Usted está aquí: viernes 26 de mayo de 2006 Economía Ex ejecutivos de Enron, culpables de mentir sobre problemas financieros

Los fallos, victoria para los fiscales estadunidenses en su batalla por la transparencia

Ex ejecutivos de Enron, culpables de mentir sobre problemas financieros

Ken Lay y Jeffrey Skilling pagarán fianza de 5 mdd; la sentencia se dará el 11 de septiembre

REUTERS

Ampliar la imagen Al centro, el fundador de Enron, Ken Lay, con su esposa Linda, al dejar la corte federal custodiados por policías y agentes federales luego de ser declarado culpable Foto: Reuters

Houston, 25 de mayo. Un jurado de Texas encontró culpables a los ex presidentes ejecutivos de Enron, Ken Lay y Jeffrey Skilling, de mentir sobre los problemas financieros de la compañía en un veredicto que los puede enviar a la cárcel por varias décadas.

Los fallos de este escándalo financiero, que sacudió a Washington y Wall Street, fueron una gran victoria para los fiscales estadunidenses en su batalla por mandar un mensaje a las empresas del país de que deben ser claras en su accionar.

Lay, de 64 años, y Skilling, de 52 años, fueron admirados como dos grandes líderes de empresas, pero cayeron en el ostracismo ante la decepción que acarreó el colapso financiero de la empresa, que le costó miles de millones de dólares a los inversionistas y generó miles de despidos a sus empleados.

Ambos ex ejecutivos se vieron afectados cuando el juez de distrito Sim Lake leyó el dictamen en un abarrotado tribunal. Skilling miró al suelo y Lay suspiró junto a su esposa.

Lay fue condenado por seis cargos de conspiración y fraude y enfrenta un máximo de 45 años en prisión.

Skilling fue encontrado culpable de cargos de conspiración, fraude, uso de información privilegiada y de haber hecho falsas declaraciones, lo que, en conjunto, pueden significar hasta 185 años de cárcel. Sin embargo, el ex ejecutivo no fue condenado en otros nueve cargos criminales.

En un juicio separado, el juez distrital de Estados Unidos, Sim Lake, halló a Lay culpable de los cuatro cargos de fraude bancario por haber utilizado de manera ilegal 75 millones de dólares en préstamos personales para comprar acciones.

Cada cargo tiene un castigo máximo de tres años, pero expertos dicen que Lay podría tener una pena de seis meses por cada caso, debido a que pagó los créditos y no hubo daño económico a los prestamistas.

Skilling se mantendrá libre por una fianza de 5 millones de dólares, mientras que el juez dijo que Lay deberá pagar una fianza también de 5 millones de dólares y entregar su pasaporte para permanecer fuera de la cárcel, hasta la sentencia fijada para el 11 de septiembre.

El abogado de Skilling, Daniel Petrocelli, prometió luchar contra su condena.

"Tendremos una fuerte y contundente apelación", dijo a periodistas el defensor.

Enron, que llegó a ser una de las siete principales empresas de Estados Unidos, quebró en 2001 tras conocerse que escondió deudas e infló ganancias.

Los fiscales sostenían que Lay y Skilling sabían que las grandes ganancias informadas por Enron eran artimañas financieras, pero sostuvieron que todo el mundo se mantuvo callado debido al alto precio de la acción, incluso cuando el comercializador de energía se encaminaba hacia el abismo.

En sus testimonios, ambos ejecutivos pintaron una prometedora imagen de la empresa porque creían que estaba en gran forma, no porque quisiesen tapar sus problemas.

Skilling renunció rápidamente en agosto de 2001 después de seis meses como presidente ejecutivo y fue reemplazado por el presidente del directorio, Lay, que había sido presidente ejecutivo antes de Skilling.

Pero ambos testificaron que Skilling dejó el cargo porque estaba cansado, no por los problemas financieros de Enron.

Con las sentencias de Lay y Skilling sube a 19 el número de ejecutivos de Enron culpables de haber cometido ilegalidades y actos que acabaron con la compañía.

Lay y Skilling culparon a la cobertura de la prensa y a los robos de Fastow de la crisis financiera que hundió a la compañía, a la que convirtieron en un poderoso intermediario de energía, a partir de un negocio de gasoductos.

 
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