Usted está aquí: jueves 18 de mayo de 2006 Cultura Trasladan a la realidad del México rural el sentido de la tragedia griega

Propuesta escénica a cargo de la compañía potosina El Rinoceronte Enamorado

Trasladan a la realidad del México rural el sentido de la tragedia griega

Retoman textos de Esquilo, Sófocles y Eurípides, y canciones de José Alfredo Jiménez

CARLOS PAUL

Ampliar la imagen Actores del grupo teatral El Rinoceronte Enamorado en una escena de la obra que presentan en la sala Villaurrutia Foto: Cortesía de la compañía

El mito de Orestes trasladado a la realidad rural de México es la más reciente propuesta escénica de la compañía potosina El Rinoceronte Enamorado, la cual presenta la obra Justos castigos en la Sala Xavier Villaurrutia, del Centro Cultural del Bosque.

Jesús Coronado, director de la agrupación, retoma los textos de Esquilo, Sófocles y Eurípides, así como las canciones del compositor guanajuatense José Alfredo Jiménez, ''no para hacer una versión contemporánea de los clásicos griegos ni analizar si el mito es vigente o no, sino para recuperar el sentido de la tragedia, para ver de qué manera hoy se pueden entender esos autores y en particular el mito sobre ese personaje".

La idea ''fue sintetizar los textos de esos clásicos griegos y recuperar la poética y filosofía que ellos manejan y así poder acercarla a un espectador que no tuviera previo conocimiento de ellos o del mito".

Por ello, explica el creador escénico, ''decidimos que el entorno más adecuado fuera el campo, la vida rural en el altiplano de San Luis Potosí, en un momento indefinido de la historia".

¿Quién tiene razón de hacer justicia?

Durante el trabajo de dramaturgia, Coronado se encontró ''con nuestro trágico mayor mexicano, que es José Alfredo Jiménez, quien aporta aquí las canciones del coro griego. Este, como personaje protagónico, representa al pueblo, quien finalmente cuenta esta historia".

Escogimos a José Alfredo, ''porque al margen de que a algunos les pueda gustar o no, nos dimos cuenta que todos, como los mitos, traemos en el subconsciente frases de sus canciones.

''Nuestro propósito no es hacer una nueva historia sobre el mito de Orestes, sino cómo trasladar a Esquilo, Sófocles y Eurípides a nuestra época; cómo hacer, por ejemplo, que Esquilo sea aún vital para cualquier espectador y que sus palabras nos sigan golpeando como si fuera un autor contemporáneo, que por supuesto sabemos que lo son, pero sus formas no. Ya no estamos acostumbrados a la extensión de sus diálogos, pero la esencia de sus palabras son las que seguimos viviendo."

En el país, comenta Jesús Coronado, ''en toda familia mexicana existen visos de tragedia, hay Edipos, Electras, Clitemnestras, y aunque como familia nos llevamos bien los domingos, siempre hay otros momentos, algo que detona las venganzas. Por ejemplo, nunca faltan los hermanos que se amaron toda la vida, para en otro momento empezar a despedazarse por una herencia; nunca faltan las recriminaciones por las muestras de afecto que nunca se recibieron. En Justos castigos, en un entorno rural, es precisamente lo que intentamos reflejar retomando el mito de Orestes, para que el espectador al final se pregunte, quién es el que tiene razón de hacer justicia".

Con las actuaciones de Angustias Lucio, Gabriela Betancourt, Irma Alvarado, Blanca Cervantes, Antonio Orta, Francisco Morán, Alvaro Flores y Edén Coronado, escenografía de Rosa Luz Marroquín, iluminación de Xóchilt González y vestuario de Angustias Lucio, Justos castigos se presenta jueves y viernes a las 20 horas; sábados a las 19 y domingos a las 18 horas en la Sala Xavier Villaurrutia, del Centro Cultural del Bosque, en Reforma y Campo Marte, atrás del Auditorio Nacional.

 
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