, tuvo la ocurrencia de meterle municiones a los balones de plástico soplado que regalaban los refrescos Pascual y así consiguió un sonido más vivo, mismo que se utiliza hasta la fecha; aunque en las competiciones internacionales esto cambia, pues la pelota va rellena de cascabeles.

Juárez ostenta el título del goleador del torneo, con 23 anotaciones, apenas dos arriba de Rodrigo Telón, centro delantero del Imperio, quien además de su ceguera es amputado. Pero nadie hasta ahora ha igualado la marca de 17 goles en un solo encuentro lograda por Darío hace un par de años.

Cada semana, unos 80 invidentes se dan cita en la cancha de futbol de bardas del deportivo Mina, en la colonia Guerrero, para disputar los partidos de la liga que incluye conjuntos como el Imperio, el Galastasaray y el Bayern, entre otros. Las tardes de viernes son de la cascarita totalmente informal, la cual en ocasiones se alarga hasta las 22 horas, y los domingos, a la vista de familiares y amigos, se efectúan los partidos.

El deportivo, a espaldas del histórico panteón de San Fernando, se abrió en diciembre de 2001 a instancias del Gobierno del Distrito Federal, para la atención de personas con capacidades especiales, y ofrece también atención médica, de rehabilitación, odontológica y de estimulación temprana. Cuenta con baños y se mantiene en sobrias condiciones de limpieza. Para el público en general, los ciegos ofrecen servicios de masoterapia, esto es, masajes tanto de índole deportiva como de rehabilitación de lesiones neuromusculares, por una módica cuota.

Por su parte, Luis González señala que la liga no tiene patrocinadores; cada equipo debe pagar la inscripción al torneo (75 pesos), el alquiler de la cancha y los honorarios de los árbitros. Además, lamenta que únicamente hay equipos en el Distrito Federal, por lo que sus competencias son restringidas. En cuanto al equipamiento, los usuarios están conformes con el estado de las instalaciones, pero no esconden su deseo de poder contar con algunos aditamentos como: una bicicleta estacionaria y un costal como el de los boxeadores, pues, agrega Sergio Gutiérrez, quien juega de portero, "es necesario fortalecer los puños".

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.