Usted está aquí: sábado 13 de mayo de 2006 Opinión DESFILADERO

DESFILADERO

Jaime Avilés

Valentina, en manos de Fox

A la estudiante chilena la policía federal le hizo lo peor

Atenco, en el esquema del fraude electoral pro Calderón

No parecer salinista, tarea del subcomandante Marcos

Ampliar la imagen Performance de la toma de Atenco, ayer durante la marcha Foto: VíctorCamacho

DESPUES DE GOLPEARLA "con toletes en los pechos", de molerla a garrotazos y patadas tirada en el suelo, de jalonearla de los pelos y arrastrarla como un bulto, a Valentina Palma Novoa, la estudiante chilena que residía en México desde 1995 y que el jueves de la semana pasada fue detenida en Atenco, los soldados de la Policía Federal Preventiva (PFP) del "gobierno" de Vicente Fox le hicieron lo peor. Así lo cuenta:

"Me dijeron: 'súbete a la camioneta, puta'. Apenas podía moverme y ellos (me) exigían extrema rapidez en los movimientos. Me aventaron encima de otros cuerpos heridos y sangrantes y me ordenaron bajar la cabeza sobre un charco de sangre; yo no quería poner la cabeza en la sangre y la bota negra de un policía sobre mi cabeza me obligó a hacerlo".

Entonces, reducida a esa postura, le bajaron los pantalones y la humillaron sexualmente, mientras a su lado un anciano se quejaba aullando por el dolor de las heridas que tenía en todo el cuerpo. Valentina fue expulsada de México al día siguiente de su arresto y apenas llegó a Santiago de Chile denunció estos horrores. Al igual que ella, dos ciudadanas catalanas que corrieron la misma suerte y fueron devueltas a España en la misma fecha, relataron atrocidades semejantes en cuanto aterrizaron en Madrid.

Una de ellas, de nombre Cristina Valls, también habló de la sangre que había en el suelo del vehículo que la trasladaba, con muchas personas más, al penal de Santiaguito, en Almoloya de Juárez. "Primero que nada debo decir que sí hubo compañeras que fueron violadas. Yo no fui penetrada por los agentes. Lo que sí me hicieron durante ese tiempo fue que me tocaron la vagina y los senos y me introdujeron sus dedos varios policías. Yo no pude ver las violaciones pero sí escuché gritos pidiendo compasión, gritos de asfixia o súplicas como 'déjenme, por favor', mientras los policías reían o gritaban. Y estoy segura que fueron los policías federales porque ellos nos detuvieron y nos encerraron en el camión (donde) estábamos todos encapuchados y sólo veíamos la sangre en el suelo".

De acuerdo con los informes preliminares recabados por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), "un número importante de mujeres violadas, o que sufrieron acoso sexual y manoseos y fueron obligadas a hacer sexo oral a los policías, son amas de casa. Hay casos como el de una mujer de 50 años que fue obligada a hacer sexo oral a tres policías para que la dejaran libre".

La fuerza de los pacíficos

Los testimonios recogidos por la CNDH, y que en breve serán materia de una recomendación a las "autoridades" federales y Enrique Peña Nieto, el diazordacito que "gobierna" con mano asesina el estado de México, no lograrán sino documentar con más abundamiento de detalles monstruosos lo que el país y el mundo han observado en estos días y en estas noches a través de la televisión.

¿Qué sucedió en los medios electrónicos? Primero, cuando estalló el conflicto (3 de mayo), la televisión proyectó escenas, grabadas en vivo y en directo, que reflejaban el encarnizado choque entre los pobladores de Atenco y los granaderos de la policía estatal, reforzados más tarde por los soldados de la PFP.

Quienes vimos esas imágenes frescas y terribles no olvidaremos la saña con que algunos campesinos descargaron su furia sobre policías aislados e inermes. Lo que no nos dijo la televisión, en ese momento, fue que la rabia de los civiles era una respuesta a la cobardía de los uniformados que les habían disparado con armas de fuego y provocado, aparte de muchas heridas, la muerte de un niño de 14 años.

Por la noche, en los programas de los levantacejas profesionales, ya no nos repitieron los embates de las fuerzas de Peña Nieto y de Fox, pero nos abrumaron al mostrarnos, una y otra vez, las patizas despiadadas a los gorilas indefensos. A la mañana siguiente, muy temprano, la PFP lanzó una dotación de 3 mil soldados sobre los 50 campesinos que resguardaban el centro del pueblo y mantenían en rehenes a varios agentes del "orden", y la televisión transmitió una versión "amable" de los hechos.

¿En qué momento llegó la contraorden? ¿Qué la provocó? ¿Fue una respuesta a las denuncias de Valentina Palma desde Chile y Cristina Valls desde Madrid? ¿Los medios cambiaron la señal para restarle fuerza a las reclamaciones por abusos sexuales que estaban surgiendo asimismo en México y las cuales un solo diario, éste, había recogido con seriedad? Quién sabe. Lo cierto es que, de repente, la televisión "descubrió" -como si sus camarógrafos no hubiesen mandado esas imágenes a sus estudios desde el principio- que las hordas de la PFP se habían "extralimitado" en sus funciones y decidió compartir con nosotros, el público, los videocasetes que registraron los "excesos".

