Usted está aquí: martes 13 de junio de 2006 Cultura Nuremberg

Teresa del Conde

Nuremberg

La victoria futbolística de México sobre Irán alegró el domingo de muchísimas personas en todo el país, paliando al menos un rato la tensión que prevalece respecto de la diatriba -acentuada sobre todo después del reciente debate- entre los dos candidatos presidenciales que se encuentran a la cabeza del quinteto: o sea el Peje (AMLO) y Felipe Calderón Hinojosa.

De esto conozco un poco más que de futbol, pero así y todo después de ver el partido y escuchar a los analistas deportivos, decido escribir este texto porque me vino a la mente una idea esotérica o espiritualista a partir de un hecho que quizá no es del dominio de los conocedores de la cultura deportiva.

La ciudad de Nuremberg, me digo, a lo largo de siglos alentó a la selección nuestra debido a que uno de sus más insignes héroes culturales, Alberto Durero (1471-1528), dejó testimonio escrito acerca de la creatividad de los antiguos mexicanos y de su admiración hacia ellos, en pleno Renacimiento.

En 1520 Durero se encontraba en Amberes, entonces ciudad flamenca bajo la égida de Carlos V, gobernada por la tía y madre putativa de éste, la archiduquesa Margarita. Allí pudo ver los objetos provenientes de ''la nueva tierra del oro". Carlos V ya había visto este arsenal de lujosos productos mexicas en Tordesillas, pero al parecer no le habían impactado demasiado: no los entendió.

Durero, artista con enorme sensibilidad y sentido universalista, hijo y yerno de orfebres, se encantó con lo que vio. Su opinión fue definitiva y se sumó a la que en latín había emitido Pedro Mártir de Anglería. La combinación de estos comentarios iniciaron el proceso de cambio hacia la comprensión de América, un año antes de la caída de Tenochtitlán. Eso ocurrió se diría que para bien y a la vez para mal.

Durero vio los objetos como obras de arte de excelencia: ''He visto las cosas que le fueron traídas al Rey (...) Un sol de oro (de unos 180 cm. de radio), una luna toda de plata y una gran cantidad de implementos que sobrepasan cualquier fantasía: armamentos, máquinas para disparar, escudos de maravilla, vestiduras extrañas y toda clase de admirables cosas para muchos usos, más hermosas de mirar que si fuesen milagros (...) En toda mi vida no he visto algo que haya alegrado tanto mi corazón como esto, porque me hace ver el sutil ingenio de esa gente de tierras allende el mar océano. Y no sé cómo expresar lo que experimenté al conocer tales maravillas".

Más tarde, Durero habría de realizar el primer mapa impreso de la ciudad de México (es decir la urbe antigua y la prospectiva capital de la Nueva España, basándose en el llamado ''Plano de Cortés").

Por estas razones es que -independientemente de las virtudes que el Tri puso en juego- creo que para algunos imaginarios Nuremberg por medio de Durero fue un lugar privilegiado para la entrada en escena del equipo mexicano.

Pero, ¡claro¡, si se piensa en Persia... Habría que recordar que Darío, el rey de reyes, conquistó Egipto y que sus antecesores, Ciro y Cambises, se liberaron de asirios y babilonios entre 550 y 500 aC. Los persas tenían una hermosísima religión que se oponía a los poderes oscuros de la malignidad.

Pero no pudieron convertirse en el gran imperio allende los Balcanes porque, confiando en demasía en su poderío naval, desestimaron la potencia de los avances griegos en materia de filosofía y de aquello que denominamos humanismo y a la vez desconfiaron del método empírico de sus adversarios, eso a pesar de que se habían adueñado de ciudades jónicas en Asia Menor.

No pudieron con los atenienses y pese a la enorme proporción de sus ejércitos, fueron vencidos por un número mucho menor de contendientes, primero en Maratón y luego en Salamina (480 aC).

Fueron buenos perdedores, regresaron tranquilamente a Persia, sabedores de que la contienda no los llevaría a mayores logros. El imperio persa habría de perdurar hasta que Alejandro de Macedonia, cuyo preceptor fue Aristóteles, extendiera sus conquistas desde el Nilo hasta Grecia continental. Alejandro murió en 323 aC.

¿Eso tiene que ver con el deporte? Mucho. Los maratones derivan su denominación, aun ahora, del mensajero que llevó de Maratón a Atenas la información sobre las estrategias persas mediante una carrera legendaria.

Nuremberg es una ciudad bávara. En ella se efectuó entre 1945 y 1946 el proceso a los criminales de guerra alemanes. A quienes les interese este tema se les recomienda la lectura de la excelente novela de Jorge Volpi, En busca de Klingsor. Los interesados en el futbol, más allá de la contienda, deben acudir a Juan Villoro, por ejemplo.

 
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