Usted está aquí: martes 27 de junio de 2006 Ciencias Faltan recursos para lograr vacuna contra amibiasis invasiva en México

No es una enfermedad rentable para los consorcios farmacéuticos: Socorro Flores

Faltan recursos para lograr vacuna contra amibiasis invasiva en México

No existe la cultura de hacer donaciones para la investigación, afirma la científica de la Universidad Autónoma de Nuevo León

El padecimiento, desatendido, según la OMS

ALFREDO VALADEZ RODRIGUEZ CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Socorro Flores González fue reconocida como la mujer mexicana más innovadora del país Foto: Alfredo Valadez R.

Monterrey, NL, 26 de junio. Una mujer mexicana egresada de universidades públicas del país está a punto de desarrollar una vacuna contra la amibiasis invasiva en los humanos, pero la falta de recursos y de equipo de tecnología avanzada retrasa el logro de la científica, que ya cuenta con cuatro patentes en Estados Unidos y México sobre el diagnóstico de microorganismos nocivos para la salud.

Se trata de la doctora María del Socorro Flores González, originaria de San Buenaventura, Coahuila, egresada de la licenciatura de química farmacobiológica en la Universidad Autónoma de Saltillo, doctora en inmunología por la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional y con un posdoctorado en el Instituto Louis Pasteur de París, Francia.

Desde hace tres años, la doctora Flores González, quien actualmente es maestra titular investigadora "D" del Instituto de Biotecnología de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) -donde tiene 20 años de trayectoria-, se ha abocado al estudio de enfermedades infecciosas y ha trabajado también sobre problemas neurológicos.

Entrevistada en su pequeña oficina, contigua al laboratorio donde realiza las investigaciones y da clase a los universitarios estudiantes de biotecnología, la doctora Flores González charló con La Jornada sobre sus patentes en el diagnóstico de amibiasis invasiva.

"La primera patente es un método para preservar, conservar, la estabilidad de los antígenos de las amibas, para utilizarse en diferentes cosas, desde pruebas de diagnóstico hasta actividades más a fondo sobre los mecanismos de las amibas en la parte inmunológica."

La segunda patente, indicó, es un "método que utilicé para hacer pruebas de diagnóstico, y de éstas la que más he estudiado -tengo varias patentadas- es la Western Blot, que se ha aplicado satisfactoriamente para el diagnóstico de amibiasis invasiva en el Hospital Universitario José Eleuterio González en Monterrey y en clínicas de Ciudad Benito Juárez, Nuevo León, la que ya validamos en diferentes poblaciones".

Ambas patentes fueron protocolariamente registradas en el país y en Estados Unidos, indicó la doctora, quien señala que, además, "estamos estudiando varias moléculas a las cuales les estamos apostando para hacer un diagnóstico más barato y para desarrollarlo como vacuna contra la amibiasis", e ironiza: "espero que lo logremos antes de que me jubile".

-¿Qué porcentaje de avance tiene usted en el desarrollo de esta posible vacuna?

-Todo depende del dinero que tengamos: el recurso es el problema definitivo en la investigación.

La iniciativa privada no se involucra

Interrogada respecto de si además de recursos públicos (todas sus patentes han sido financiadas al ciento por ciento por la UANL), ha obtenido apoyo privado para no detener sus investigaciones, la doctora Flores González señaló que en México "desafortunadamente, la iniciativa privada no se involucra.

"En otros países existen las donaciones; hay donativos que son deducibles de impuestos en Europa -en Francia, el Instituto Pasteur recibe una cantidad de donativos impresionante- y en Estados Unidos -en el Centro Anderson de Estudios del Cáncer-, pero en México no existe la cultura de hacer donativos para trabajos de investigación".

No obstante, matiza la científica mexicana, "quizá también los investigadores tenemos en parte la culpa, porque estamos en nuestro mundo, no hacemos difusión de ello, no nos acercamos, manejamos lenguajes diferentes, y los empresarios quizá piensen que trabajamos en cosas desconectadas que no sirven a nadie. Es un problema de ambos, pero también de cómo está organizado todo, que no se favorecen los donativos; se favorecen mucho más las publicaciones que las patentes y los desarrollos aplicados.

"Aun el mismo Conacyt favorece mucho más las publicaciones (de los investigadores) que las patentes. Desgraciadamente, de 33 mil patentes que se obtuvieron en México en los últimos seis años 670 son de mexicanos contra 33 mil de extranjeros, o sea nada. Y de esos 670, estoy segura que 600 son de compañías industriales; muy pocas son de instituciones públicas de educación."

Sin embargo, gracias a sus logros científicos, el pasado mayo la doctora Flores González obtuvo un reconocimiento internacional como la mujer mexicana más innovadora del país y, de entre 21 mujeres cuyo trabajo también fue reconocido, la distinción de representar a nuestro país en el congreso internacional de mujeres científicas, a realizarse en la India en 2008.

Sobre estos logros recientes, la también docente universitaria recordó que cuando la invitaron a participar en el concurso de la Red Global de Mujeres Inventoras e Innovadoras -que tiene su sede en Inglaterra- "mandé mis documentos, anexé todos los comprobantes que me han dado instituciones que han utilizado la prueba y adjunté 12 premios nacionales e internacionales más que ya se habían otorgado a mi trabajo".

Enorme necesidad de obtener logros

La doctora Flores considera que el hecho de que su trabajo esté siendo reconocido está muy vinculado "a que hay una necesidad enorme" de obtener logros en la materia de la comunidad científica internacional, ya que muchos investigadores y laboratorios del mundo solamente están logrando avances para enfermedades de países del primer mundo, que les reditúan mucho dinero, y no miran hacia los problemas y enfermedades de los países del tercer mundo.

"La Organización Mundial de la Salud considera que la amibiasis está desatendida; que se atienden más otras enfermedades y se le va dejando de lado, sobre todo en los países del tercer mundo, porque para las compañías farmacéuticas son mucho más importantes otras dolencias que dejan más dinero."

La científica mexicana, madre de dos hijos, indicó que entre sus satisfacciones está que "mi trabajo cubre la parte científica, la invención y la social, que es la que me importa muchísimo, y la parte de la aplicación para las necesidades públicas de nuestros países en el tercer mundo".

Por ahora, indicó, "quisiera tener dinero para poder avanzar y que en 2008 en la India tengamos mejor representatividad y que los experimentos que tengo en mi cabeza los pueda plasmar en cosas, de las cuales algunas van a dar muy buen resultado", y no pierde la esperanza de que el Conacyt pruebe alguno de sus proyectos, aunque lamenta que "hasta ahorita no me han contestado".

Respecto del posible apoyo de la iniciativa privada, "me gustaría no pedir dinero, sino que si una compañía compra un equipo que me va a servir y eso le permite deducirlo de impuestos, está perfecto", finalizó la investigadora.

 
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