Rogelio Guedea Seis poetas de Nueva Zelanda Para Tim, Kelly, Linda y Ann La poesía escrita desde Nueva Zelanda es, en gran medida, un capítulo de la lírica en lengua inglesa, sobre todo la que viene por la vía de Inglaterra o Estados Unidos. Como ese capítulo forma parte de un todo (o de una "autonomía expresiva"), la poesía neocelandesa ha sido una confluencia de los diferentes momentos (y movimientos) poéticos generados principalmente en Norteamérica a principios del siglo pasado, con poetas como Pound, T.S. Eliot, William Carlos William, Wallace Stevens y, sobre todo, un poeta que, por sus características estéticas, ha tendido puentes entre ambas latitudes: Robert Frost. Al igual que en estas geografías, la poesía que empezó a publicarse en la primera mitad del siglo xx formó también parte consustancial de los, hasta cierto punto, antagonismos estéticos que dividían a los artistas de la época: país-ciudad, vida activa o vida contemplativa, lo nacional o lo cosmopolita, dispersión o concentración, etcétera. Para muchos de los poetas neocelandeses el ritmo de la poesía estaba en la propia pulsación de la naturaleza. Pero esta percepción, este punto de mira, abrió dos vertientes de escritura: por un lado, una naturaleza de corte meditativo y metafísico y, por otro, una naturaleza que se muestra en todo su vitalismo y mitología. El clásico debate aristotélico entre forma y materia, imagen o significado, que en la actualidad se ha resuelto con el axioma "imagen concreta, significado abstracto", ha estado presente en la conciencia de los poetas neocelandeses, desde Curnow y James Kaxter hasta Fleur Adcock y Murray Edmond, aunque no sobra decirlo cada poeta posea una voz propia y claramente distinguible. Entre las constancias poéticas más visibles se puede encontrar una poesía de marcada influencia oriental (Witheford, Dallas y cierto Ireland), una escritura que se solaza en la recreación del mito (Wedde, Baxter), una corriente de cifrado intimista, coloquial y urbano (Johnson, Tuwhare), una poesía híbrida que oscila entre el decir y el cómo decir (Adcock, Frame) y una lírica de torcido y concentrado humor (Bland). Los poetas seleccionados para esta sucintísima muestra, pertenecientes a distintas generaciones, pueden inscribirse en algunas de estas categorías, aunque muchos de ellos (impulsados por el propio desafío) fundieron en sus coordenadas líricas más de una tentativa estilística. Sin embargo, pese a que las diferencias y las búsquedas de cada poeta son infranqueables, los críticos coinciden en que la nueva poesía que se escribe en Nueva Zelanda está centrándose en las formas y procedimientos poéticos, pero sin soslayar la intensidad verbal provocada por eso que, en términos coloquiales, se conoce como "mensaje". Tiempo Yo soy el aire del noroeste rugiendo entre los árboles Yo soy el polvo, la distancia, las algas a la orilla de la playa, Yo soy las nueve de la mañana en el reloj de la limpia oficina Yo soy la persistente canción que los niños escuchan Yo, el tiempo, soy todo eso que todavía existe Yo, el tiempo que amonesta, desgasta, y que confiere soy una isla, un océano, un padre, un agricultor, un amigo: Allen Curnow (1911-2001). Nació en Timaru. Estudió en las universidades de Canterbury y Auckland. De 1935 a 1948 trabajó como editor en Christchurch, y después fue periodista en Londres, antes de trabajar como profesor dentro del departamento de Inglés de la Universidad de Auckland, en 1951, de la cual se retiró en 1977. Entre sus libros de poesía más importantes se encuentran: Tres poemas, Enemigos, poemas, Isla y tiempo, Un cuarto pequeño con una enorme ventana. Un don natural Bajo el alero de mi tejado, incansablemente, C.K. Stead (1932). Nació en Auckland. Estudió en la University of Bristol y en la Auckland University, donde actualmente es profesor emérito. Como crítico, su obra se ha centrado, además de en el ámbito de la poesía, en el de las áreas relacionadas con el feminismo y la cultura maorí. Algunos de sus libros de poesía más notables son Cuando el deseo sea libre y Cruzando el bar. Mi amor camina Mi amor camina tardíamente por los pasillos blancos Observa, amor, la última cosecha de grano luminoso, Déjalo que se mueva en la hondonada de tus sueños, Yo le canto al arpa de la lluvia que renueva la luz, Mi amor camina erguido por el sendero Jame K. Baxter (1926-1972). Nació en Dunedin. Estudió algunos años en Inglaterra y en 1958 visitó la India. Aunque al final de su vida vivió en Jerusalén, su residencia transcurrió entre Wellington y su ciudad natal. Realizó los trabajos más diversos, pero su pasión estuvo centrada siempre en su producción poética, dramática, crítica y social. Entre sus libros de poesía más importantes están los Sonetos de Jerusalén y Más allá del acantilado. James K. Baxter es considerado unos de los poetas neocelandeses más importantes del siglo xx. Lluvia sobre el tejado Mi sobrino, que dormía en la habitación del sótano, No se lo digo, pero el corazón encuentra en su desgracia Ni digo en las pérdidas de la vida un laminilla Janet Frame (1924-2004). Nació en Dunedin, pero pasó gran parte de su infancia y adolescencia en Oamaru, donde trabajó como maestra. Vivió durante cinco años en Londres, y en varias ocasiones trabajó para la Fundación Yaddo, de Nueva York. Autora de la famosa trilogía autobiográfica Un ángel en mi mesa, Hacia la isla y El mensajero de la Ciudad del Espejo, y de una producción novelística por la que fue nominada al Premio Nobel de Literatura, Frame publicó en 1967 el libro de poemas Espejo de bolsillo, con el cual obtuvo de inmediato un lugar central en la literatura de su país. Pan y pensión No fue nuestro deber reclamar sino pelear, Si se preocuparon fue sólo por la tranquilidad Louis Johnson (1924-1988). Nació en Wellington. Fue editor del New Zealand Poetry Yearbook desde 1951 hasta 1964. Profesor de la Victoria University (Nueva Zelanda), vivió un largo período en Australia, donde trabajó como periodista. Autor de una vasta obra poética, algunos de sus libros más representativos son El sol entre las ruinas, El vaso oscuro, Pan y pensión: poemas selectos, Poemas de Nueva Guinea, Cebolla, Manzanas del invierno. Jungla Nada sino naranjas plátanos y arroz El cielo blanco se vuelve negro por las noches El virus del tedio A los seis meses los dueños volvieron El aire es como el hielo Guido se acerca a mí Murry Edmond (1949). Nació en Hamilton pero estudió en la Auckland University. Estuvo en Europa, principalmente en Londres, donde trabajó en teatro, especialmente en el experimental y el didáctico. Ha hecho crítica literaria y editado revistas y colecciones de poesía, dramaturgia y narrativa. Entre sus libros de poesía se encuentran Letras y párrafos, Entrar en el ojo y Al final del muro. Versiones de Rogelio Guedea |