Usted está aquí: miércoles 14 de junio de 2006 Mundo Niega Israel ser responsable de la matanza en la playa de Gaza

Ultima el ejército israelí a nueve civiles palestinos y dos activistas de Jihad Islámica

Niega Israel ser responsable de la matanza en la playa de Gaza

Experto en daños de guerra dice que un bombardeo de Tel Aviv es lo que provocó las muertes

DONALD MACINTYRE THE INDEPENDENT

Ampliar la imagen Palestinas captadas ayer en el funeral de tres familiares ultimados por el ejército israelí en la franja de Gaza Foto: Reuters

Beit Lahiya, Gaza, 13 de junio. Israel negó su responsabilidad en la explosión que mató a 10 civiles palestinos en una playa de Gaza el viernes pasado, pues una investigación militar concluyó que el estallido se debió a un artefacto enterrado en la arena.

El general Meir Califi, que encabezó la investigación, dijo que el fuego de artillería ya había cesado cuando ocurrió la explosión. En una conferencia de prensa encabezada por el ministro de Defensa, Amir Peretz, Califi afirmó: "Las posibilidades de que el fuego de artillería haya impactado el área en ese momento son nulas". La investigación también determinó que fragmentos de metralla que quedaron incrustados en uno de los sobrevivientes, quien fue tratado en Israel, no provenía de proyectiles de la artillería israelí.

Esta interpretación oficial fue desafiada el martes por un experto en daños de guerra que trabajó en el Pentágono, y que inspeccionó el área de la playa en que ocurrió la explosión que mató a seis miembros de una misma familia. Este experto aseguró que "la evidencia apunta" a un proyectil de artillería israelí disparado desde tierra, como la causa del estallido.

Mark Garlasco, quien ha trabajado en zonas de guerra en Kosovo e Irak, solicitó una investigación independiente de los asesinatos tras concluir, con base en los fragmentos de metralla del lugar, el tamaño y distribución de los cráteres en la playa, y el tipo de lesiones que presentaban las víctimas, que un bombardeo israelí es la causa más probable de la carnicería.

Garlasco es un analista militar de la organización Human Rights Watch, con sede en Nueva York, pero trabajó para el Departamento de Defensa estadunidense durante siete años. Fue él quien encontró, a unos 100 metros de la escena de la explosión, cuatro fragmentos de proyectil de aproximadamente 25 centímetros de largo. En ellos son claramente discernibles el número "55" y las letras "mm".

Este martes, nueve civiles, incluidos dos niños y dos combatientes de Jihad Islámica murieron en un doble ataque con misil contra una camioneta Volkswagen, en el densamente poblado distrito de Zeitoun, en Ciudad de Gaza. La acción provocó 42 heridos.

Los dos niños murieron en una casa cercana debido a las esquirlas, cuando el segundo misil israelí impactó la camioneta que se detuvo en un crucero. Entre los civiles muertos figuran tres médicos de un hospital infantil cercano que se apresuraron a socorrer a los heridos cuando escucharon la primera explosión.

Israel afirmó que los militantes de la camioneta iban en camino a lanzar cohetes Katiusha, que tienen un alcance mucho mayor que los Qassam que habitualmente lanzan los activistas contra suelo israelí. Uno de los miembros de Jihad Islámica fallecido era Hamoud Wadiya, considerado el principal experto en cohetes de la facción. El otro militante muerto fue identificado por el grupo armado como Shawki Sayklia.

Peretz aseguró antes del ataque que Israel reanudó sus operaciones "para proteger a los ciudadanos de Israel", tras reconocer la "tormenta internacional" que provocó la muerte de civiles en la playa de Beit Lahiya del pasado viernes.

El debate sobre la explosión en la playa continúa. Garlasco está en Gaza para investigar los ataques de cohetes Qassam palestinos y el bombardeo contra el norte de Gaza que Israel diseñó para disuadir de dichos ataques.

"Desde luego que no tengo una conclusión contundente, pero toda la evidencia apunta a que fue un proyectil israelí de 155 milímetros lo que mató a los palestinos en la playa", sostuvo Garlasco.

El investigador descartó la posibilidad de que los explosivos fueran disparados desde el mar, como se pensó originalmente, con el argumento de que los proyectiles eran demasiado grandes como para ser disparados desde navíos israelíes.

Aseguró que la evidencia es consistente con un bombardeo con obuses M109, que son los que normalmente usa Israel para atacar el norte de Gaza. Esta es una posibilidad que dejó pendiente la investigación militar de los hechos.

Agregó que las heridas más graves sufridas por las víctimas que él visitó en hospitales de Gaza se encuentran en torsos y cabezas, lo cual es inconsistente con la explosión de una mina o una bomba enterrada en la arena. "Si esto hubiera sido así, yo esperaría lesiones serias en las piernas", señaló.

Garlasco aseguró que si bien no puede descartar la posibilidad de que militantes palestinos hayan usado un proyectil de 155 milímetros para hacer su propio artefacto explosivo, esto también hubiera provocado, sobre todo, heridas en las piernas.

Recorrido por la zona

El experto acompañó a un pequeño grupo de periodistas a la playa de Beit Lahiya, donde mostró tres distintos cráteres, cada uno cubierto de un polvo blancuzco, uno de los cuales marca el lugar donde según testigos cayó el misil. Hay otro cráter similar a 120 metros de distancia. "Sería una coincidencia verdaderamente ridícula que al mismo tiempo en que hay un bombardeo, de pronto estallara, en el mismo lugar, un artefacto explosivo improvisado", afirmó Garlasco.

Agregó que lo que es aún más determinante que el fragmento del proyectil de 155 mm -pues admite que no hay prueba de que éste fuera la causa de la explosión mortal- eran los más de 20 fragmentos y esquirlas que inspeccionó en presencia de periodistas, y que se encuentran en el departamento de explosivos de la policía de Gaza.

Garlasco dijo estar "completamente convencido" de que los fragmentos que la policía dijo haber hallado en el cráter que dejó la explosión mortal eran de un proyectil de artillería de 155 milímetros. Los fragmentos son conservados en bolsas de plástico por la policía y muestran una mínima oxidación.

© The Independent

Traducción: Gabriela Fonseca

 
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