Usted está aquí: jueves 6 de abril de 2006 Opinión ANTROBIOTICA

ANTROBIOTICA

Alonso Ruvalcaba

Intermedio para sobremesas

LA MEJOR PARTE de la comida es la sobremesa. En casa de mi abuela las sobremesas duraban siglos y yo, aunque muy pequeño, no me aburría. (Los perros, un beagle y un dóberman sentados a la mesa, tampoco. Les servían un plato extra de queso panela o de agua de limón o de vegetales en caldo y se quedaban ahí hasta que todo terminaba. De repente, eso sí, cabeceaban por el inevitable y dichosísimo estupor que sigue a las grandes comilonas.) La sobremesa es para hablar de lo que de veras importa: qué comimos, cómo estuvo la comida, dónde comemos la próxima vez... También, si la ocasión se presta, se puede hablar de música o de poesía. Sólo hay que saber colarlas a la conversación; por ejemplo, mezclándolas con comida.

YO DECIA: CASI no hay música comestible. Se me ocurría apenas aquel pasaje del Rapper's delight, de Sugarhill Gang (una curiosidad: muy probablemente la primera rola hiphopera que llegó a grabarse; otra: acaso la primera en que se escucha la locución hip hop), en que se detalla una comida horrible: "Have you ever went over a friends house to eat / and the food just aint no good / I mean the macaroni's soggy the peas are mush'd / and the chicken taste' like wood", y un intoxicante etcétera ("your chicken's slowly rottin' / into somethin'a' looks like cheese!"); o la preciosa Find the river, de REM, y sus enumeraciones vegetales: "There is nothing left to throw / Of ginger, lemon, indigo / Coriander stem and rose of hay"; o la hipertorpe Cerdo, de Molotov, con sus largos y contrahechos versos llenos de sístoles y diástoles involuntarias (qué lástima: un par de chispazos cagadísimos tirados al excusado en un vil triple-flusher); o La Taquiza, de Chava Flores, y sus geniales octosílabos (por ejemplo, "Te expliqué casi llorando / que te amaba con pasión, / tú l'entrabas a los de ojo, / tripa gorda y chicharrón"). El que come y canta (Lecturas mexicanas, Conaculta), un libro gordo gordo en dos volúmenes, felizmente me calló la boca. Trae todo: rolas de tortillas, rolas de sopas, verduras, quesos, huevos, tamales, tacos, carnes, aves, postres, chupes, cocina regional, ¡cocina internacional! (por ejemplo, Señorita caradepizza, de La Cuca); hay de dietas, de colesterol, de botanas, de accesorios (comales y ollas), de niñas fresas: "¿que le sirvan tepache, / que le sirvan cerveza, / que le sirvan refresco / o un helado sorpresa?" Es divertidísimo, y en el puro primer volumen hay más de 300 letras. La mejor de todas es, creo, La chilindrina, una imponente panadería recitable: "Concha divina, preciosa chilindrina / de trenza pueblerina, me gustas alahamar, / ven y dame un bísquet de siento en boca y lima, / chamuco sin harina, pambazo de agua y sal. // La otra semana te vi muy campechana, / pero hoy en la mañana panqué me ibas a dar; / deja esos cuernos para otros polvorones / que sólo son picones de novia en un volcán..."

SI YO PUDIERA, en todas las sobremesas sacaría a Sor Juana: tarde o temprano iban a dejar de invitarme a comer. Lo que sí se puede hacer es colar el romance, que en la Lírica personal trae el número 23: En retorno de vna Diadema, representa vn dulce de nueces, que previno à un antojo de la Señora Virreyna. Recuerda Juana cuando la virreina estaba, "como dizen en mi tierra, / ocupada en la mayor / obra de naturaleza", embarazada pues, "quando, sin ser maravilla, / se hallavan en tu belleza, / dos cuerpos en vn lugar, / dos formas y vna materia [...] Entonces, pues, digo que / antojo ò capricho fuera / por vnas nuezes hiziste / más ruido que valen ellas..." La virreina perdió al niño, y ahora que ha pasado el tiempo, Juana, humildísima, le envía unas nueces nuevas, para que por "segunda vez no suceda / que nos asustes por una / cosa que tan poco cuesta". Todo es lindo en esos versos: la delicadeza, la lisonja, la cadencia. Hay que leer el romance completo porque además permite preguntar: ¿no tienes unas nueces y un quesito?

EL ULTIMO Y más sabroso de los textos que hay que usar en sobremesa es el que el arcipreste de Talavera (1398-1468) escribió sobre la gula. Lo traiciona la delirante delicia de su enumeración. Lo voy a copiar entero, porque esto es un intermedio, un entremés, y para que, como el arcipreste, tú también te hinches de nombres y sonidos comestibles. Va: "El quinto pecado mortal es gula. Deste non se puede escusar el que ama o es amado de muchos esçesivos comeres e beveres en yantares, cenas e plazeres con sus coamantes, comiendo e beviendo ultra mesura; que allí non ay rienda en comprar capones, perdizes, gallinas, pollos, cavritos, ansarones -carnero e vaca para los labradores-, vino blanco e tinto, ¡el agua vaya por el río!, frutas de diversas guisas, vengan do quiera, cuesten lo que costaren. En la primavera barrines, guindas, çeruelas, alvérchigas, figos, bevras, duraznos, melones, peras vinosas e de la Vera, mançanas xabíes, romíes, granadas dulçes e agradulçes e azedas, figo doñengal e uva moscatel; non olvidando en el invierno torreznos de toçino asados con vino e açúcar sobreraído, longanizas confeçionadas con espeçias, gengivre e clavos de girofre, mantecadas sobredoradas con açúcar, perdizes e vino pardillo, con el buen vino cocho a las mañanas, y ¡ándame alegre, plégame e plegarte he, que la ropa es corta, pues a las iglesias imos! Aquí veréis con este tal los sentidos trocar, las voluntades correr, el seso desvariar, el entendimiento descorrer: alegría, plazer, guasajado, e vía después a llorar. Pues a la noche confites de açúcar, çitronas, estuches, çiliatre, matafalúa confita, e piñonada, alosas e tortas de açúcar, e otras maneras de preciosas viandas que dan apetito a mucho comer e bever más de su derecho. Pues, aguas rosadas e de azahar almizcadas, avundançia sin duelo, safumadoras preçiosas sevillanas, catalanas, e compuestas de benjuí, estorach, linum, áloe, lácdauno, con carbón de sauze fechas como candelillas para quemar; solazes, çenas, armuerzos e yantares por do el comer e bever más de derecho non se puede escusar. Por ende conviene después de mucho comer e de mucho bever muchas diversas e preçiosas viandas luxuria cometer. E de todo esto el desordenado amor causa fue. Pues verás cómo el que ama, amando, gula por fuerça ha de cometer." Y ya. Goza, pues, goza antes, durante y después de la comida, como escribió hace poquito un "vestido de plumas mexicano" Góngora:

Antes que eso que ahora es buen tocino

venza a la blanca grasa su fritura,

goza, goza el olor, nariz, porcino.

http://antrobiotics.blogspot.com / [email protected]

 
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