Usted está aquí: miércoles 31 de mayo de 2006 Cultura Homenaje a Rodolfo Morales con una muestra itinerante

Maestro de los sueños inicia mañana su recorrido en el Museo de Arte Moderno

Homenaje a Rodolfo Morales con una muestra itinerante

El artista retrató a su pueblo ''que existió en su realidad mental y sensible'', dijo el curador Guillermo Sepúlveda

Formada por cerca de 200 obras, se incluyen pintura, collages y dibujos

MERRY MACMASTERS

Ampliar la imagen Mujer con globos y Filiberto y Camila, 1999, óleo de Rodolfo Morales, incluida en la exposición subtitulada Maestro de los sueños, que mañana se abrirá en el recinto de Reforma y Gandhi Foto: Cortesía Museo de Arte Moderno

El artista Rodolfo Morales (1925-2001), cuya obra plástica trascendió ya cumplidos los 58 años, porque había sido encasillada en una Escuela Mexicana tardía, es objeto de una exposición itinerante que será inaugurada mañana jueves primero de junio a las 20 horas en el Museo de Arte Moderno (MAM).

La muestra Rodolfo Morales: maestro de los sueños, integrada por alrededor de 200 obras, entre pintura, collages, objetos de arte y siete dibujos -al parecer esta vertiente de su trabajo no ha sobrevivido-, fue organizada por el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey. Viajó luego al Museo Amparo, de Puebla. Después del MAM irá a Guadalajara, Bogotá, Colombia, y probablemente Los Angeles, California.

Mirada cándida

Para Guillermo Sepúlveda, curador de la exhibición, el artista oriundo de Ocotlán de Morelos, Oaxaca, retrató a ''su pueblo que existió en su realidad mental y sensible", donde la mujer, un elemento clave, parece que flota, controla, y los perros significan una especie de alma. El hombre, en cambio, se ve en forma esporádica a la manera de una estatua muda o callada. La obra de Rodolfo Morales, afirmó, es de la soledad y el silencio.

El también galerista había llevado la obra de Morales a Monterrey en 1982, cuando ésta empezaba a despuntar. En ese momento, explicó Sepúlveda en rueda de prensa, había otro individuo, Enrique Guzmán (1952-1986), que también manejaba el tema del tiempo suspendido.

''Hay una condición que se transmite y es recuperada en los años 80 y 90. Morales se hace como líder de un neomexicanismo que el artista joven quiere rescatar a partir de su imagen. A pesar de su edad, se convierte en un eje donde no pertenece a la generación de la Ruptura y sin embargo está iniciando algo junto con Enrique Guzmán."

Continuó: ''La mirada de Morales es cándida, no es nostálgica. Es como si él quisiera ver un pueblo. Es una obra festiva de color, pero hay una tristeza como las grandes fiestas de México. Es un hombre que vio la perspectiva desde abajo, porque de niño estaba siempre escondido. Por eso aparecen zapatos, piernas. Los escenarios son teatrales. Hay misas, mercados, plazas, flores, sangre, poca, pero existe. Las manos para él son el corazón de Oaxaca. Es lo que hace vivir de la artesanías este pueblo. El artista nos remite a un mundo que se rebela ante la imposición de la modernidad".

El éxito permitió a Morales realizar durante 20 años un proyecto en favor de su pueblo, que incluyó el rescate de obras arquitectónicas coloniales. También creó una fundación, presidida por su sobrino, Alberto Morales, que cuenta con un acervo de 380 piezas.

Sin respuesta de Bellas Artes

La exposición que se abrirá en el museo de Reforma y Gandhi, Bosque de Chapultepec, se empezó a concebir en vida de Morales. En un principio existió la posibilidad de que este homenaje se iniciara en el Palacio de Bellas Artes: ''Esperamos dos años, y cuando decidimos arrancarlo informamos a las instituciones y parecía que había un desacuerdo por tiempos. En la Fundación Rodolfo Morales, Alberto me dijo que había una gira de una muestra por la República Checa, Rumania, hasta Sudáfrica. Quisimos acelerar el paso. Tuvimos el acuerdo inmediato de la fundación. Dimos un plazo, pero no hubo respuesta en Bellas Artes. Esto no excluye que algún día ese instituto haga su propia revisión o visión de quién era Morales".

De acuerdo con Sepúlveda, muchas personas tomaron a Morales como un artista naïf, pero ''era un hombre sumamente culto, inteligente, viajado, experimentado, amante de las obras de María Izquierdo, Manuel Rodríguez Lozano y Antonio Ruiz, El Corcito. Este mundo de individuos solitarios y aislados que ahora se han revelado como los grandes exponentes de nuestro arte".

En vista de que ''nuestra historia ha sido casi un revival de la revolución, la posrevolución", Sepúlveda se manifestó por hacer un nuevo proyecto cultural en el que ''todo esto que nos ha pasado en los 50 años después de la Ruptura se conozca, para que se vea el rostro de este México, pero de una manera congruente".

 
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