Usted está aquí: miércoles 5 de julio de 2006 Opinión La democracia prohibida

Alejandro Nadal

La democracia prohibida

La página del Instituto Federal Electoral (IFE) era una verdadera muralla el 2 de julio. En la sección del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) se presentaba toda la información que los ciudadanos no necesitaban. En el mejor estilo soviético, sólo se ponía a la disposición de cualquiera la información chatarra con los discursos del consejero presidente, organigramas, el texto de la legislación electoral federal y otras cosas que en ese momento no eran lo prioritario. La información que todos buscaban ansiosamente el domingo por la noche, las actualizaciones del PREP, no se encontraban disponibles de manera directa en la web del IFE.

Para acceder a esa información era necesario ir a las páginas de los "difusores" de los resultados electorales preliminares. ¿Quiénes son los "difusores"? Básicamente los medios de información, desde Reforma hasta Televisa, pasando por Radio Mil, Milenio, Crónica, Tv Azteca y todito.com. Ese hecho, en sí mismo, es extraordinario. El principal responsable de organizar e imprimir credibilidad a los resultados de la elección más importante en la vida nacional se ausentó del escenario y dejó el papel principal en esta obra a los medios de (des)información. Eso de verdad es representar Hamlet sin el príncipe de Dinamarca.

La incompetencia o la perversidad de los funcionarios del instituto electoral se confirmaron ese día. Quedó claramente anunciada la debacle de la "jornada democrática", que quedó irremediablemente manchada por la falta de credibilidad en el IFE. En un hecho sin precedente en las transiciones democráticas, aceptó borrarse del mapa y dejar el centro del anuncio de los resultados en los "difusores". Aunque hay entre los difusores entidades como la UNAM, el punto es que el responsable de organizar las elecciones y dar a conocer los resultados faltó a la cita y dejó en manos de terceros el desempeño de sus funciones.

El presupuesto del IFE para este año de elecciones rebasó los 6 mil 900 millones de pesos (los apoyos entregados a los partidos suman otros 4 mil millones de pesos). Es evidente que el componente electoral de la "transición democrática" tiene un costo elevado; con esos recursos el país debería tener un instituto electoral de lujo. En cambio tenemos una organización, cuya falta de credibilidad y torpeza entrañan un peligro ominoso para el país.

Esta falta de credibilidad y de transparencia en la divulgación de resultados electorales obligó a muchos ciudadanos a revisar como pudieron los datos de las actualizaciones del PREP. Para ello se fueron a las páginas de los "difusores" y se las ingeniaron para capturar los datos de las variaciones según iban apareciendo. Entre las anomalías destaca el hecho de que en por lo menos tres casos se presentan reducciones de votos que se aplican en distintas proporciones a los tres principales partidos (actualizaciones de las 13:17 GMT, 15:45 GMT y 16:04 GMT). ¿Cómo es posible que la suma de votos se convierta en una resta? ¿Qué tipo de "correcciones" se estaban llevando a cabo?

En una de esas "correcciones" a la baja, la circunscripción 1 es la única que sufre la reducción, pero en un monto que no corresponde al número de votos restados a nivel nacional. Lo menos que podríamos pedir al IFE y su PREP es un mínimo de rigor y claridad. Desgraciadamente, nadie aclara estas dudas, ni los "difusores" del PREP ni el propio IFE. Cuando la transparencia se opaca, ¿por qué confiar en los resultados?

Las dudas se acumulan. Sobre la discrepancia de 3 millones de votos que identificó el PRD, el consejero presidente del IFE señala que se trata de actas que llegaron con inconsistencias y que deben ser revisadas. Resulta sorprendente que actas con los resultados de 3 millones de votos "llegaron con inconsistencias en el llenado". Eso dice mucho sobre la desorganización del proceso electoral. ¿Casi 7 mil millones de pesos para esto?

La democracia es de todos, no sólo de los "especialistas" en derecho electoral o en estadística. Pero en este tipo de procesos cualquiera sabe que con cada minuto que pasa, crece la duda y se agiganta el espectro de manipulación y juego sucio. Al final, el mensaje es muy claro: por este camino no hay acceso a la democracia.

Frente a ese escenario lo único que queda es exigir que se abran los paquetes electorales y se proceda nuevamente a contar los votos. Lo más seguro es que el consejo general del IFE rechazaría esa petición, que debería formular el PRD. El Tribunal Federal Electoral del Poder Judicial de la Federación tampoco aceptará la inconformidad y se confirmará la "victoria" del candidato del PAN.

La tragedia para México sería tener un presidente del que no se sabrá si ganó o perdió la contienda electoral. Por lo menos la mitad de la población tendrá serias dudas sobre la legitimidad electoral del titular del Poder Ejecutivo. Eso será equivalente a tener un presidente impuesto por la vía de los hechos.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.