Usted está aquí: lunes 24 de abril de 2006 Deportes Sevilla se volvió poncista

José Cueli

Sevilla se volvió poncista

Enrique Ponce llenó la Real Maestranza de Caballería de Sevilla de poderoso ritmo valenciano y verso torero ,y los aficionados se le entregaron extasiados por la verdad de su quehacer torero. Nunca había conseguido el diestro valenciano reventar el aristocrático coso, hasta este viernes pasado, en el que demostró ser auténtico figura del toreo.

Dos faenas magistrales realizó el torero chiva, con los de Zalduendo; una poderosa a un toro que se revolvía en corto, encastado, tirando cornadas a diestra y siniestra hasta la pantalla televisiva y al que sometió Ponce. Una vez que le bajó los humos a su oponente, todavía se dio el lujo de pasárselo por la cintura en naturales con el sello de la casa, la otra y con la plaza en el bolsillo fue una faena artística que tuvo el ritmo, la gracia, el verso, en especial los pases de pecho, templando de lujo cuajó naturales y ayudados de gran hondura y ritmo marinero y surgió la magia. El torero se había embrujado con el coso maestrense y el olé de los sevillanos.

Enrique Ponce poseedor de una técnica y un dominio único de los toros, lleva la lidia de principio a fin, magistralmente. Si esta en tarde de inspiración, como el viernes pasado, transforma el toreo en arte sublime. Más, a la hora de matar los toros, se le aparece el chamuco y venga a pinchar y descabellar.

Pese a eso, la afición sevillana, fuera de sus cabales, lo obligó a dar vueltas al ruedo interminables, entregada a su torería.

Todo esto sucedía en una feria sevillana que ha resultado triunfalista. Habían brillado, un Luis Vilches, que salió de la oscuridad; Pepín Lirria El Cid y Santiago Castella. Pero llegó Enrique Ponce y mostró su torería y Sevilla se volvió poncista.

 
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