Usted está aquí: miércoles 24 de mayo de 2006 Espectáculos Murió Lilia Prado, actriz con gran derroche de sensualidad y erotismo

Víctima de un paro cardíaco, falleció a los 77 años en la ciudad de México

Murió Lilia Prado, actriz con gran derroche de sensualidad y erotismo

Saltó a la fama con la película La ilusión viaja en tranvía, dirigida por Luis Buñuel

En Confidencias de un ruletero tuvo su primer protagónico y participó en más de 100 cintas

DE LA REDACCION

Lilia Prado, una de las actrices que sintetizó la sensualidad y el erotismo en la época de oro del cine mexicano, murió el pasado lunes a los 77 años de edad, víctima de un paro cardiaco provocado por una complicación pulmonar.

Para la historia visual del México de la segunda mitad
del siglo XX, queda su sugestiva imagen en La ilusión viaja en tranvía (1953), de Luis Buñuel, donde, altiva, aborda el tren dejando ver sus piernas y su ajustada falda no logra ocultar sus torneados muslos y sus poderosas caderas; mientras los actores Mantequilla y Carlos Navarro sucumben ante la belleza de Lupita, el nombre del personaje que interpretó Prado en esa cinta.

Se podría considerar que Lilia Prado fue una actriz fetiche para Luis Buñuel, pues la secuencia en La ilusión viaja en tranvía, el cineasta español ya la había utilizado dos años antes en su película Subida al cielo (1951), básicamente es la misma imagen sensual, sutil y sugerente de Prado, pero abordando un autobús o guajolotero (como se les conocían en esa época), sólo que en esta cinta quien atestigua el ascenso de Prado al transporte público y queda sin aliento por la imagen coqueta proyectada, es el actor Roberto Meyer. Cabe mencionar que el cinerrealizador español la dirigió en otra de sus cintas: Abismos de pasión (1953).

De la mano de Buñuel

Leticia Lilia Amezcua Prado, su nombre completo, nació el 30 de marzo de 1929 en Villa de Sahuayo, Michoacán. Participó en más de 100 películas; se inició en la pantalla grande en 1947, en largometrajes como Angel o demonio, La barca de oro y Soy charro de rancho grande. Aunque saltó a la fama al lado del cineasta español Luis Buñuel en las dos películas arriba mencionadas. A pesar de su importancia, la artista sólo fue nominada en una ocasión para el Ariel por su participación en el filme Talpa (1956), pero no ganó. En 1999, la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas le reconoció su trayectoria con un Ariel de Oro.

Tras ganar un concurso de belleza, a los 18 años comenzó su carrera como extra con pequeños papeles en varias películas. Posteriormente, en 1949, alcanzó su primer protagónico en Confidencias de un ruletero, al lado del cómico mexicano Adalberto Martínez Resortes, donde sus desenfrenados bailes ejecutados con sus increíbles piernas la colocaron como una de las actrices destacadas de la época.

Trabajó con prácticamente todo el corte grueso del gremio actoral de la época de oro del cine mexicano como: Pedro Infante, Roberto Cobo, Joaquín Cordero, Sara García, Domingo Soler y Marga López, entre otros grandes. Además de Luis Buñuel, estuvo bajo las órdenes, entre otros directores, de Ismael Rodríguez, Rogelio A. González, Alberto Isaac y Jorge Fons.

Tres veces mojado fue el filme que marcó su retiro

Otras de sus películas importantes son: Las mujeres de mi general (1950), La vida no vale nada (1955), Soy charro de Rancho Grande (1947), Dueña y señora (1948), Si fuera una cualquiera (1950), Las tres alegres comadres (1952), Los gavilanes (1956), Ladrones de niños (1957), Senda prohibida (1962), Los cuervos están de luto (1965), El rincón de las vírgenes (1973), Fe, esperanza y caridad (1974) y La india (1975). Su última cinta fue Tres veces mojado (1989), al lado de Mario Almada, película que marcó su retiro.

Prado también incursionó en teatro, donde su primera obra fue La mujer, el marido y la muerte, mientras que en televisión participó en varias telenovelas, como Las momias de Guanajuato y Entre sombras.

La actriz fue incluida en el libro bilingüe Bellezas del cine mexicano/ Beauties of mexican cinema, de Rogelio Agrasánchez Jr., quien hace un recorrido fotográfico por cuatro décadas de belleza y talento en el cine mexicano. Las secciones que componen este archivo visual (Mujeres encantandoras, Concurso de belleza, Muñecas peligrosas y Jóvenes y bellas) es un homenaje a la belleza de las actrices del cine nacional, donde Lilia Prado es una de las sobresalientes.

Ayer su cuerpo se veló en una agencia funeraria del sur de la ciudad, donde familiares y amigos hicieron una guardia de honor; entre los asistentes estuvieron: Carmen Salinas, el Chato Cejudo, Beatriz Aguirre, Sara Montes, Blanca Estela Limón, Gustavo Suárez Ojeda y Mayte Carol. Por la tarde, los restos de la actriz fueron sepultados en el Panteón Jardín, de la ciudad de México, en la cripta de su madre María Luisa Prado.

 
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