Usted está aquí: sábado 17 de junio de 2006 Opinión 3 de julio: una mayoría alternativa en construcción

Gustavo Gordillo

3 de julio: una mayoría alternativa en construcción

1. El 2 de julio es de los ciudadanos. Creo que habrá una copiosa votación. También pienso que el triunfo del candidato ganador va a ser inobjetable por el margen de diferencia y por la limpieza de los procesos. Ambos resultados son factibles porque a diferencia de los que siempre pregonan catástrofes, los ciudadanos han aprendido que los conflictos los perjudican solo a ellos y benefician exclusivamente a la clase política tradicional. Una clase política en decadencia vive no de resolver conflictos, sino de crearlos y recrearlos.

2. Pero con todo lo inobjetable de los resultados, las elecciones no habrán resuelto -porque no están diseñadas para eso- un dilema central. Cómo gobernar la pluralidad social y política. Por eso el 3 de julio empieza la cuenta regresiva de encuentros y desencuentros, hacia un piso común de entendimiento en nuestro país. El 3 de julio también puede ser de los ciudadanos. Pero ciertamente puede ser atrapado por las tribus de políticos tradicionales.¿Cómo hacer para que la política que inundará las calles el 2 de julio no se regrese a los hogares hasta los siguientes seis años? ¿Cómo lograr con impulsos desde abajo, desde las distintas minorías sociales y desde arriba, desde las distintas elites económicas y políticas que la política cumpla su función de mediación de intereses y de conflictos?

3. Primero hablemos de minorías sociales. Las mujeres son minoría social a pesar de ser una mayoría demográfica y una mayoría electoral. Lo digo con plena conciencia de que la más decisiva de las transformaciones culturales en el mundo en los últimos 50 años ha sido establecer la justeza y la justicia de la igualdad de género. Pero esto no se expresa de manera uniforme y unívoca en todas las sociedades y en todos los espacios de cada sociedad. Más bien lo que se observa en México es una aceptación social muy desigual del principio de la igualdad de género mucha más reducida y precaria que su aceptación retórica. Desde declaraciones sintomáticas como el insulto de "la lavadora de dos patas" hasta los crímenes de odio en Ciudad Juárez y Chimalhuacán, para mencionar los casos más sonados. En la primera encuesta nacional sobre la discriminación en México casi 100 por ciento de los entrevistados considera injustificable que un hombre le pegue a una mujer. Sin embargo, la violencia contra mujeres en la familia y fuera de ella es uno de nuestros principales problemas de la vida cotidiana que afectan no sólo la convivencia social y la seguridad, sino la propia economía. Una de cada cuatro considera que su mayor sufrimiento proviene de la violencia dentro de su familia. Cada ocho horas se asesina a una mujer en su casa.

4. Los jóvenes son también otra mayoría demográfica que es tratada como minoría social. El desempleo afecta de manera más pronunciada a las mujeres y a la población joven. Menos de 20 por ciento de los egresados del sistema educativo consiguen un empleo adecuado en su primera inserción laboral. De acuerdo con el Programa Nacional de la Juventud 2002-2006 (PNJ, 2002), las tasas de desempleo abierto para jóvenes duplican y hasta triplican las tasas de los adultos. Sin embargo desde otro ángulo, 45 por ciento del electorado en México tiene entre 19 y 35 años. Esto quiere decir que los jóvenes pueden definir el resultado de las elecciones presidenciales de 2006.

5. Hay además las minorías que son demográficas, pero también sociales y culturales. Discapacitados, indígenas y homosexuales. por señalar los más notorios. Como lo señala nuevamente la primera encuesta nacional sobre discriminación en México, nueve de cada 10 mujeres, discapacitados, indígenas, homosexuales, adultos mayores y pertenecientes a minorías religiosas opinan que existe discriminación por su condición, así como una de cada tres personas pertenecientes a dichos grupos dice haber sido segregada y 30 por ciento ha sido discriminado en el trabajo.

6. La interacción entre ambos tipos de minorías tiene varios espacios de confluencia, pero uno es particularmente decisivo. La brecha entre las expectativas que genera una retórica que dice favorecer la igualdad de oportunidades y de trato, y las expresiones concretas de rechazo y discriminación. La rabia y el enojo que uno logra percibir entre jóvenes y mujeres en muchas regiones del país y en muy variados ámbitos socioeconómicos es un potente indicador de esa frustración de expectativas. Aquí se encuentra la base objetiva sobre la cual se finca una multitud de redes entre minorías sociales y culturales. Estas redes pueden facilitar la conversión de minorías activas y mayorías demográficas en una mayoría alternativa.

7. ¿Alternativa a qué? A la mayoría histórica que gobernó al país por más de 50 años construida a partir de las grandes organizaciones corporativas de obreros, campesinos, empleados y empresarios. Pero también alternativa a la mayoría virtual que prefiguró tanto la propuesta salinista como el triunfo de la alternancia en 2000, una mayoría articulada desde la globalización alrededor de las conexiones económicas, políticas y culturales de grandes consorcios productivos y sobre todo financieros.

8. Esta mayoría alternativa en proceso de construcción apela al mercado y a la intervención del Estado. Es cosmopolita, pero también está enraizada regionalmente. La componen estratos de bajos y de altos ingresos. Sus puntos en común son la crisis de expectativas y los métodos de lucha -cibernéticos y a través de red. No forman clientelas políticas, sino adherentes libres y fluidos a conjuntos orgánicos porosos. De ahí la dificultad para transitar de minorías activas o abstencionistas a mayorías políticas. Para hacerlo es necesaria una plataforma programática en su sentido clásico de conjunto de valores. Se requiere un elemento catalizador como lo fue para las redes urbanas en el DF el sismo de 1985. Ese elemento catalizador me parece van a ser las elecciones de este 2 de julio.

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