Usted está aquí: jueves 11 de mayo de 2006 Sociedad y Justicia A 7 años de que mataron a su hija, aún esperan justicia

Familia de Guadalupe Sánchez recurre a la ONU ante "negligencia" de la justicia mexicana

A 7 años de que mataron a su hija, aún esperan justicia

MATILDE PEREZ U. CORRESPONSAL

A siete años del asesinato de su hija Guadalupe, la familia Sánchez Salas espera que las autoridades juzguen a Mario Mendoza Hernández, esposo de la víctima y presunto autor intelectual del homicidio.

Teresita Salas Marrufo, madre de Guadalupe, explicó que durante ese tiempo ha enfrentado la burla, la indiferencia e ineficiencia de jueces y agentes del Ministerio Público. "Me acusaban de ser ignorante y conflictiva, sólo por exigir justicia", dijo.

Por las diversas irregularidades que se han presentado en el caso, hace cuatro años los familiares de la víctima acudieron al comité de Naciones Unidas para la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres, y podría recurrir a otras instancias internacionales para denunciar las enormes barreras que hay para castigar al presunto autor intelectual del crimen.

Al parecer, el asesino de Guadalupe -recordó Salas Marrufo-, Antonio Rodríguez Serna, tenía nexos de negocios con Mendoza Hernández, y a pesar de que fue reconocido como el asesino, pasaron tres años para que fuera detenido y sujeto al proceso judicial, y después desaparecieron de su expediente varias hojas de pruebas de su culpabilidad.

La madre de Guadalupe recuerda que semanas antes de ser asesinada, su hija había solicitado el divorcio a Mendoza Hernández, quien había abusado sexualmente de su hija de cuatro años. Después de la muerte de Guadalupe, el esposo demandó la custodia de sus dos hijos, la cual le fue negada después de un largo proceso.

"Ha sido un procedimiento muy largo, en el que las autoridades han demostrado su menosprecio hacia el sexo femenino y la poca importancia que para ellos tiene la muerte de una mujer", agregó.

Actualmente, Mendoza Hernández está preso, pero han transcurrido dos años sin que se le dicte sentencia, y "parece que las autoridades no quieren actuar en su contra", incluso el juez 22 de lo penal del Distrito Federal, Alejandro Jiménez Villarreal, se excusó de seguir conociendo del juicio contra Mario Mendoza, debido a las inconformidades manifestadas por la familia Sánchez Salas ante las irregularidades que el juzgador había cometido en el expediente, abundó.

Teresa Ulloa Ziaurriz, directora regional de la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, y abogada de la familia Sánchez Salas, asentó que ha puesto sus 30 años de experiencia como litigante contra la violencia de género para resolver este caso. Sin embargo -se queja-, la corrupción e ineficiencia de las autoridades judiciales son muros que se alzan para detener la justicia.

Las autoridades hacen todo más tortuoso y más difícil para que la gente se dé por vencida y de esa forma mantener el alto grado de impunidad que hay entre los impartidores de justicia y los presuntos delincuentes, acusa la litigante.

"A quienes exigen y defienden su derecho de justicia los califican como conflictivos y los tratan con prepotencia". Aun así -señala--, la familia Sánchez Salas confía en que ya no se permitan las anomalías en el expediente de Mario Mendoza Hernández y que éste sea castigado.

 
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