Usted está aquí: sábado 3 de junio de 2006 Cultura Vicisitudes del Guernica

Vicisitudes del Guernica

Madrid, 2 de junio. Guernica es quizá el cuadro más importante de Pablo Ruiz Picasso, no sólo por su valor artístico, sino también porque se convirtió en símbolo contra la barbarie y la lucha contra la sinrazón de la guerra. El artista malagueño empezó a trabajar en este cuadro cuando tenía 56 años, en su exilio en París, con la mirada puesta en la Guerra Civil española (1936-1939).

La obra fue realizada sobre un paño de ocho metros de largo y tres y medio de ancho, en la que plasmó 45 dibujos superpuestos, entre los que destacan los de mayor carga simbólica: el toro, el caballo, el portador de luz. Pero también las mujeres rotas de dolor y llanto, o los cuerpos mutilados de los combatientes.

Picasso se inspiró en la Guerra Civil, en concreto en uno de los episodios más brutales y dramáticos: el primero de mayo de 1937, un comando de bombarderos nazis bajo la orden de Adolf Hitler, a petición del entonces general sublevado Francisco Franco, sobrevolaron y atacaron durante cuatro horas la pequeña localidad vasca de Gernika. La ciudad fue borrada del mapa, con saldo de miles de muertos y heridos, según los historiadores.

Picasso se inspiró, pues, en ese hecho y en sus recuerdos de la guerra que lo obligó a exiliarse en París y a no volver a España, para esta obra, que fue una petición del gobierno francés para la exposición universal de aquel año. Tiempo después, el cuadro fue trasladado a Nueva York, que acogió bajo el régimen de ''custodio", ya que según el designio de Picasso, debería regresar a España cuando se restituyeran los valores democráticos.

Todos esos años, Guernica sirvió para recaudar fondos para los refugiados españoles y se convirtió en símbolo de la lucha contra la guerra, hito que mantiene, como se demostró en las más recientes manifestaciones contra la ocupación de Irak.

En 1981 Guernica fue trasladado a Madrid, donde primero se expuso en El Retiro, después en el Museo del Prado y, finalmente, en el Reina Sofía. Ahora hay cierta controversia sobre si debe o no ser trasladado a Gernika. Sin embargo, tanto los responsables públicos españoles como los directores de los museos se oponen frontalmente, con el argumento de que la obra se encuentra en estado muy ''delicado".

Armando G. Tejeda, corresponsal

 
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