Usted está aquí: miércoles 12 de abril de 2006 Sociedad y Justicia Cayó el padrino de la Cosa Nostra

Cayó el padrino de la Cosa Nostra

Provenzano, el llamado Fantasma de Corleone, estuvo prófugo más de 40 años

REUTERS, AFP Y DPA

Ampliar la imagen Bernardo Provenzano tras su arresto en Palermo. Ex mafiosos han declarado ante la justicia que está involucrado en al menos 40 asesinatos. Para jueces sicilianos ''es uno de los jefes de la Cosa Nostra más sanguinarios'' Foto: Ap

Palermo, 11 de abril. Bernardo Provenzano, jefe mafioso siciliano prófugo desde hace más de cuatro décadas y el hombre más buscado de Italia, fue detenido este martes cerca de Corleone, en Sicilia, en lo que fue considerado el mayor éxito del Estado contra la mafia en más de 13 años.

Provenzano, conocido como El fantasma de Corleone -por la ciudad siciliana que adquirió fama en la saga de películas de El Padrino-, dirigía la mafia desde 1993, cuando el antiguo capo de todos los capos, Totò Riina, fue detenido en Palermo, capital de Sicilia.

El presidente Carlo Azeglio Ciampi expresó su alegría por el arresto al ministro del Interior, Giuseppe Pisanu.

"La captura de Provenzano es fruto de un trabajo discreto, paciente y profesional realizado por las fuerzas del orden", aseguraron el procurador adjunto, Michele Prestipino, y los magistrados de la dirección regional antimafia.

Un equipo especializado, integrado con expertos en informática, electrónica y criminología, trabajó durante varios años para lograr la histórica captura, que constituye un duro golpe para la organización criminal.

Provenzano llegó en un coche blindado al cuartel policial de la capital siciliana y tuvo que realizar un recorrido a pie de pocos metros bajo un diluvio de insultos, para posteriormente ser interrogado por el procurador nacional antimafia, el magistrado Piero Grasso.

El máximo capo dejó de ser un fantasma para el mundo después que las autoridades trazaron el año pasado su primer retrato elaborado electrónicamente luego de que se practicó una operación de la próstata en Marsella, Francia, bajo identidad falsa.

Su captura se dio gracias a una conversación telefónica interceptada que puso a los policías en la pista correcta, informaron los medios italianos. En ella un hombre de confianza de Provenzano se puso de acuerdo con su interlocutor sobre cuándo llevarle ropa limpia.

El jefe mafioso, nacido el 31 de enero de 1933, quien vestía un pantalón de mezclilla y una chaqueta, no ofreció resistencia alguna al ser capturado en una finca abandonada. Una prueba de ADN confirmó su identidad.

La policía señaló que Provenzano logró evadir la justicia por tanto tiempo gracias al sistema de protección personal que organizó a su alrededor, y al hecho de que sólo se comunicaba con sus amigos por medio de mensajes escritos, trasladados por hombres de confianza.

Bernardo Provenzano asumió la dirección de la Cosa Nostra siciliana en 1993, tras la muerte de Luciano Liggio y la detención de Totò Riina. "Dispara como un dios. Lástima que tenga el cerebro de una gallina", dijo Liggio, alguna vez jefe de Provenzano.

"Esta es la historia de tres capos que crecieron como semianalfabetos a mediados de los años 50 en Corleone y se decidieron a conseguir lo que querían con la violencia de las armas", señalaron algunos analistas.

Fuentes cercanas describen a Provenzano como extremadamente desconfiado y tímido. Por su capacidad resolutiva, también se le conoce como El Tractor. En megaprocesos contra la mafia, jueces sicilianos lo describieron como "uno de los jefes de la Cosa Nostra más crueles y sanguinarios".

Ex mafiosos que luego declararon ante la justicia hablaron de "al menos 40 asesinatos" en los que Provenzano estuvo involucrado directa o indirectamente. Entre otros, habría participado en el asesinato del juez antimafia Paolo Borsellino, en 1992.

Provenzano fue condenado varias veces a cadena perpetua en ausencia y se dice que era uno de los cerebros del narcotráfico internacional y el lavado de dinero.

En su escondite, los investigadores encontraron, entre otras cosas, una vieja máquina de escribir. Con ella el legendario padrino al parecer escribió numerosas notas con mensajes en clave.

Hace pocos años la policía intentó interpretar los códigos, compuestos de largas series de números y abreviaturas. Con un ingenioso sistema, participaban hasta tres mensajeros de la mafia en la transmisión de los mensajes.

Aunque prácticamente todos sus cómplices han sido capturados, se cree que Provenzano seguía manejando las actividades de la organización criminal, que transformó en algo mucho más secreto y difícil de combatir.

Acostumbrado a rondar sigilosamente desde hace 42 años por casi toda Sicilia, fue quien dirigió la sangrienta guerra contra el Estado en los años 90.

El camaleónico capo detenido, quien fue heredero de Totò Riina, se convirtió en el jefe supremo de la organización en los años 90 y adquirió el rango de padrino a fuerza de matanzas; sin embargo, no podrá expiar sus centenarias condenas debido a su edad avanzada. Protegido por el principio sagrado de la omertà (la ley del silencio: nadie vio, oyó o escuchó) Bernardo Provenzano era el mayor prófugo de la historia de Occidente y probablemente el último jefe de una estirpe despiadada arrasada por la llegada de una nueva mafia, la recién bautizada Cosa Nuova.

 
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