Usted está aquí: lunes 10 de abril de 2006 Estados Trabajar el enebro y la concha de abulón, tradición que se extingue en Ixmiquilpan

Faltan apoyos y mercado; quedan 10 familas del pueblo de Nith dedicadas a esta labor

Trabajar el enebro y la concha de abulón, tradición que se extingue en Ixmiquilpan

CARLOS CAMACHO CORRESPONSAL

Ixmiquilpan, Hgo., 9 de abril. Al fondo del amplio patio de su casa se encuentra el rústico taller. Desde ese pequeño lugar Pedro Pedraza Salvador ha dedicado toda su vida a elaborar pequeñas piezas a base de madera de enebro con incrustaciones de concha de abulón: guitarras, violines y otros instrumentos musicales, que han llegado a los mercados italiano, francés, alemán y, muy poco, el estadunidense. Una artesanía que hoy está en peligro de extinción por la falta de mercado y apoyo institucional.

En la comunidad de El Nith, ciento por ciento indígena ñañú, viven unas tres mil personas, pero sólo 10 familias han mantenido viva la añeja tradición de trabajar el enebro y la concha de abulón, material que llega de las costas de Baja California hasta estas tierras áridas.

Don Pedro fabrica sombreros de charro, marcos para cuadros o portarretratos, rostros de guerreros aztecas, aretes, crucifijos y lo que la imaginación le permita porque "el cliente manda y si te pide una pieza que nunca has hecho, pues te pones a darle hasta que te salga".

Nadie en la comunidad de calles polvorientas y una que otra casa llamativa construida con los dólares de los migrantes -ubicada a unos cinco kilómetros al este de la cabecera municipal de Ixmiquilpan- recuerda cómo se inició la tradición de fundir en pequeñas y preciosas piezas el enebro y la concha.

Unos dicen que desde los años 30 la gente del lugar utilizaba el hueso como base de los adornos incrustados a la madera. En la década de los 70, un cura italiano llamado Lino Guzzoni, a quien se aplicó el artículo 33 por estar irregularmente en territorio mexicano, impulsó a los artesanos y ordenó comprar grandes cantidades de concha de abulón que llegaba desde Ensenada, Baja California, y con la ayuda del artesano Santiago Pedraza enseñó a varios lugareños el arte de fabricar pequeños instrumentos musicales de cuerdas que comenzaron a venderse en el país e incluso en el extranjero.

En 1998, la fundación Fomento Cultural Banamex editó el libro Grandes maestros del arte popular, que incluye a Pedraza Salvador entre sus 150 personajes de todo el país, quien recuerda: "Había apoyo de Banamex, que nos dio una feria, 20 millones de pesos de los de entonces, para seguir con nuestro trabajo, pero el dinero se acabó.

"Me acaba de llamar un señor de Yucatán que quiere unas piezas", dice para mostrar que fue efectivo el apoyo que le dio Banamex para ayudarlo a difundir su arte por Internet.

Del gobierno ni hablar, dice; desde que llegó Vicente Fox al poder "le ha dado mate a la artesanía", además del contrabando que llega de China, que "nos ha dejado en la calle a todos".

A escala estatal dice que Alejandro Perdiz, anterior director de la Casa de las Artesanías, dependiente del Sistema DIF-Estatal, apoyaba mucho a los artesanos para colocar sus productos, pero "eso se acabó".

Recuerda que en su afán de promover su arte y el de sus compañeros, visitó al entonces presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari, para pedirle una tienda de artesanías, porque la que existía desapareció en los años 70.

"Logramos la autorización, pero el entonces presidente municipal, Jorge Rocha Trejo, no quiso hacer nada."

En su afán por diversificar el mercado, Pedraza Salvador, ha llevado sus piezas a Estados Unidos para buscar mercado, pero "sólo me dejan estar unos 20 minutos en un jardín de alguna ciudad de Texas o California".

-¿Cuánto gana al día?

-¡Uuyy!, en hacer una guitarrita tardo como 12 horas, 5 pesos en la concha de abulón y unos 25 centavos en la madera. Cada pieza vale 45 pesos, pero me tardo más de un día en hacer una y para venderla hay que salir a ofrecerlas. Así que nomás échele. Llevo casi tres meses sin vender nada.

 
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