Usted está aquí: miércoles 5 de julio de 2006 Opinión De la patada

De la patada

Ruben Montedónico

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Cuando despertó, Italia todavía estaba allí, podría ser la paráfrasis del minicuento de Monterroso sobre el partido de ayer. Cuando los alemanes empezaban a aceptar a Klinsmann y a creer en su selección, se despidieron del sueño de ganar otra Copa del Mundo.

Los italianos empujaron fuera de su área a la ofensiva germana y desde ahí comenzaron a hacer futbol en media cancha -donde elaboraron su mejor juego- y a imponer superioridad individual y de conjunto sobre la última línea adversaria.

Los lanzamientos por las puntas y la penetración por el centro de la defensa alemana fueron la constante impuesta por un equipo que, como recordamos desde aquí -lamentablemente para el espectáculo- juega cuando la obligan y suele ganar si es estrictamente necesario. Pero, además, ayer administró el tiempo a su gusto, dominó el juego de punta a punta; no pegó; practicó futbol mostrando superioridad; fue pródigo en la fuerza, y elegante en el hilván de algunas de sus jugadas.

Después que "san poste" salvó en dos ocasiones la valla alemana en el tiempo extra, lo inevitable sobrevino en dos minutos en los pies de Grosso y Del Piero: operístico finale presto.

Lo de Klinsmann no fue menor: si el técnico no encontró en el torneo a quien supiera jugar por la banda, no es su culpa. Si en la Bundesliga lo mejor que se tiene en esa posición es a David Odonkor, que no sabe desbordar, levanta mal los centros y sin nadie que se le acerque para intentar la pared no se le puede cargar la mano al entrenador.

Lippi, por su parte, demostró por qué y cómo se superan viejos atavismos ultradefensivos; que el catenaccio se ubica en los apriorismos de algunos que sólo pronuncian la palabra e ignoran sus contenidos (inventados por un técnico de triste memoria, HH). El seleccionador italiano consiguió ayer uniformidad para la squadra azzurra combinando valentía con creatividad -comúnmente exhibida por Gattuso y Pirlo-, contando con que Buffon haría lo suyo cuando se lo exigieran.

Una palabra para definir lo hecho por el árbitro mexicano Armando Archundia: excepcional.

Visto así, pareciera que únicamente Portugal podría interferir impidiendo la coronación de Italia, aunque primero tendrá que superar hoy a Francia.

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