Todo, de pronto, quedó impregnado de un intenso olor a campaña electoral. Ebrio de Prozac, vestido de cualquier manera, Fox farfulló un discursito para advertirnos que un "pequeño grupo" no puede estar por encima de los demás (como si él mismo no fuera el jefe de un "pequeño grupo" de ladrones de cuello blanco, encabezado por los hijos de Marta Sahagún). A su vez, Peña Nieto dijo que todo había sido para "restablecer el orden" y los demás actores -el procurador del estado de México y los directores de las corporaciones policiacas- procedieron a recitar las canalladas que les correspondían. Y Felipe Calderón, de inmediato, salió a culpar de la "violencia" a López Obrador, con lo cual reconfirmó que su estrategia está basada en un principio: cree y se siente capaz de demostrar que todos los mexicanos somos más tontos que él.

Ahora que la película ha avanzado otro poco, entendemos, finalmente, que la sinuosa conducta de la televisión encierra un sutil mensaje. Las imágenes de la brutalidad policiaca, repetidas a toda hora por los levantacejas, nos previenen de que así le puede ir a toda persona que se atreva a rechazar por las buenas, y sobre todo por las malas, el fraude electoral que, por mandato de Carlos Salinas de Gortari, hará presidente de la República, nos guste o no, a Felipe Calderón.

Y en el contexto de esta ofensiva que Guillermo Almeyra ha descrito como "terrorismo de Estado", Calderón empuña el micrófono para proponernos un trato digno de Al Capone, el famoso gánster que chantajeaba a sus víctimas vendiéndoles protección. Voten por mí y no les pasará nada, quiere decirnos el chaparrito pelón de anteojos, porque yo tengo "la fuerza de los pacíficos".

Tal vez sin saberlo, tal vez aconsejado por su asesor franquista, Antonio Solá, y su asesor neonazi, Dick Morris, Calderón nos habla ahora con la retórica de Pinochet, que en los peores días de la dictadura chilena pronunciaba discursos contra "los violentos", palabreja que aquí emplea con alarmante frecuencia el chileno director de la hojita parroquial del salinismo.

Mandoki: 200 mil dvd repartidos

Faltan 50 días para las elecciones y la campaña de Calderón vuelve a desinflarse: el cinismo, la mentira sistemática, la cara durísima que exhibió en sus tercas acusaciones contra López Obrador, ya atraparon a los ingenuos y a los débiles de espíritu, pero éstos no alcanzan para formar una nueva mayoría que prolongue otro sexenio la pesadilla inaugurada por Fox. Ayer, por ejemplo, sucedieron dos cosas muy interesantes.

El Economista abrió un foro de votación y a las dos horas la pizarra daba una amplia ventaja a López Obrador (54 por ciento) sobre Calderón (41 por ciento). De pronto, los números desaparecieron y regresaron poco después con un marcador muy distinto: Calderón, 71 por ciento; AMLO, 26 por ciento. Pero al mismo tiempo, en el noticiario de Brozo, a la pregunta de si las elecciones fueran hoy por quién se inclinaría usted, respondieron 18 mil 740 televidentes, de los cuales 78 por ciento fueron para AMLO y 18 por ciento para Calderón.

Ese de los viernes en el Canal 4 es un sondeo que abarca sólo a los habitantes del Distrito Federal, pero lo cierto es que hoy, como hace muchos meses, la popularidad de AMLO en ese espacio no ha dejado de ser altísima y por ningún lado se nota, ni siquiera como mínima tendencia, el supuesto repunte del chaparrito panzón que amenaza con aplicarnos la violencia de los pacíficos.

Entre tanto, con los solitarios recursos del ingenio ciudadano, más de 200 mil personas en todo el país han recibido ya el dvd de Luis Mandoki ¿Quién es el señor López? Por eso con mayor entusiasmo las fuerzas que integran el Lado Izquierdo Opositor (LIO) lo distribuirán hoy en el parque de Los Espejos (Polanco), donde hablará la escritora Guadalupe Loaeza, a las 12 horas en punto; en el parque Morelos, de la colonia Escandón, y en el de la colonia Nápoles, de 11 a 15 horas; en el parque de San Jacinto, frente al Bazar del Sábado, de 12 a 16 horas; en la Alameda del Sur, Coyoacán, de 17 a 19 horas, y mañana domingo en todos los accesos a los segundos pisos del Periférico Sur, que los capitalinos recorrerán a pie antes que los coches los estrenen el lunes. Nada, ni las mentiras, ni las amenazas, ni siquiera el triste papel del subcomandante Marcos, que deberá encontrar la fórmula para no seguir pareciendo un aliado salinista de Calderón, nada impedirá la victoria del pueblo el 2 de julio en las urnas.

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