Usted está aquí: viernes 5 de mayo de 2006 Cultura La Compañía Nacional de Danza presenta lo nuevo de su repertorio

Estrena coreografías de James Kelly y Lidya Romero, y repone ¡Esquina bajan!

La Compañía Nacional de Danza presenta lo nuevo de su repertorio

Cada año integra un programa para enriquecer sus propuestas contemporáneas, neoclásicas y modernas

Papeles de guerra explora las batallas personales para preservar la libertad

MERRY MACMASTERS

Ampliar la imagen Bailarines de la Compañía Nacional de Danza, que dirige Dariusz Blajer, durante un ensayo en el Teatro del Palacio de Bellas Artes Foto: Cristina Rodríguez

Para que la Compañía Nacional de Danza (CND) tenga un repertorio contemporáneo, neoclásico y moderno, cada año, después de sus grandes proyectos de ballet clásico, la agrupación presenta un programa de nuevas coreografías, informó su titular, Dariusz Blajer.

En esta ocasión De nuevo, de James Kelly, y Papeles de guerra, de Lidya Romero, se estrenan junto con la reposición de la obra ya clásica, ¡Esquina bajan!, de Nellie Happee, en una segunda y última función el martes 9 a las 20 horas en el Teatro del Palacio de Bellas Artes.

El desafío de la velocidad

Con 20 años de trabajar, inclusive vivir en México, el coreógrafo estadunidense James Kelly describe De nuevo, coreografía para nueve bailarines, como una obra abstracta que permite contemplar ''cuerpos hermosos que se mueven con rapidez en el espacio".

Respecto de su dificultad técnica, Kelly expresa que ésta se coloca al mismo nivel de lo que se hace en el mundo hoy en la danza clásica.

Eso porque ''los bailarines se mueven muy rápido en la actualidad, y también a mí en lo personal me gusta moverme rápido. Claro, esto implica más pasos por minuto, así que uno se cansa con más facilidad.

''En eso consiste el desafío para los bailarines: moverse a la velocidad que pido y llegar al final."

Kelly también ha definido De nuevo como ''ver la danza clásica mediante los ojos del siglo XXI". Apunta: ''Adoro las obras antiguas, como El Lago de los cisnes, con las que he trabajado toda mi carrera, pero el ballet no es una pintura. No puede sólo colgar en una pared, tiene que evolucionar. Ya no vivimos en el siglo XVIII, nuestros criterios son otros y también el ritmo de vida.

''Claro, se emplea como base una técnica centenaria de ballet clásico, pero a la vez convertiéndolo en algo a lo cual respondo como artista que trabaja en el siglo XXI."

Cuerpos maleables

A Lidya Romero le ''impacta" mucho la cuestión de la guerra, pero en esta ocasión su nueva coreografía se refiere a ''las batallas personales que día con día una persona del siglo XXI tiene que enfrentar para seguir siendo un ser libre".

Cómo mantener la identidad en medio de la globalización, así como en las relaciones más íntimas: ''No permitir que te hagan víctima, ni en las relaciones de pareja o de poder, con el Estado, con el jefe, por ejemplo".

Otra pregunta que también la ''asalta" es cómo mantenerse vigente en la creación. Cómo no ser arrasada por las modas.

Papeles de guerra, con duración de 26 minutos, nació a partir de una invitación que en 2003 le hizo Cuauhtémoc Nájera, entonces director de la CND, pero a cuya salida se fue postergando hasta ahora.

Para Romero se trata de una obra exprés, pues sólo tuvo 20 horas de ensayo, aunque reconoce que ''uno asume las circunstancias y los retos", como utilizar un lenguaje ''no tan conocido para los bailarines", cuyos cuerpos ''muy diestros y entrenados" tienen que volverse maleables para que comprendan otro tipo de movimientos.

Romero le ha tomado tal cariño al proyecto, que piensa dedicar todo 2006 a hacer muchas versiones de la obra, ''como si fuera una serie pictórica", tanto para Mezquite Danza Contemporánea, de Torreón, como para la Compañía de Danza Contemporánea de Yucatán, y su propio grupo, El Cuerpo Mutable.

El México de los años 40 y 50

Entrevistada también en un ensayo de la CND, Nellie Happee habla de cómo en ¡Esquina bajan! (1994) utiliza melodías de los años 40 y 50, con la idea de que las nuevas generaciones ''conozcan nuestra música", en las voces de Toña La Negra y Los Panchos, por ejemplo.

''Me encanta que los chicos de hoy conozcan un poco de cómo era el México de esa época, pues por lo general las películas de entonces presentan la vida nocturna, los cabarets, que sin duda existían, pero a la par que eso también había otro México que fue el que me tocó vivir.

''A los 12 años me dijeron que debía aprender a andar en camión, porque con la muerte de mi abuela ya no había quién me llevara a las clases de baile. Entonces, venía desde la colonia Industrial en dos camiones hasta las Lomas a tomar clases."

La coreógrafa también habla de la dificultad de interpretar personajes de la urbe que no pertenecen al repertorio acostumbrado de la CND.

''A veces es triste que los bailarines puedan interpretar a la princesa, al príncipe, al pájaro, al cisne, pero no pueden bailar como lo que son: personas", deplora.

Happee tomó su personaje de ''la Lola" de un dibujo de José Clemente Orozco, y la escena del camión de un cuadro de la pintora Frida Kahlo.

 
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