Usted está aquí: sábado 10 de junio de 2006 Opinión Los de abajo

Los de abajo

Gloria Muñoz Ramírez

Sigue la resistencia

a reacción inmediata a la barbarie en Atenco es sólo una muestra de que siempre habrá en el mundo alguien que levante la voz contra lo inadmisible. Han pasado 40 días de un doble asesinato, vejaciones sexuales contra mujeres, golpizas salvajes a campesinos, estudiantes y trabajadores, detenciones arbitrarias y cateos extrajudiciales en un pueblo en resistencia. Continúan en la cárcel 30 personas, muchos en huelga de hambre, y siguen también las movilizaciones internacionales de solidaridad y denuncia.

Hoy, la mayor parte de los medios, los mismos que convocaron y aplaudieron la represión, se ocupan del Mundial de Futbol y del más o menos mentiroso de los candidatos presidenciales, mientras el joven Alexis Benhumea, asesinado por el gobierno, exhalaba su último aliento.

Hasta el momento se han realizado más de 150 movilizaciones en 30 de países. Se protesta frente a embajadas y consulados, y se organizan foros y mesas de información en universidades y plazas públicas. Se marcha y se canta. Se levantan flores de solidaridad, se grita y se denuncia, aunque la sordera ha sido la respuesta oficial. ¿Hasta cuándo?

La apuesta es por el desgaste de la movilización y la llegada del olvido. ¿Y el 2 de julio? ¿Cómo van a vender los representantes diplomáticos mexicanos la imagen de un México democrático? No debe ser nada cómodo perder los estribos por la falta de un guión creíble que explique el terrorismo de Estado desatado en Atenco (habría que preguntarle al embajador de México en Grecia las razones por las que dejó a un lado el comportamiento diplomático y explotó con toda clase de improperios contra un público que le demandaba respuestas).

Hasta el momento 50 embajadas y consulados han sido blanco de la indignación de miles de personas. La denuncia ha cobrado forma también en diversos organismos internacionales, como Amnistía Internacional, Human Rights Watch y la Comisión Civil Internacional de Observación por los Derechos Humanos.

Esta última, conformada en su cuarta visita a México por 28 observadores de siete países (abogados, sicólogos, antropólogos, médicos, siquiatras, estudiantes y periodistas), realizó en días pasados un profundo y serio trabajo de observación, que incluyó 173 entrevistas con mujeres violadas y agredidas sexualmente, personas golpeadas y detenidas, con los presos políticos de Santiaguito, funcionarios de la CNDH y del gobierno del estado de México, y los alcaldes de Texcoco y San Salvador, entre otros actores del conflicto, y concluyó sin ambages que en Atenco "se produjo un uso excesivo de la fuerza pública en la actuación policial, contraria a los principios de proporcionalidad y razonabilidad (...) y no se respetaron los estándares internacionales de protección de los derechos humanos".

La denuncia no ha terminado.

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