Usted está aquí: jueves 18 de mayo de 2006 Cultura Los ciudadanos están inermes ante el ''atarantamiento verbal'' de los políticos

Andrés Bustamante reúne en su nuevo libro decires y lances de los candidatos

Los ciudadanos están inermes ante el ''atarantamiento verbal'' de los políticos

La política que se hace en México tiene poca seriedad para resolver problemas reales, deplora el comediante

Hace falta un verdadero estadista, ''no un Presidente chistoso''

MONICA MATEOS-VEGA

Ampliar la imagen Andrés Bustamante durante la entrevista con La Jornada Foto: Guillermo Sologuren

Si nos hizo reír el primer libro publicado por Ponchito, titulado ¿Y yo por qué?, en el que recopila 250 frases ocurrentes de Vicente Fox, el que publica en estos días también nos provocará carcajadas pero, principalmente, una súplica: no queremos otro Presidente chistoso.

Ponchito, es decir, el comediante Andrés Bustamante, mejor conocido como El Güiri Güiri, ahora reúne los decires y lances de los seis candidatos a la Presidencia de la República en el libro ¿Por qué yo no? (Ediciones B), por medio del cual ''está bien gacho", dice el autor, darse cuenta de que nada puede salvar a los ciudadanos del ''atarantamiento verbal con el que se comunica con ellos la clase política".

En entrevista con La Jornada, Bustamante añade: ''Al principio pensé que la forma de expresarse de Vicente Fox iba a darle un aire de frescura a la solemnidad presidencial, pero pasó de esa posibilidad, de darle un nuevo aire al discurso político, a la desilusión.

''Su manera de expresarse, como si fuera una enfermedad, lejos de controlarse se ha convertido en una epidemia. Todo mundo quere decir su frase chistosa. Es una locura que no lleva a nada. Por eso este nuevo libro, para cuestionar qué está pasando con todos, por qué no elevan el nivel del discurso político pues, en realidad, pareciera que las decisiones del país tienen como base esa forma de expresarse: los escollos verbales son, eventualmente, mentales, que no se nos olvide."

Al igual que la anterior obra de Ponchito, esta contiene fotos de los implicados y aludidos (no falta la ya popular chachalaca, para quien no conoce la apariencia de esa ave), así como un apéndice con las frases de última hora y un par de hojas finales para que el lector añada las que se vayan acumulando de aquí a 2 de julio.

También se incluye, claro, el recuento de palabras del propagador del Síndrome de Frases Locas, Vicente Fox, por ejemplo: ''San Stan les hará el milagrito de dejar mejor el estado" (el Presidente al anunciar apoyos fiscales a zonas afectadas por ese huracán en Oaxaca, 10 de noviembre de 2005).

Menú poco apetecible

''Es suave que, en el momento en el que cada quien vaya a tomar su decisión frente a la rajadita de la urna para votar, se acuerde de esas frases, porque de la risa estamos pasando al miedo, a la tristeza: ¿dónde esta el gran sabio que se supone debe liderar la tribu, y que no tiene otro interés más que verter su sabiduría? ¿Quién es el que va a dirigir al mejor destino a una comunidad? Eso ya se perdió, no existe en México.

''Tenemos que elegir a uno de los cinco candidatos, o de los seis, pues ya ves que también el doctor Simi está en campaña, y la verdad, ¡qué miedo! Y debemos escoger algo de ese menú tan poco apetecible."

-¿Por qué no le entran a la política, como usted dice, los sabios, para tener un tlatoani que provenga de la comunidad intelectual, por ejemplo?

-Hay una repulsión por formar parte de una política como la que se hace en México, en la cual hay muy poca seriedad para resolver los problemas reales que tenemos. Cómo es posible que las cosas que dicen los políticos mexicanos y el Presidente den para hacer un libro de casi 100 páginas de puros chistoretes, en vez de hacer uno con ideas brillantes, con propuestas maravillosas.

''Al final, la culpa no es de ninguno de ellos, sino de todo el país. Porque le estamos apostando a que cada vez sean más caras las campañas, a propiciar que existan más partidos que lo único que hacen es desorientarnos sin que las propuestas sumen.

''Deberíamos apostar intectualmente a otra cosa: a un proyecto de nación independiente de los políticos, hecho por los ciudadanos y al final decir: 'lo que queremos es esto y sólo necesitamos a alguien que administre esto, tal cual'. Es decir, necesitamos a alguien a quien realmente le importe la colectividad, un verdadero estadista, que dé de que hablar por su inteligencia, por su brillantez, por favor, no más un Presidente chistoso."

 
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