Usted está aquí: lunes 26 de junio de 2006 Capital Matan ambulantaje, inseguridad y coyotaje a la Central de Abasto

La dirección general ha propiciado el crecimiento del problema: Jaime Ponce Linares

Matan ambulantaje, inseguridad y coyotaje a la Central de Abasto

Esa situación orilla a consumidores a voltear hacia los autoservicios, pese a sus precios altos

Es el mercado mayorista más grande de AL

Comercializa 8 mil millones de pesos anuales

LAURA GOMEZ FLORES

Ampliar la imagen Dos escenas de madrugada en el mercado de flores y hortalizas de la Central de Abastos de la ciudad de México Foto: José Carlo González

Ampliar la imagen Dos escenas de madrugada en el mercado de flores y hortalizas de la Central de Abastos de la ciudad de México Foto: José Carlo González

El ambulantaje, la inseguridad y el coyotaje están "matando" a la Central de Abasto (Ceda) y al pequeño productor, que han reducido en 80 por ciento sus ventas y provocado que los consumidores "volteen hacia las tiendas de autoservicio, que en las dos décadas anteriores se han convertido en un enorme pulpo comercial que fija los precios del mercado".

El coordinador de la representación privada ante el comité técnico de la Ceda, Jaime Ponce Linares, explica que dicha situación se refleja en un incremento de los precios de hasta 500 por ciento respecto del ofrecido en sus instalaciones, que "pega en el bolsillo de los compradores y, por ende, en su alimentación".

A ello se suma un sistema de comercialización obsoleto representado por los 312 mercados públicos, que han tenido que incorporar o cambiar de giro para "sobrevivir", y la anarquía que enfrentan los 3 mil 400 comerciantes de la Ceda, por parte de la dirección general, que ha favorecido el crecimiento de zonas de ambulantes, en detrimento de las inversiones realizadas por los participantes.

En entrevista, uno de los impulsores de la construcción del mercado mayorista más grande de América Latina, con un intercambio comercial anual de 8 mil millones de dólares, lamenta que las autoridades capitalinas "no valoren su importancia y pongan en riesgo el abasto de la zona metropolitana del valle de México y la regulación de precios a nivel nacional".

A 24 años de distancia se mantiene casi el mismo nivel de intercambio, porque se "está "matando" al productor en pequeño, que no tiene capacidad para surtir a los autoservicios, y tiene que recurrir a la central, pero la inexistencia de flujo de mercancías le impide acomodar su mercancía y tener que aceptar el precio que se le ofrece, pues las cadenas comerciales se están quedando con todo".

La instalación de un autoservicio en la ciudad provoca la "muerte inmediata" de entre 20 y 30 detallistas a su alrededor, principalmente tortillerías, abarrotes, panaderías y farmacias, pues a diferencia de éstos, ofrecen diversas facilidades, como estacionamiento, seguridad y la aceptación de cualquier tarjeta de crédito, incluso la de adultos mayores.

Ventas a la zaga

De esta manera, señala, "nos estamos quedando a la zaga, porque no tenemos compradores y la inseguridad, el ambulantaje y el coyotaje provocan que la población flotante no supere las 400 mil personas diariamente en sus 11 kilómetros de bodegas y 50 hectáreas techadas. Con lo que el número de tráilers que ingresan se mantiene entre 5 mil y 7 mil".

Ello sin importar que la mercancía que se ofrece es más barata respecto del precio en los autoservicios. Por ejemplo, el kilogramo de cebolla, mango y chile es de uno, cuatro y tres pesos, respectivamente, mientras en las cadenas se ubica en 6, 14 y 12 pesos, en promedio, pero ¿a quién la vendemos? ¿Cómo la distribuimos? Si carecemos de canales de comercialización adecuados, se pregunta.

La respuesta de la dirección general de la Ceda ha sido un crecimiento de mil 200 por ciento en el número de ambulantes, de 450 a 6 mil; la existencia de 12 mil carreterilleros, la apropiación de algunas áreas comerciales, por líderes identificados con el Partido de la Revolución Democrática, y la persecución de los comerciantes establecidos, conocidos como participantes.

Recordó que el fideicomiso del organismo nació privado y en su contrato dice que habrá un administrador, pero el gobierno "incrustó" la figura de director para vigilar el cumplimiento de la normatividad, aunque en la realidad quien la viola es él, abrogándose facultades que no tiene y sin tomar en cuenta que si existe la Ceda es por la inversión de los comerciantes. Así que la continuidad o desaparición de la Ceda está en sus manos.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.