Usted está aquí: sábado 20 de mayo de 2006 Sociedad y Justicia Apatía oficial para dotar vacuna del neumococo; niños, principales víctimas

Cada año mueren 40 mil personas por complicaciones relacionadas con el mal

Apatía oficial para dotar vacuna del neumococo; niños, principales víctimas

Médicos generales carecen de los instrumentos para detectar la enfermedad: experto

Los tratamientos son más complejos porque los menores desarrollan resistencia a los antibióticos

ANGELES CRUZ MARTINEZ ENVIADA

Ampliar la imagen Los niños son las principales victimas del neumococo, ya que los síntomas no son diagnosticados con precisión en muchos casos, de acuerdo con expertos Foto: Roberto García Ortiz

Cocoyoc, Mor., 19 de mayo. Ana Gabriel tiene cuatro años, los cumple este domingo y hasta hace tres meses iba a la escuela, corría y jugaba. Hoy no puede hablar, su pierna y brazo derechos están inmóviles, tiene parálisis facial y todos los días asiste a terapias de rehabilitación. Así la dejó el neumococo, que un mal día se anunció en ella con fiebre y la mantuvo durante dos meses en el hospital.

Para su madre, Rosa María Castro, resulta incomprensible que a pesar del daño que la bacteria Streptococcus pneumoniae ocasiona en los niños, todavía el gobierno federal y los legisladores no hayan hecho "algo" para que la vacuna, que podría prevenir estos daños e incluso la muerte de los menores, quede al alcance de la mayoría de los mexicanos, debido a que sólo se aplica por médicos particulares y su costo es muy alto.

Más de 40 mil personas, niños y hasta adultos de más de 65 años de edad, mueren cada año por neumonía, y de ellas 70 por ciento se deben a la bacteria descubierta en 1881 por el científico Luis Pasteur.

Demóstenes Gómez Barreto, secretario de la Asociación Nacional de Pediatras a Favor de la Vacunación, comentó que la estrategia iniciada por el gobierno federal a principios de este año para inmunizar contra el neumococo a 42 mil niños que viven en los 58 municipios más pobres de la República, es "un buen paso de inicio", el cual debe ampliarse hasta incorporar el biológico en el esquema universal de vacunación.

Es cierto, explicó, que la infección tiene una alta prevalencia en los sectores socioeconómicos más desfavorecidos, donde persisten elevados niveles de desnutrición infantil, pero también lo es que la enfermedad se registra igualmente en niños cuyas familias tienen mejores ingresos.

Resistencia a los medicamentos

Así lo comprueba el hecho de que cada vez con mayor frecuencia se observan casos de complicaciones a causa del neumococo en pequeños que antes eran sanos, tenían completo su esquema de vacunación, asistían a la escuela y, cuando llegaban a enfermar, sus padres los llevaban con médicos particulares.

La explicación es, en parte, el incremento de la resistencia de la bacteria a los antibióticos, explicó Gómez Barreto, médico adscrito al hospital Manuel Gea González. Dijo que desde los años 80 la comunidad científica detectó que el neumococo empezaba a ser inmune ante la acción de los medicamentos, en específico de la penicilina.

Para 1997, la proporción ya era de más de 20 por ciento, y actualmente la mitad de los niños menores de cinco años de edad presentan algún grado de resistencia a los antibióticos. Esto significa que cuando aparece en los pequeños una infección de la garganta, con afectación del oído medio (otitis media), sinusitis y daño a nivel del cerebro, provocados por el neumococo, los medicamentos tradicionales carecen de efectividad porque la bacteria ha aprendido a defenderse.

Esto se debe, explicó Antonio Arista Viveros, ex jefe del Servicio de Infectología y Parasitología Pediátrica del Hospital General de México, al uso indiscriminado de los fármacos y a que una gran cantidad de pediatras recetan "lo más nuevo", aunque no sea necesario.

Aseguró que en México cada año se venden 912 millones de dólares al año de antibióticos en el sector privado, cifra que supera a lo que gastan España, Francia y Portugal de manera conjunta.

Este fenómeno también se observa en otros países, algunos de los cuales -Estados Unidos y Australia- ya han incluido la vacuna antineumocóccica en sus programas oficiales. Y es que a escala mundial se registran más de 150 millones de casos de la enfermedad al año y un millón de niños mueren por esta causa, en su mayoría menores de cinco años de edad.

La bacteria del neumococo, además, es la principal causante de otitis media aguda, sinusitis, bronquitis y neumonías. México es el primer país en América Latina en haber incorporado la inmunización, aunque sea de forma gradual, admitió el galeno.

Sin embargo, es un proceso que debe continuar. Ambos especialistas participaron en el seminario para medios de comunicación sobre la importancia de las vacunas, organizado por el laboratorio Wyeth. Aquí, representantes de esta empresa comentaron que existe el compromiso del corporativo con el gobierno federal para que nuestro país tenga acceso a la vacuna heptavalente -única que ha comprobado su eficacia en la prevención de los siete serotipos más comunes y agresivos del neumococo-, a precios accesibles.

Señalaron que sobre el precio de venta normal, el gobierno de México adquiere el biológico con un costo 30 por ciento más bajo.

Para la mamá de Ana Gabriel, luego de que la enfermedad ha cambiado su vida y la de su hija, es imperativo que se difunda la información sobre la gravedad del neumococo, "que no sólo afecta a los más pobres" y que en ocasiones las complicaciones se deben a la falta de un diagnóstico oportuno. "Las autoridades argumentan que es muy costoso, pero habría que reflexionar sobre cuánto se está gastando en las campañas políticas para darse cuenta de que dinero sí hay, pero está mal gastado", subrayó.

Gómez Barreto mencionó que los médicos generales, de primer contacto con los pacientes, carecen de los conocimientos y el equipo necesario para detectar los síntomas del neumococo. De ahí que antes de llegar a las áreas de urgencias, los pacientes han pasado por dos o tres médicos previamente.

Eso cuando por el desarrollo de la infección da tiempo a los padres de familia para hacer esas consultas, porque a veces el padecimiento es fulminante. Así ocurrió con Josué, de cuatro años de edad, quien también era un niño sano, asistía a la escuela y en caso de requerir asistencia médica lo llevaban con un pediatra particular.

Empezó con vómito un lunes, luego perdió el control de sus ojos, no podía sostener su brazo y pierna derechas. Los medicamentos que le prescribieron no surtieron ningún efecto. El jueves por la tarde, alrededor de las 17 horas, su mamá, Miroslava Nájar, lo llevó al servicio de urgencias del IMSS en Guadalajara, donde vivían. Para las 20:30 le informaron que Josué había muerto de meningitis.

 
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