Usted está aquí: domingo 16 de abril de 2006 Cultura Murió Raúl Corrales, fotógrafo de la Revolución cubana

Sus imágenes ayudaron a consolidar el movimiento

Murió Raúl Corrales, fotógrafo de la Revolución cubana

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Los machetes marciales de la Revolución cubana tomados por Raúl Corrales

La Habana, 15 de abril. "Súbete en algo para que se vea bien la gente", le dijo Fidel Castro al fotógrafo que estaba en la tribuna de la Plaza de la Revolución, con la tarea de registrar la que era entonces la mayor reunión de cubanos en respaldo de la revolución.

Raúl Corrales subió unos peldaños e hizo malabares sobre una silla para captar una imagen que se volvió emblemática de la época: el líder cubano de espaldas, en un plano inferior, con la mano derecha en alto, frente a una multitud apretujada, que domina o quizá desborda la gráfica.

Corrales murió a los 81 años de edad, según anunció hoy la televisión. Entre su obra deja imágenes simbólicas, como esa del 2 de septiembre de 1960, que influyeron decisivamente para construir la iconografía épica de la revolución cubana, con ingredientes como el protagonismo de las masas y la irrupción de las armas en el paisaje cotidiano.

El concepto gráfico de la revolución que triunfó en 1959 tuvo ejemplos en Corrales, como la imagen de los guerrilleros barbudos cabalgando en una llanura, con sus banderas al viento; o la de una disciplinada formación de milicianos, captada desde las alturas y que sugiere una textura armónica a base de fusiles y sombreros.

Raúl Corral Fornos nació en la localidad central de Ciego de Avila, el 29 de enero de 1925. Era portero de un restaurante, cuando decidió ganarse la vida como fotógrafo. Publicó en el diario Hoy y las revistas Bohemia y Carteles.

Después de 1959 trabajó en el diario Revolución y, siempre como fotógrafo, en el Instituto Nacional de la Reforma Agraria.

Una tarde del año pasado, al celebrar su octogésimo cumpleaños, confió ante algunos periodistas la anécdota de la plaza. Esa vez también contó que la desaparecida dirigente Celia Sánchez le pidió ayuda para fotografiar y proteger textos históricos de la guerrilla, que corrían el riesgo de perderse por la fragilidad de sus soportes.

"Esto lo haces en 15 días", contaba Corrales que le dijo Celia. Pero pasaron los meses y los años y él no pudo abandonar esa labor absorbente en la Oficina de Asuntos Históricos de lo que ahora es el Consejo de Estado.

Su obra ha circulado por los circuitos de primera línea de la gráfica mundial, como el Georges Pompidou, de París; el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid y decenas de salas de Europa, Asia y América Latina.

Publicó sus trabajos en Cuba, dos épocas (junto a Constantino Arias, 1987); Cuba, la fotografía de los años 60 (1988); Playa Girón (1990); Ernest Hemingway y Cojímar (1999) y Fidel, Barbudos (junto con Alberto Korda y Osvaldo Salas, 1996).

Su obra es una referencia gráfica imprescindible de la Cuba de hace casi medio siglo. La imagen de la plaza fue el reverso de los billetes cubanos de diez pesos durante décadas y sus obras pueblan aún en la isla los expendios de carteles y tarjetas postales.

 
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