Usted está aquí: jueves 11 de mayo de 2006 Opinión Atenco, algunas preguntas

Octavio Rodríguez Araujo

Atenco, algunas preguntas

Atenco 2001. Ejidatarios luchan por su tierra contra una expropiación de muy dudosa utilidad pública. Para armar los expedientes que tenían que presentar los abogados de la defensa tuvieron que comprobar la propiedad ejidal otorgada en diferentes momentos desde los años 20 del siglo pasado. En agosto de ese año, los ejidatarios de San Salvador Atenco, Texcoco, Chiconcuac y Chimalhuacán ganaron y el gobierno desactivó el decreto de expropiación que tenía el objeto de construir un aeropuerto a costa de la tierra y las formas de vida de miles de ejidatarios. Fue un movimiento legal y participativo; ejemplar. El típico caso, viejo en México, de la defensa de la tierra. De ahí el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) y la simpatía con la que fue visto entre amplios sectores de la población.

Atenco 2006, en realidad Texcoco, municipio colindante con San Salvador Atenco. Ocho vendedores de flores reclamaron durante varios días espacios de propiedad pública para vender sus productos. El presidente municipal apostó policías para impedirlo. Inés Rodolfo Cuéllar, lideresa de los productores de flores, llamó en su apoyo al FPDT de Atenco. No se sabe bien por qué en los anteriores dos años, cuando fueron reubicados mil 200 ambulantes, Cuéllar y el FPDT no hicieron nada por impedir esa acción de gobierno, y por qué ahora, por ocho, armaron un enfrentamiento de graves consecuencias. En esta ocasión los campesinos no defendían su tierra, sino un pequeño espacio en una calle que no era, ni es de ellos, sino municipal, público.

Según la crónica de La Jornada (4/5/06) los de Atenco habían estado, desde la noche anterior, en una vivienda en el centro de Texcoco. "La intención era esperar el amanecer, con el propósito de intentar instalarse frente al centro de abasto para la venta de sus productos" (los de Texcoco), escribieron los reporteros. A esa vivienda regresaron después del enfrentamiento con la policía municipal, y ahí se atrincheraron. Ignacio del Valle, líder del FPDT, llamó a Atenco y pidió refuerzos. Los siguientes enfrentamientos fueron de consecuencias muy graves para todos. La policía, como siempre, salvaje y violenta, pero los campesinos no actuaron como blancas palomas. ¿Por qué si el operativo policiaco -para evitar que los floristas se ubicaran en la vía pública- se había instalado desde hacía por lo menos 15 días, se escogió el 3 de mayo para enfrentarse con los uniformados? ¿Por qué no el 20 o el 30 de abril?

Quien planeó las cosas para el 3 de mayo, ¿supuso lo que se provocaría? Si sí, qué irresponsabilidad; si no, pues así resultaron las cosas: un pueblo completo agredido ilegal y violentamente por las fuerzas policiacas estatales y federales y más de 200 detenidos, y todo esto para recuperar unos metros de banqueta pública para vender flores. ¿Suena lógico?

Si algunos del FPDT, como dice la crónica de La Jornada, ya estaban en Texcoco desde la noche anterior al 3 de mayo, en apariencia acuartelados en una casa, no puedo pensar que fuera una acción espontánea, sino deliberada. ¿Para demostrar la ineptitud del presidente municipal perredista y que los del PRD impiden a la gente de abajo, humilde y sencilla, vender sus productos para su subsistencia? ¿Para demostrar ante la opinión pública que PRD (municipio), PRI (estado) y PAN (Federación) son la misma cosa?

Mil preguntas podrían hacerse, pero la verdaderamente importante es una: ¿a quién benefició lo que ocurrió y a quién beneficia lo que todavía puede ocurrir? Calderón y Madrazo ya lo están usando para inducir el voto del miedo ante el "peligro" de la izquierda. Marcos ya aclaró que él no lo planeó, y le creo; pero en el imaginario colectivo él está presente, tanto que logró ser entrevistado por Televisa, el mismo poder de comunicación que critica. Sin Atenco no lo hubieran entrevistado, esto es claro: ya estaba en el Distrito Federal antes de los sucesos del 3 de mayo.

La reacción de muchos pobladores de Texcoco y sobre todo de San Salvador Atenco no fue de total aceptación a los solidarios de fuera. En la asamblea del 5 de mayo la mayoría de los participantes no fue de Atenco; sin embargo, los asistentes "fuereños" delinearon la estrategia a seguir en la próxima semana. "Unos cuantos integrantes y dirigentes del FPDT, los que han puesto fin al miedo a salir a la calle, por momentos rondaron la plaza, escucharon las propuestas y por largos periodos se alejaron del lugar", reportó La Jornada (7/5/06). Un estudiante de la UNAM exigió a Marcos se fuera "a luchar hombro con hombro con nosotros". La propuesta fue aplaudida por los "fuereños", pero "los rostros de algunos integrantes del FPDT mostraron un gesto adusto y de preocupación" (ídem).

Una voz me interesa rescatar, según yo la más reveladora: la de Guadalupe, habitante de Acuexcomac (poblado al norte de la cabecera municipal de Atenco): "Hace cuatro años el pueblo se juntó para luchar por una causa justa; defendimos nuestras tierras, pero luego el movimiento se fue desvirtuando. Ahora ya me retiré de todo esto, y es una verdadera lástima lo que estoy viendo (solloza)... esto se perdió por causas que ya no eran del pueblo" (ídem).

¿Qué seguirá? Algunos deben de estar muy contentos: armaron un verdadero lío, y van por más. Quizá se sientan verdaderos revolucionarios. ¿Y el pueblo, el de los que no participaron, pero sí fueron agredidos, los verdaderamente de abajo, qué recuerdos guardarán? ¿Cuál es su perspectiva? ¿Continuarán unidos como en 2001-2002?

 
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