Usted está aquí: martes 13 de junio de 2006 Deportes En menos de 10 minutos, Australia remontó el marcador ante Japón

El representante de Oceanía consiguió su primer triunfo en un Mundial

En menos de 10 minutos, Australia remontó el marcador ante Japón

Los asiáticos se desdibujaron al final; Aloisi cerró la cuenta en tiempo de reposición

AFP

Ampliar la imagen El portero Mark Schwarzer no pudo alcanzar el balón, que se coló en su portería para el 1-0 Foto: Reuters

Kaiserslautern, 12 de junio. La selección de Australia hizo a Japón morder el polvo este lunes, al vencerla 3-1, con tres goles en menos de 10 minutos de un partido sin brillo, que puso en marcha el grupo F del Mundial.

Los japoneses se habían puesto en ventaja con una excéntrica anotación de Shunsuke Nakamura por error del arquero Mark Schwarzer, en el minuto 26, hasta que Tim Cahill igualó a los 84 y desniveló a los 89 minutos.

La primera anotación de Cahill, tras recoger un rebote en un revuelto en el área, fue el primero de su país en los mundiales, que antes sólo habían participado en Alemania 1974, sin poder celebrar ninguno.

Otra vez Cahill anotó a los confundidos japoneses, que se hicieron el harakiri al dejarse encerrar bajo sus tres palos en el momento decisivo.

Cerró la cuenta John Aloisi al minuto 93, con un remate a quemarropa. Australia remontó de forma sorpresiva un resultado que parecía inamovible.

Japón había logrado capear el temporal de los ataques por oleadas que lanzaba la escuadra Socceroos, con un andamiaje defensivo ordenado y escalonado en el campo.

El objetivo del esquema ideado por el entrenador brasileño Zico para sus samurais azules era conseguir que un australiano encontrara siempre un obstáculo que salvar antes de emprender un avance.

Semejante candado defensivo forzó a los oceánicos a lanzar centros aéreos sin ton ni son, aunque a veces aparecía la cabeza de Mark Viduka, capitán y estrella del equipo.

De pronto la rutina se quebró cuando el arquero australiano no supo medir la dirección y velocidad de un centro al área, lanzado por Nakamura. En su salida a destiempo, Schwarzer quedó atrapado en un tumulto, obstruido por dos compañeros y dos atacantes japoneses, por lo que falló el manotazo y la pelota se fue mansa al fondo del arco.

El gol fue un impacto sicológico para Australia, forzada a presionar aún más en pos del empate, mientras que obró como un bálsamo para Japón, cuadro en el que comenzó a crecer la figura del volante Hidetoshi Nakata.

Nakata mostró la sangre fría de organizador sabio y una visión amplia del campo para habilitar con pases cortos a sus compañeros, para regular el ritmo de su equipo y a la vez enfriar las embestidas del adversario.

Japón defendía con siete y ocho hombres de manera casi inalterable y el encuentro sólo se animó cuando el entrenador holandés Guus Hiddink ordenó la entrada de Joshua Kennedy, quien aportó mayor movilidad en el ataque.

Pero otro cambio introducido por el holandés, al disponer la entrada de Cahill en la segunda etapa, fue la llave que abrió el candado de los japoneses.

 
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