Usted está aquí: lunes 15 de mayo de 2006 Cultura Me hice publicista porque de la poesía no iba a comer: Fernando Espejo

Presenta mañana su antología personal Inventario en la Casa del Poeta

Me hice publicista porque de la poesía no iba a comer: Fernando Espejo

Este género literario es "como el olor de las encinas, agradable", pero llega ser rutinario

ANA MONICA RODRIGUEZ

Ampliar la imagen El autor, durante la entrevista con La Jornada Foto: Carlos Ramos Mamahua

Poeta de oficio y publicista por subsistencia. Es así como se define el escritor Fernando Espejo (1929, Mérida) quien por más de 40 años ha sido director cinematográfico comercial y es reconocido en su tierra natal como "el Octavio Paz de Yucatán."

En entrevista a propósito del libro Inventario, antología personal que presentará el martes 16 de mayo en la Casa del Poeta, Espejo Méndez explica que conoció hace algunas décadas a Rosario Castellanos y que hace seis meses, el cantautor cubano Pablo Milanés grabó para su reciente producción discográfica un soneto del poeta yucateco titulado Hoy.

El autodefinido "poeta oscuro" menciona entre sus escritores preferidos a Fernando del Paso, Ramón López Velarde, Carlos Pellicer, Jorge Luis Borges y a las grandes plumas de la época de oro español, como Quevedo y Lope de Vega. También escribirá un libro en el que dejará testimonio de manera "clara y sencilla" sobre las experiencias de un astrónomo mexicano en el espacio exterior. Aunado a lo anterior, su labor como publicista continúa dejando "huella" en el ámbito de los medios persuasivos.

Espejo, dice, empezó a escribir entre los 16 o 17 años pero una convicción provocó el cambio de rumbo: "Es muy difícil vivir de la literatura."

Abunda: "No quise pasarme al pueblo de los poetas, que por lo general viven de una manera incómoda; es como los poetas malditos que se la pasaban muriéndose de hambre y tomando trago".

La poesía a nadie le interesa, señala el productor de cine publicitario y parafrasea a un colega suyo cuando alguna vez le comentó que "la poesía no sirve para nada es como el olor de las encinas, el cual es agradable un rato cuando lo sientes y percibes" pero después se torna rutinario.

Espejo explica que también pensó: "De qué vas a vivir si la poesía viste pero no calza. Entonces buscas la manera de vivir, te pierdes y luego tienes que vender tu primogenitura por un plato de lentejas, cualquiera que éste sea y más si el plato viene bien servido". No me arrepiento de ello, sostiene el poeta, quien desde hace cinco años dedica su tiempo a la escritura.

-¿Por qué la poesía no interesa como otros géneros literarios?

-Porque es un arte elitista; quienes escribimos solemos decir la mitad de lo que sentimos y el lector debe descubrir la segunda parte. Por ello, la poesía es una ocupación poco frecuente debido a que la gente tiene asuntos más urgente e imperiosos, los cuales no le permiten tomarse el pequeño placer de leer un soneto o un poema.

Entre su prolífica producción literaria sobresalen sonetos, prosa y poesía limpia, y entre sus obras figuran La flauta de la caña, Como un antiguo Caracol, Mérida poro por poro y Un salitre lejano. Existe -dice- "una especie de elitismo en la factura de sonetos que implican un conocimiento previo, una aceptación de esta palabra misteriosa que es la poesía, la cual también tiene su propia música".

Autor de sonetos, prosa y poesía, Espejo Méndez presentará el martes 16 en la Casa del Poeta su libro Inventario en donde participarán Miguel Angel Granados Chapa y Francisco José Paoli Bolio.

Dicho volumen, editado por la Universidad Tecnológica Metropolitana, se ubica en la colección Arbol de libros y recoge, a decir del autor, "lo mejor, lo que más me gusta de todo lo que he escrito. Hay prosa, sonetos y poesía limpia, sin rimas y sin métricas".

Es un inventario, define "no sólo porque se tienen guardadas las mejores cosas, eso que uno encierra con siete llaves y que se pretende sea una piedra grabada en el tiempo, sino porque también la palabra significa lo que hace el inventor".

Añade: "Es un catálogo de inventos, una lista, un índice, un acopio de palabras y más palabras que, juntas y acomodadas a capricho, son producto de la inventiva de un inventor que encuentra, crea o imagina hechos -y hasta a veces, echa embustes- debido a su fantasía y pueden dar razón o sinrazón de algo hasta producir, entonces, alguna emoción".

Fernando Espejo quien mantuvo "excelente relación" con gente del exilio español, ha recibido premios internacionales en publicidad como el León de Plata de Cannes y ha sido distinguido con la Medalla de Yucatán y con la Eligio Ancona.

 
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