Usted está aquí: jueves 11 de mayo de 2006 Opinión La mayúscula provocación

Víctor Flores Olea

La mayúscula provocación

No es difícil verlo: se trata de una agresiva provocación y no de "casualidades". Resulta realmente increíble que el desalojo de seis vendedores ambulantes de flores se convierta en unas cuantas horas en un "levantamiento" que por azar desencadenó la más bárbara violencia y exigió los peores métodos represivos. Torpeza sí, a todas luces, pero sobre todo voluntad de probar a qué punto nuestra sociedad está al borde del abismo.

La descarada asociación del dinero nacional e internacional, y desde luego los intereses políticos nacionales y trasnacionales, que procuran impedir que el candidato Andrés Manuel López Obrador llegue a la Presidencia de la República, exhiben su rostro cada vez con mayor cinismo. Y se exponen como los verdaderos peligros para México.

No únicamente efectúan campañas mediáticas, sino que esas campañas asumen un objetivo preciso: difundir el miedo y convertir el pleno ejercicio de las libertades políticas y ciudadanas el próximo 2 de julio, en un acto de inhibición directa e indirecta, en la negación de la libertad y en el provisional éxito del abuso y el sometimiento. Por el miedo la libertad se convierte en sus contrario: en asfixia y rendición.

Por supuesto, la mayoría de los medios han exigido en coro represión y "mano dura" ante los acontecimientos de los últimos días en San Salvador Atenco. El ánimo del país se transforma y el objetivo de los intereses es que prevalezca sin modificación alguna el estado de cosas. Todos los intereses, sus estropicios y explotación, son mejores a las hipotéticas propuestas de cambio.

La violencia desencadenada en la calle por las macanas "institucionales" y la contundencia física contra ciudadanos inermes como primer elemento de terror para convencer a la ciudadanía de que las cosas no deben cambiarse. El voto del miedo como estrategia final.

El principal vocero del miedo es sin duda aquel que no ha dejado de ser gerente y portavoz de las trasnacionales, a pesar de que ostente también hoy el cargo de jefe del Ejecutivo mexicano. La burla es lo de menos, lo importante es seguir hasta el último rindiendo servicios a la Voz del Amo.

Pero es tan obvia la operación y la intención, practicada ya en México y en otro lugares, que difícilmente las mayorías de nuestro país se tragarán esa rueda de molino. El país está por arriba de las trampas de los publicistas con poder. Así lo esperamos. En verdad, es el momento de las cabezas frías y de no dejarse envolver por la provocación fraguada por esos intereses, ésos sí enemigos de México. Ellos son los que representan el verdadero peligro para México. Por supuesto, los mexicanos ejerceremos el próximo 2 de julio nuestro derecho de voto con plena libertad. Y entonces el resultado será diametralmente opuesto al que desearían los autores de las provocaciones, la violencia, las campañas mediáticas y las operaciones indecentes.

Naturalmente, un primer paso elemental conciliatorio y urgente sería la libración de los golpeados y detenidos injustamente como parte de la violencia "institucional" desencadenada.

 
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