Usted está aquí: viernes 7 de abril de 2006 Opinión MEXICO SA

MEXICO SA

Carlos Fernández-Vega

¡Tomen su enchilada completa!

Millones serán regresados de EU y demandarán trabajo y mejores condiciones de vida

Tragar sapos

Las rebanadas del pastel:

APENAS UNA SEMANA atrás el gobierno del "cambio" celebraba como "logro propio" el anuncio del Comité Judicial del Senado estadunidense, en el sentido de que eventualmente legalizaría a 11 millones de indocumentados mexicanos, cuando hoy registra con pavor el riesgo de ver de regreso al ejército de mexicanos que el modelo económico -defendido a capa y espada por Los Pinos- expulsó del país a lo largo de la administración Fox.

HACIENDO A UN lado la presión real y efectiva que las multitudinarias manifestaciones de los "latinos" en Estados Unidos aplican al Congreso de aquel país, y escondiendo bajo la alfombra el rotundo fracaso del prometido acuerdo migratorio, el gobierno foxista echó las campanas al vuelo, dando como un hecho la citada legalización, y se colgó la medalla.

COMO EN TANTAS otras cosas, el análisis gubernamental, de existir, fue erróneo, porque el Senado de aquel país "corrigió" la línea anunciada y ahora habla de la posibilidad de legalizar a 7 millones, aunque esa cifra puede reducirse a 5 millones y eso con tres bemoles: 1) los indocumentados que certifiquen haber vivido y trabajado en Estados Unidos por más de cinco años estarían posibilitados para legalizar su estadía sin salir de Estados Unidos, algo similar a lo planteado originalmente por el Comité Judicial la semana pasada; 2) los indocumentados con menos de cinco años, pero con más de dos, deberán presentarse en uno de los 16 "puertos de entrada" en la frontera México-Estados Unidos y ser readmitidos -sin que sea obligatorio- por medio de un programa de trabajadores temporales, y 3) los indocumentados con una estadía menor a dos años deberán regresar a su país de origen y tramitar su reingreso a través del programa temporal de empleo, lo que de plano no les garantiza absolutamente nada.

A LO LARGO del "cambio", sin considerar 2006, alrededor de 2 millones de mexicanos han sido expulsados de su país por causas económicas y sociales (no culturales como asegura el vocero de Los Pinos), a razón de 400 mil por año. De ser aprobada la línea que ahora marca el Senado estadunidense, este segmento sería el más afectado por la decisión legislativa del vecino país, sin que ello quiera decir que serán los únicos.

SIN EMBARGO, CENTRANDONOS en este segmento, el efecto económico y social sería brutal, tanto para Estados Unidos como para México. ¿Qué haría el primero de los países citados sin ese ejército laboral de 2 millones de personas que lo único que piden es empleo? Tendría graves problemas, especialmente en el área agrícola y de servicios.

ES DELICADO EL panorama que se dibuja para el vecino del norte, pero dramático para México que de la noche a la mañana debe prepararse para recibir, asimilar e incorporar al aparato económico a ese mismo ejército de -como mínimo- 2 millones de paisanos, que regresará en busca de lo perdido en Estados Unidos: empleo y bienestar.

PARALELAMENTE, LAS TAN cacareadas cifras macroeconómicas que tanto gustan al presidente Fox y al secretario de Hacienda, junto con sus monaguillos, se encontrarían al borde de un ataque de nervios, al conocer que una buena tajada de dólares, proveniente del creciente pastel de las remesas, no estaría disponible para su maquillaje.

LOS PROPIOS EMPRESARIOS estadunidenses que tienen jugosos intereses en México advierten sobre la ceguera de las autoridades de su país, al negarse a encontrar una solución abierta e integral a esa realidad llamada migración, justo en un país construido a base de inmigrantes. El director general de la American Chamber, Larry Rubin, se pregunta cuál sería el impacto económico en su país, si las autoridades comienzan a expulsar masivamente mano de obra indocumentada, cuando se conoce que los inmigrantes en tal condición aportan 5 por ciento del producto interno bruto estadunidense.

ESE EFECTO LO tendría que asumir la economía estadunidense, pero ¿qué haría México -su gobierno, sus empresarios- ante la llegada de más de 2 millones de paisanos en busca de lo suyo? Es obvio que no tiene capacidad de respuesta ante una situación extrema como la descrita. ¿Los grandes barones sacrificarían sus abultados márgenes de ganancia para generar empleo bien remunerado? ¿El gobierno cancelaría subsidios a los grandes capitales nacionales y extranjeros, y los orientaría a la atención de las urgencias económicas y sociales de dicho ejército? ¿La clase política actuaría con la misma voluntad y decisión (esperemos que no con los mismos resultados) que demostraron a la hora de legalizar el voto de los mexicanos en el extranjero? Desde luego que no, en los tres casos. ¿Entonces?

MIENTRAS TANTO, TRAS conocer el "cambio de ruta" marcado por el Senado estadunidense, el gobierno foxista comenzó a comer sapos, por no decir otra cosa, y del triunfalismo de la semana pasada ("logro propio") ayer pasó a la prudencia y a la meditación: la Secretaría de Relaciones Exteriores "se mantendrá atento al desarrollo del proceso legislativo que aún no concluye", comunicó oficialmente.

UNA SEMANA ANTES, el subsecretario para América del Norte, Gerónimo Gutiérrez, celebraba así: "sí, sin duda, es un logro de la administración del presidente Fox y voy a explicar por qué. En los años 90 había ya un flujo neto de mexicanos hacia Estados Unidos, dependiendo la estimación que uno tome, pero 300 mil, 350 mil, digamos; había ya varios millones de mexicanos en situación de documentación y el tema no estaba en la agenda bilateral o se discutía de una manera muy marginal al menos y no estaba en la discusión del Legislativo. Y la reforma que se aprobó en 1996 en materia migratoria en Estados Unidos fue una reforma bastante restrictiva si uno la revisa en detalle y fue lo único que hubo en materia migratoria y eso ha cambiado. Y creo que me han escuchado en ocasiones anteriores decir que un avance fundamental es que al tenerlo ahí el debate se vuelve irreversible. No podemos predecir que vaya a pasar en los próximos meses, pero difícilmente podemos seguir mucho tiempo, sin que ambos países encontremos una mejor manera de administrar este fenómeno migratorio. Entonces, sí, la respuesta es sí sin duda". Y se quedó tan tranquilo.

DE ESTADOS UNIDOS, con amor, para Fox y compañía: ¡¡¡tengan su enchilada completa!!!

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