Usted está aquí: sábado 22 de abril de 2006 Cultura Tondal, visionario

Juan Arturo Brennan

Tondal, visionario

El alma del caballero Tondal deja su cuerpo y se dedica a viajar por regiones ignotas, donde tiene encuentros diversos. Después de su viaje iniciático, el alma de Tondal regresa para reunirse con el cuerpo del caballero, para quien todo esto no ha sido más que un sueño, si bien un sueño revelador. De regreso al mundo, Tondal escucha las voces de quienes lo han cuidado durante su viaje.

Esta es, a grandes rasgos, la historia que se cuenta en La visión de Tondal, narración originada en el siglo XII y conservada en manuscritos provenientes de diversas latitudes. Hace unos días, el Ciclo de Música Antigua de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se clausuró con un soberbio concierto en el que La visión de Tondal fue cantada y narrada por el ejemplar grupo vocal Dialogos, que dirige Katarina Livljanic.

Lo interesante del asunto es que, como ocurre en el caso de numerosas obras medievales que alguna vez se cantaron en la antigüedad remota, La visión de Tondal no conserva su música original, de manera que la realización musical de la narración está cimentada en el enorme conocimiento que Livljanic tiene de las más importantes tradiciones musicales antiguas. ¿Dónde está, entonces, el centro musical alrededor del cual se ha articulado esta excelente versión de La visión de Tondal? Una buena pista está en el subtítulo del programa ofrecido por el grupo Dialogos: En busca de los cantores dálmatas de la Edad Media.

Katarina Livljanic ha creado la música para esta representación (porque, en efecto, es algo más que un concierto) a partir de su investigación sobre diversos manuscritos gregorianos, beneventanos y glagolíticos, y el resultado es asombrosamente rico, deslumbrante y conmovedor.

Un sexteto de voces femeninas se encargó de la interpretación de esta fascinante historia mística, que junto con el canto propone una austera, estilizada y sobria puesta en escena (a cargo de Sanda Herzic) en la que los únicos elementos visuales fueron las propias cantantes, sus oscuras túnicas y un discreto juego de luces. Con recursos tan sencillos, sin efectos superfluos, el grupo Dialogos generó en la sala Nezahualcóyotl una atmósfera ritual de contemplación y meditación que no es fácil lograr, sobre todo con un público muy poco acostumbrado a la experiencia de la música antigua.

Para dar forma a la obra, Katarina Livljanic interpola, entre las distintas secciones narrativas de la aventura del alma de Tondal, diversas secuencias musicales surgidas de las tradiciones arriba mencionadas.

Sin duda, lo más atractivo en términos musicales fue la presencia del canto glagolítico, una tradición vocal y litúrgica eslava que se caracteriza, entre otras cosas, por ciertas disonancias y armonías cromáticas que producen efectos hondamente dramáticos, sobre todo si se les contrasta con la armonía más diatónica de las otras tradiciones vocales utilizadas por Dialogos en La visión de Tondal.

Me parece que una parte sustancial del éxito de esta versión de la historia de Tondal está sustentada, precisamente, en esos contrastes armónicos que producen orgánicamente los correspondientes contrastes de estado de ánimo indispensables para mantener la sólida continuidad, escénica y musical, de la obra. A base de solos y ensambles parciales, así como de varias secciones cantadas por el sexteto completo, Dialogos construyó una dramaturgia sonora de altos vuelos, de musicalidad impecable, de una rara emotividad y, sobre todo, de una singular capacidad para comunicar el entorno místico en el que se mueven Tondal y su alma.

La sección final de la obra, la aclamación Laudes regiae, es un portento de energía, fe y musicalidad suprema, y fue cantada por Dialogos, como el resto de la pieza, con una formidable convicción.

El marzo de 2005, en el contexto de la rica programación musical de ese año en la UNAM, Dialogos se presentó en el mismo escenario para compartir con el grupo Sequentia (otro ejemplar ensamble dedicado a la música medieval) un memorable Duelo de canto llano. Sería lógico suponer que el éxito de aquel programa debía atraer multitudes para La visión de Tondal. Pero no. Algo falló y este soberbio espectáculo de música antigua se realizó ante un público injustamente escaso. Tanto para los que se perdieron del placer de experimentar La visión de Tondal en vivo, como para quienes queremos repetir su viaje místico, está disponible la espléndida grabación que Katarina Livljanic y Dialogos han realizado de esta magnífica música para el sello discográfico Arcana.

 
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