Juan Ramón de la Fuente dicta conferencia en Moscú
La globalización exige más calidad a las universidades
La economía actual demanda nuevos profesionistas, dice
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El rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, afirmó en Moscú que la nueva economía será la economía del conocimiento
Foto: Notimex
Moscú, 21 de abril. En una economía cada vez más sustentada en el conocimiento, cuando el desarrollo de la ciencia y la tecnología empiezan a cambiar los modos de producción y los servicios, las universidades afrontan el reto de asumir de una manera más cabal su papel de generar y transferir ese conocimiento a la sociedad.
Para ello las universidades requieren mayores recursos que permitan impulsar la investigación multidisciplinaria, cuyo uso debe regirse por claros criterios de transparencia y rendición de cuentas.
Sólo así las instituciones públicas de educación superior, que son las que hacen investigación en países como México, podrán competir con estándares de calidad internacionales, sin hablar de su compromiso de formar los profesionistas que demanda la economía del siglo XXI.
Estos son los puntos medulares de la conferencia Las universidades en el proceso de globalización, que dictó aquí el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Ramón de la Fuente.
Ante un auditorio de excepción -los rectores y académicos de una veintena de países que participan en el foro internacional Desarrollo de la Educación y la Ciencia, organizado por la Universidad Estatal Lomonósov, de Moscú (MGU, por sus siglas en ruso)-, De la Fuente señaló que la educación universitaria, antes reservada para pocas personas, "es hoy por hoy la principal puerta de entrada al empleo para cada vez más jóvenes".
En ese contexto, prosiguió, las universidades deben preguntarse qué futuro espera a los jóvenes que no tengan acceso a la educación superior y si es responsabilidad suya aceptar estudiantes no graduados y asegurarles un apoyo para que obtengan un título, así como si están preparadas para superar los desafíos desde un punto de vista estructural y financiero.
De la Fuente expresó la convicción de que las universidades pueden responder a algunas de estas preguntas, pero sobre todo "promover un amplio debate en la sociedad, un debate esencial que vaya más allá de nuestras habituales discusiones sobre excelencia (académica)".
Con especial énfasis, anotó: "Los proyectos de investigación realmente innovadores no sólo son necesarios, sino cruciales, pero todos sabemos que sus altos costos imponen severas limitaciones, de génesis externa, con vastas implicaciones para la libertad académica".
Los requerimientos multidisciplinarios de cada proyecto de investigación inciden en el aumento de la inversión para crear centros científicos de excelencia, por lo cual es indispensable que las universidades busquen ampliar sus fuentes de financiamiento, como una mayor vinculación con la industria, dijo.
Sin embargo, el rector de la UNAM se formuló las siguientes interrogantes: "¿Quién debe determinar las prioridades de investigación en las universidades? ¿Qué papel debe darse en esa materia, si es que hay que darle alguno, a los socios industriales, que son los empleadores de nuestros egresados?"
No menos importante para De la Fuente es "¿hasta qué punto es posible tolerar la injerencia del gobierno y de grupos sociales en asuntos de la universidad?"
Al hablar del proceso de globalización -"un fenómeno cuyos efectos son defendidos por unos y criticados por otros, pero casi todos coinciden en que es irreversible"-, el rector apuntó que las universidades "deben someterse al imperativo de la competencia internacional".
Explicó que aun en países desarrollados la competencia entre negocios está marcada por la calidad de la educación que los estudiantes reciban.
"La globalización ha relativizado la calidad de la educación superior", y para evaluar ésta en su justa dimensión ya no es suficiente medirla con criterios nacionales, sino con las ofertas de otros centros universitarios en el mundo", sostuvo.